La apuesta de Sacyr por la biomasa del olivar andaluz: diseño y gestión industrial

Las grandes constructoras tampoco dejan pasar las oportunidades que suponen las innovaciones tecnológicas que aporta la biomasa para generación de energía en los procesos industriales. Y aunque Sacyr finalmente decidió vender la planta de Puente Genil y el complejo de Linares que emplean orujillo y poda del olivar para generación eléctrica, se resiste a deshacerse del todo de ellas conservando la gestión y el mantenimiento, lo que supone un contrato significativo para la cotizada.

Si bien es cierto que Sacyr decidió rotar el año pasado estos activos en fase madura para reducir deuda e invertir en concesiones, lo cierto es que tras diseñar y construir ambas plantas, la constructora mantiene la gestión. Se podría decir que, por un lado vende activos de energía pero, por otro, no duda en desplegar un plan para invertir en nuevas renovables, en un contexto de transición energética en el que la biomasa autóctona escala posiciones como fuente competitiva en los procesos industriales en los que se genera biocombustible.

En Andalucía se molturan una media de 4.200.000 toneladas (tn) de aceitunas, lo que supone que las almazaras andaluzas generan una media de 4.000.000 tn de alperujo. El Complejo de Puente Genil compra a estas almazaras una media de 200.000 toneladas anuales de este subproducto derivado de las aceitunas cosechadas en 80.000 hectáreas de olivar. En paralelo, esta planta compra de media 45.000 toneladas de poda de olivar, generadas por los tratamientos efectuados en 30.000 hectáreas de olivar.

BENEFICIOS SOCIALES Y MEDIOAMBIENTALES

En Puente Genil (Córdoba), esas 45.000 toneladas de orujillo producido y las 45.000 toneladas de poda de olivar compradas anualmente se utilizan para generar una media de 74.000 MWh de electricidad verde al año, a partir de sus 10 MW de potencia instalada en la planta de generación con biomasa, suficiente para abastecer de electricidad a la propia localidad (30.000 habitantes).

Los restos de poda comprados a los agricultores andaluces y procesados para generar electricidad, evitan al año la emisión de 75.000 toneladas de CO2, al impedir su quema controlada en el propio el olivar, con el un coste que esta costumbre implica para los olivares.

En términos de empleo, el complejo de Puente Genil da trabajo a 70 personas de forma permanente en la operación y en el mantenimiento de las plantas, mientras que las labores de poda y tratamientos del olivar necesarios para suministrar las 50.000 toneladas de biomasa primaria de olivo demandadas anualmente por el proceso de generación suponen 12.000 jornales directos, en el medio rural. Los usos del olivar con fines energéticos a través de la biomasa fijan población en su entorno a través del empleo y la actividad que origina el sector.

El Complejo de Linares (Jaén) representa el proyecto gemelo de Puente Genil, con procesos y cifras similares. En este caso, la compra a las almazaras de alperujo se sitúa en una media de 200.000 toneladas anuales, que provienen de las aceitunas cosechadas en 80.000 hectáreas. Al margen, Linares compra de media 35.000 toneladas de poda  generadas por los tratamientos en 23.000 hectáreas de olivar andaluz.

En Linares, por cada tonelada de aceite de orujo crudo producido se evita la emisión de 18 toneladas de CO2, y por cada megavatio-hora de electricidad generado con biomasa del olivar se omite la emisión de 0,6 toneladas de CO2. En el Complejo trabajan 60 personas y  el suministro de la biomasa de poda y tratamientos de olivo (35.000 toneladas anuales, en 23.000 ha de olivar) y de la biomasa forestal (25.000 toneladas anuales, en 1.000 ha de bosque), suman 15.000 jornales directos en el olivar y en el monte, en el medio rural andaluz.

La biomasa forestal comprada por Sacyr está certificada por los sellos internacionales PEFC (Programme for the Endorsement of Forest Certification) y FSC (Forest Stewardship Council), como garantía de que el biocombustible de las plantas de generación eléctrica proviene de bosques que son gestionados de forma sostenible, en consonancia con los estándares europeos, los más rigurosos del mundo con la gestión de bosques, contribuyendo así al mantenimiento de muchos ecosistemas y a la mejora de la diversidad biológica, como rezan los criterios de gestión y trazabilidad de la certificadora.

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Para la provisión de biomasa forestal, el Complejo de Linares se nutre de los tratamientos selvícolas que se hacen cada año en 1.000 hectáreas de bosque andaluz y que sirven para disminuir notoriamente el peligro de incendio forestal, en la comarca de alta montaña. Además, esa gestión sostenible mejora las rentas cinegéticas y pastorales de la zona intervenida, contribuye la mejora del ecosistema y de la diversidad biológica inducidas.

Instalaciones como la extractora de Puente Genil generan empleo y dan un «servicio integral» a los olivareros de la zona. «Si no existiéramos todos estos subproductos que quedan en la almazara (hueso, hojas..) se verterían a los ríos«, aseguran sus responsables. La alternativa es el aprovechamiento y la generación de riqueza a partir de desechos.

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.