Las millonarias cifras que rodean la apertura de la central de Garoña que Endesa e Iberdrola no quieren desvelar

No canten victoria porque todavía queda mucho camino por recorrer para que la central nuclear de Garoña se reabra. No sólo porque el ministro del ramo, Álvaro Nadal, tiene que tomar una decisión (y sin duda se dejará influenciar por los grupos de presión contrarios a esta energía). También porque Nuclenor (50% Endesa y 50% Iberdrola) tiene que analizar las inversiones definitivas que le exige el Gobierno. Es decir, hay que esperar a ver la letra pequeña de la hipotética reapartura. Será entonces cuando se puede determinar «si es rentable» proceder a la inversión, según el consejero delegado de Endesa, José Boga.

Según ha podido saber Merca2 de fuentes cercanas a la planta, los criterios exigidos por el Consejo de Seguridad Nuclear son los que se esperaban. Tanto es así que llevaban preparando la reconversión desde su cierre en 2013. Así que ya tienen hecha una primera estimación de costes. La puesta en marcha rondará -al menos- los 100 millones de euros. Una cifra nada desdeñable, desde luego.

La energía nuclear produjo el año pasado el 26% del total consumido en España

No sólo importa la cifra, también el tiempo. Y es que para que se puedan llevar las primeras operaciones cumpliendo con las exigencias podría llevar cerca de un año. Es decir, que con suerte -indican algunas fuentes- la central podría empezar a operar a mediados del año que viene. Eso suponiendo que Energía conceda la licencia antes de que llegue el verano. Y por si fuera poco, la puesta en marcha conlleva también la contratación de personal. En el tiempo en el que la compañía ha estado cerrada cerca de 100 personas se han marchado por jubilación. Es decir, que ahora mismo quedan en la planta 245 personas con contrato indefinido, por cerca de las 600 que estaban contratadas cuando operaba al cien por cien.

Unos números que tanto Iberdrola como Endesa quieren analizar detenidamente. Al final, aunque Nuclenor sea quien gestione la central, son ellas las que ponen el dinero. Ninguna de las dos dice nada claro sobre cuáles son sus planes. Ibedrola guarda silencio (aunque parece que no le hace mucha gracia; Endesa, en cambio, lo ve con mejores ojos. De hecho, Bogas insiste en que «ampliar los períodos de vida de las centrales nucleares tiene todo el sentido del mundo».

Podemos acusa a Navantia de ocultismo

¿Y por qué tanto interés de Endesa? Basta fijarse en sus resultados de los nueve primeros meses del año. La energía nuclear supuso el 49% de la producción de la compañía que, junto a la hidroeléctrica, alcanza el 65%. Sin embargo, en el caso de Iberdrola su capacidad de generación es muy superior en otras ramas distintas, ya que la tecnología nuclear es el 18%.

Ahora bien, ojo a lo que está por venir. En los próximos años finalizan la mayor parte de las licencias que están en marcha. Las más inmediatas las de Almaraz y Vandellós II (2020); luego terminaría las de Cofrentes y Ascó (2021) y, por último, la de Trillo que termina en 2024. Se abre, por tanto, la posibilidad de que si no se concede la renovación a todas ellas -por término de su vida útil- haya que empezar a tirar de otras energías de respaldo para suplir su capacidad de generación.

Según datos de Red Eléctrica en lo que llevamos de año la nuclear ha producido el 23% de la energía que hemos consumido. Cifra que se incrementa hasta el 26% el año pasado. Así que, con estos mimbres, y sin centrales… ¿De dónde sale la energía? Básicamente del gas. Lo explica a Merca2 Jorge Morales de Labra, experto en regulación eléctrica. Algo que, sin duda, encarecería todavía más el precio de la luz.

Así que el quebradero de cabeza que se le abre al ministro Nadal ahora no es moco de pavo. Y tampoco es de extrañar que haya quien piense que la decisión del Consejo de Seguridad Nuclear (cambiando de criterio) esté abriendo la puerta a que se mantengan las nucleares durante mucho más tiempo.