Los taxistas se hartan de falsas promesas: llegó el momento de exigir

Los taxistas llevan desde 2012 peleando para que no muera su negocio. Hasta ese año, propietarios de taxis y de licencias VTCs vivían en perfecta armonía. Los primeros se dedicaban al transporte urbano y los segundos al interurbano. La llegada de Uber y Cabify, trastocó esa perfecta armonía. Las administraciones lanzaron falsas promesas para solucionar el conflicto. Ahora, el sector del taxi está harto y exige soluciones.

No piden acabar con las licencias VTC ni crear un monopolio del transporte de viajeros en turismos. Lo que exigen al Ministerio de Fomento es que “las VTC, que en su gran mayoría prestan servicio en suelo urbano, estén reguladas por las administraciones locales” y cambios normativos que garanticen una perfecta convivencia entre los sectores. Es decir, que el Gobierno clarifique cómo los conductores de VTC pueden prestar servicios y dónde deben estar. Que no ocupen el terreno de los taxistas con paradas en los aeropuertos, estaciones de trenes o incluso en las puertas de las discotecas.

La regulación de transportes recae en el gobierno central y piden que sea competencia local

Todo eso lo ha dicho ayer el presidente de la Federación del Taxi de Madrid, Julio Sanz, ante los medios con motivo de la huelga que se está celebrando este miércoles.

Actualmente, la regulación del transporte de personas en turismos recae en el Ministerio de Fomento, no en las administraciones locales y autónomas. Por eso, y para protestar contra la sentencia del Tribunal Supremo de seguir concediendo este tipo de licencias, esta mañana han iniciado una huelga de 24 horas en casi todo el territorio nacional.

Según Sanz, “esta medida no sólo acabaría con el conflicto de competencias entre administraciones, sino que permitiría a ayuntamientos y comunidades controlar este tipo de autorizaciones que prestan servicio, en su gran mayoría, en suelo urbano”.

Un desmantelamiento de taxi

Sanz destaca que se encuentran ante un desmantelamiento del sector. Este año han llegado a exigir a la administración que ponga remedio a esta situación y garantice la convivencia pacífica entre taxistas y VTCs.

Sobre ello, argumenta que mientras el sector del taxi está estrictamente regulado por las administraciones, empresas como Uber y Cabify no. Los taxistas tienen que pasar más pruebas para trabajar que los coches con licencia VTC, que pertenecen mayoritariamente a empresas multinacionales.

No quieren parches que frenen el conflicto, quieren que se actúe

Con eso, la patronal insiste en que ya no les valen parches que paralicen –de forma temporal- el conflicto. Exigen actuaciones.

Actualmente, hay una licencia VTC por cada seis taxis cuando el sector siempre se ha caracterizado por tener una licencia de vehículo con conductor por cada 30 taxis. Pero la solución no pasa por aumentar el número de taxistas en las ciudades. Según Sanz, en Madrid hay muchas licencias de taxi por habitantes. Lanzar más coparía y saturaría el servicio.

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Las llamas de guerra se siguen avivando. Los taxistas ya no piden soluciones. Las exigen. Insisten en que el ministerio de Fomento debe delegar las funciones del servicio público a los órganos locales y autonómicos y que estos busquen una solución que permita la convivencia pacífica con los conductores de VTCs. Sin embargo, estas peticiones tienen para rato. Y es que llevan así desde 2012.