En los cuartes de ‘La Vela’, la sede central del BBVA, el mantra de su presidente, Francisco González, se repite como un mantra: lo importante es la digitalización del negocio. Prueba de ello es que los clientes en este canal se sitúan ya en los 17 millones, un 36% del total. Una penetración que le está costando adoptar, pero en la que quiere seguir profundizando. Más ahora, con la coyuntura que tienen los bancos en la que el negocio prácticamente no es rentable.
Además, esta excusa de la digitalización le sirve también a la entidad para ir -poco a poco- reduciendo el personal en la compañía. Lo ha dicho su CEO, Carlos Torres Vila, en la presentación de las cuentas del tercer trimestre del año: «a medida que avancemos en la tecnologización del banco, habrá que actuar sobre la plantilla, dentro de una gestión normal de la misma«. Esto es lo mismo que decir que algunos serán recolocados y otros saldrán. De hecho, este año se marcharán 2.000 personas (la mayor parte procedentes de la integración de Catalunya Banc. Además, cerrará 100 oficinas, hasta que se queden 3.305 abiertas.
El mercado americano no termina de despegar. Turquía da buenos resultados, y ojo a España que sigue con síntoma de debilidad
Más allá de lo digital, el BBVA ha tenido unos resultados excepcionales: 2.797 millones de euros, un 64% más. ¿Trampas? Claro que sí, porque aquí hay que contar con que el año pasado por estas fechas la entidad estaba digiriendo la compra del turco Garanti, por lo que tampoco es que se pueda hacer una comparación exacta.
Precisamente esta entidad es la que más alegrías le ha dado de todo el negocio exterior: le aporta 464 millones de euros de beneficios y más de 2.516 millones en margen de intereses en estos nueve meses. Y eso que allí la tensión política pone nervioso a más de uno y de dos. Sin embargo, en el banco dicen estar tranquilos porque el negocio va bien -mejor de lo que esperaban tras el golpe de estado fallido- y porque no existen excesivas tensiones en las fuentes de financiación.
Más preocupación hay por Latinoamérica. La unidad ha funcionado bien y sube un 2,2% (aunque la tasade mora sube hasta el 2,8%) y hay temor a lo que pueda ocurrir en Venezuela con Maduro. Mientras que México ha obtenido 1.440 millones de euros de beneficios, con crecimiento del 11%. Estados Unidos se anota 298 millones de euros, casi un treinta por ciento menos. Aun así la confianza que hay en el país es mucha. Tanta como que Torres Vila insiste en que «es el mercado en el que hay que estar porque es el más grande del mundo, el que está más digitalizado y, por tanto, merece la mena». Vamos, que algún día despuntará.
Y qué pasa con España. Pues que el margen de intereses cae un 2,9% en el acumulado de España, que la tasa de mora mejora una décima hasta el 5,9% y gana un 5% menos hasta los 936 millones de euros. Con especial atención a la unidad inmobiliaria, en donde hay 11.000 millones de euros de exposición de la que 2.900 millones son de suelo. Y ¡cuidado! Si eliminamos las provisiones del ladrillo, la exposición se dispara hasta los 22.700 millones de euros.
Luces y sombras en la entidad, que antes de que acabe el año tomará nuevas medidas de contención del gasto. Vienen tiempos difíciles en los que los tipos de interés van a ser bajos, las exigencias de capital van a ser mayores y, encima, a los clientes no se les pueden ofrecer grandes rentabilidades para invertir y lograr nuevas comisiones.
