La tasa turística en Europa o cómo sacar ‘los cuartos’ a los turistas

A la hora de organizar un viaje y calcular gastos, algunas ciudades de Europa hacen caja con los turistas. La imposición de una tasa turística hace que pasar una semana en un hotel de cinco estrellas en Bruselas alcance los 70 euros de suplemento extra, mientras que España es todo un paraíso en cuanto a impuestos ya que solo tres regiones aplican este gravamen.

Por norma general, hay ciudades en las que se paga en función de los días y de la categoría del establecimiento. En la mayoría de los casos, el turista desconoce la aplicación de este impuesto local. Y suele ser, al final del viaje, en el momento de dejar el establecimiento donde se ha hospedado cuando es informado del pago de la misma.

En España se aplica en tres puntos del mapa. Cataluña cuenta con dos. Una para los turistas que viajen a Barcelona, que va desde los 2,25 euros por persona y día si se aloja en un hotel de 5 estrellas o camping de lujo a los 0,65 euros por persona y día de estancia que se paga en el resto de establecimientos.

Para el resto de Cataluña, el impuesto oscila entre los 0,45 euros y los 2,25 euros. Pero si el viajero opta por alojarse usando Airbnb o cualquier otra plataforma de alquiler se paga 2,25 euros en Barcelona y 0,90 euros fuera por persona y día. Como máximo, el turista paga por una estancia de hasta siete días.

Baleares también tienen la suya propia. Se conoce como ecotasa. La tarifa se regula en función de si es temporada alta o baja y de si la estancia es inferior o superior a nueve días. Así, un turista que vaya dos semanas a Mallorca en pleno verano, pagará un euro al día los nueve primeros días y el resto a 0,50 euros diarios, según la agencia de viajes Destinia.

Y, por último, la ciudad de San Sebastián anunció el pasado año la implantación de este impuesto a partir de 2018. Con la idea de controlar el turismo masivo, los turistas pagarán entre 1 y 1,5 euros por noche en la ciudad. El dinero recaudado, cerca de dos millones de euros al año, se invertirá en la ciudad vasca.

La aplicación de esta tasa va más allá de lo económico. Pretende ser un freno a la saturación de determinadas zonas turísticas. Aquí en España volvió a centrar el debate turístico con la aparición de la famosa turismofobia, especialmente este verano.

En los primeros diez meses del año, España recibió 77,8 millones de turistas internacionales hasta noviembre, un 9,1% más, según la Estadística de Movimientos Turísticos en Fronteras (Frontur). Y este año se espera cerrar con un nuevo récord turístico y superar los 80 millones. No es de extrañar que haya ciudades al límite de su capacidad.

Bruselas y Milán, las más caras

Con la imposición de esta tasa turística podría parecer que España se aprovecha de los turistas. Todo lo contrario. Más bien nuestro país es un paraíso fiscal turístico. Muchas de las ciudades europeas cobran altos importes a los turistas. Bien para evitar el turismo masivo, o simplemente, para hacer caja.

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Bruselas es la ciudad más cara. Según Kayak, un turista desembolsa aproximadamente 42 euros, 56 euros o 70 euros en tasas turísticas por una estancia de 7 noches en un hotel de 3, 4 o 5 estrellas, respectivamente.

En Italia, varias de sus ciudades también se sitúan en lo más alto del cobro de la tasa turística. En Roma va desde los 2 euros por persona y día si te alojas en un camping a los 7 euros si eliges un hotel de 5 estrellas. Solo se aplica durante los diez primeros días. Por lo que un turista puede llegar a pagar hasta 70 euros. En Milán es de entre 2 y 5 euros.

Ámsterdam, Berlín y Viena calculan el impuesto en base al coste de la habitación. En estas ciudades el porcentaje asciende al 6%, 5% y 3,2%, respectivamente. En Praga se paga 0,5 euros por persona y noche, mientras que en Portugal es el doble. Y alojarse en un hotel en París va desde los 0,83 euros a los 3,30 euros.

Y estas son solo algunas de las ciudades que imponen un gasto extra al turista en forma de tasa turística. Un medida con afán recaudatorio, pero también con intención de limitar el turismo.