El Proyecto Fenyx busca avión

El misterio siempre estuvo rondando por esos parajes de Castro de Rei (Lugo). Los alemanes usaban la explanada convertida en aeródromo por la Lutwaffe durante la Segunda Guerra Mundial para poder acceder a las extrañas Torres de Armeiro, un ingenio electromagnético para controlar el Atlántico. Hoy en esa explanada del centro de la provincia de Lugo está desplegado el Proyecto Fenyx, con el que se desarrollarán aviones preparados para investigar donde nadie llega, en el ojo de los huracanes, e incluso en el origen de los incendios. Se trata de un proyecto de Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), dependiente del Ministerio de Defensa, que ya cuenta desde hace unas semanas con una dotación presupuestaria de 35 millones de euros, parte de ellos procedentes de Europa.

La parte terrestre del Proyecto Fenyx está emplazada en el aeropuerto de Rozas, una pista de vuelo construida por las tropas alemanas en los años de la Guerra Civil. Fenyx no es más que el acrónimo de Futura Aeronave de Investigación y Experimentación. Es decir, un aparato capaz de albergar grandes cantidades de equipo científico, cámaras y sensores, que pueda volar al menos 8 horas en condiciones climatológicas pésimas (en pleno huracán) y capacidad STOL (aterrizaje y despegue en pistas cortas e improvisadas, de tierra). El objetivo de este prodigio aeronáutico y científico es hacer investigación atmosférica, ensayos de vuelo, teledetección en el espectro óptico o campañas SAR (Synthetic Aperture Radar). Es decir, infinidad de aplicaciones científicas.

Una de las más activas es la del peligroso fenómeno llamado “engelamiento”. Se trata de agua subfundida en el aire, líquida, pero a bajo cero, que se cristaliza en hielo al chocar con un avión. Se sospecha que el “engelamiento” ha producido varios accidentes aéreos sobre el que está investigando la Universidad de León.

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El Proyecto Fenyx ya cuenta con tres aviones, pero está en pleno desarrollo. Ahora mismo los aparatos científicos vuelan a bordo de dos versiones del viejo Aviocar C-212 y de un Stemme S15, un motovelero de reducidas dimensiones con un único piloto. Pero el desarrollo del programa es ambicioso y prevé la compra de otra plataforma aérea de mayor capacidad, para llegar a las 8 ó 10 horas ininterrumpidas de vuelo y mayor capacidad de material científico a bordo.

C 212 INTA Merca2.es
Uno de los dos C-212 que ahora mismo forman la plataforma aérea del Fényx.

La financiación del Fenyx corre a cargo del Estado (8 millones), pero fundamentalmente de los fondos FEDER de la Unión Europea (27 millones), recién aprobados. De hecho, el Fenyx está en el programa COPAL (Community of High Payload Endurance Research Aircraft), dedicado precisamente a disponer de este tipo de aparatos de investigación científica para todo el Globo.

Este año 2018, según los hitos previstos del Programa, se tiene que adquirir el avión modificado y certificado sobre el que se instalará la plataforma científica. Los favoritos son el C27 Alenia, el C295 de Airbus, ambos bimotores de contrastada experiencia en uso militar. El Proyecto tiene presupuestados este año 3,4 millones para la compra del aparato, que debería formalizarse en febrero, según los planes previstos, con un coste total de 34 millones que se pagarán hasta 2021.

El Fenyx es uno de los proyectos de Plataformas Aéreas de Investigación que está desarrollando el INTA. Este organismo, que tiene el sobrenombre de “Esteban Terradas”, está dirigido por el teniente general del Aire José María Salom, antiguo jefe del mando Aéreo de Combate del Ejército del Aire. El Fenyx es el principal programa de las llamadas Plataformas Aéreas de Investigación (PAI); que forman parte de la red nacional de Infraestructuras Científicas y Técnicos Singulares (ICTS) del Estado, que coordina el Ministerio de Economía y Competitividad.

El INTA es algo así como el laboratorio de investigación del Ministerio de Defensa, así como de gestión de infraestructuras, sobre todo aeroespaciales, como las estaciones de seguimiento. Una parte importante de la Defensa y sus presupuestos es la investigación y el desarrollo y el INTA ha estado comprometido, entre otros asuntos, con el desarrollo de un dron para las fuerzas armadas. Sus temáticas de trabajo van desde la investigación atmosférica hasta asuntos como la guerra electrónica, la inteligencia corporativa o los trabajados sobre plataformas terrestres.

ROZAS DRON Merca2.es
Uno de os drones que el Ejército ha experimentado en el aeródromo de Rozas. | Foto: ET

Precisamente los drones tienen un espacio de investigación y desarrollo en el viejo aeródromo de Rozas. Las condiciones de cielos despejados de tráfico aéreo ha hecho que sea un lugar privilegiado para este tipo de trabajos, algo que ha apoyado política y financieramente la Xunta de Galicia.

No es que los cielos de Rozas y Castro de Rei sean climatológicamente los más apacibles de la Península Ibérica. Su orografía tapizada de verde se riega gracias a lluvias y cielos brumosos, cubiertos por borrascas atlánticas. Allí crecerá el Proyecto Fenyx, tecnología de futuro en las mismas explanadas en las que nació y creció ni más ni menos que un emperador romano, Teodosio, natural de castro de Rei.