¿Por qué las tiendas de juguetes están en peligro de muerte?

Se llamaba Bazar Horta. Era la tienda de juguetes más conocida en el madrileño barrio de Salamanca. Después de 87 años de historia, el pasado mes de noviembre echaba el cierre. Es solo un ejemplo de cómo las tiendas de juguetes no están pasando por su mejor momento. Ni las pequeñas, ni las grandes.

El gigante norteamericano Toys’R’Us en España estuvo a punto de cerrar todas sus tiendas en el primer trimestre de este año tras haberse declarado en bancarrota la matriz de Estados Unidos. La compra por parte de los antiguos directivos y del fondo Green Swan evitó que se volatilizara. Algo parecido vivió la cadena Poly, que acabó salvándose de las cenizas porque acabó comprándola la firma británica The Entertainer.

Durante 2017, la facturación del sector juguetero en España fue de 1.160 millones de euros. Sin embargo, este año las previsiones en la venta de juguetes no son tan halagüeñas. Según la consultora NPD, que engloba los datos de las principales distribuidoras, caerá un 4% respecto al año pasado. Los fabricantes son más optimistas, y prevén un aumento del 2% gracias a algo que nos gusta sobremanera a los españoles: comprar a última hora.

Se llegue o no se llegue a los números de hace un año, lo cierto es que entre fabricantes de juguetes y las jugueterías cada vez más se está abriendo una importante brecha que amenaza con hacerse todavía más grande año tras año.

Una de cada cinco tiendas de juguetes presenta un elevado riesgo de impago

“Pocas cosas han cambiado tanto como la industria del juguete en la última década”, señalan desde Iberinform. Y enumera los motivos: tanto las empresas que fabrican como aquellas que los venden han tenido que adaptarse a la creciente competencia asiática, los cambios en los hábitos de consumo (los niños cada vez más temprano piden tablets, móviles y videojuegos), la caída de la natalidad y la creciente tendencia de compra online.

“Un 20% de las tiendas de juguetes se mantiene en un segmento de elevado riesgo de impago, frente al 15% entre las fabricantes”, señalan desde Iberinform. Por tanto, una de cada cinco tiendas de juguetes está en ‘peligro de muerte’.

JUGUETES Y MÁRGENES NO CASAN BIEN

Según Iberinform, con datos recogidos de Insight View, en España existen cerca de 350 fábricas de juguetes frente a las 1.400 jugueterías. En conjunto, las primeras facturan cerca de 4,9 millones de euros, mientras que las segundas superan levemente los 3,1 millones.

“En ambos casos se trata de márgenes muy ajustados, pero en el caso de las jugueteras son más amplios, fruto de una década de transición en la que los fabricantes han deslocalizado parte de su cadena, incrementando las exportaciones y han reinventado sus catálogos incorporando más tecnología”, señalan desde Iberinform.

¿Y las jugueterías? Según la citada compañía, su evolución “muestra un deterioro progresivo, signo de los profundos cambios del modelo de compra y distribución del juguete en todo el mundo”.

La llegada del mundo online no significa automáticamente una bajada de precio significativa respecto a la tienda tradicional. La ley de la oferta y la demanda hace que, incluso dentro de los ecommerce, haya importantes diferencias de precio.

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Así, y según Minderest, un juguete de Lego puede ser hasta un 75% más caro dependiendo de la tienda online donde se adquiera. Amazon es un 5,98% más caro que el precio más barato. En la segunda posición se sitúa Alternate, que es un 12,66% más caro, y el tercer puesto lo ocupa Joguiba, un 20,14% por encima del precio más barato.

La diferencia media entre el precio más barato y el más caro encontrado para cada producto Lego se sitúa en el 42,47%. “Este sería el ahorro máximo que conseguiría alguien comparando precios”, señala Antonio Tomás, CEO de Minderest.

Otros datos relevantes del sector es que el 23% de las jugueteras tiene más de un cuarto de siglo, mientras que entre las jugueterías únicamente un 9% tiene más de veinticinco años. También los fabricantes han conseguido ‘engordar’ su tamaño, lo que posibilita su expansión allende los mares. El 3% de los fabricantes se puede considerar gran empresa, con volúmenes de facturación acorde con esta definición. frente al 1% de las jugueterías. El 77% de estas últimas todavía es microempresa, frente al 55% de las jugueteras.