La precariedad en la industria televisiva: la ‘cara b’ de la fama

Pablo Motos, Jorge Javier Vázquez, Jesús Vázquez, Karlos Arguiñano y Matías Prats se embolsan millones de euros por ser algunos de los rostros más representativos de nuestra televisión. También se hacen de oro las reinas matinales de nuestra televisión, Ana Rosa Quintana y Susanna Griso.

Los redactores de algunos de los programas estrella sufren sueldos menores, por no hablar de lo que cobra el público que aplaude en ‘El programa de Ana Rosa’ o ‘Espejo público’: 8 euros por mimar a la Griso y 20 por hacerlo con AR, según publica Jaleos.

El público de ‘El Intermedio’, ‘Supervivientes’, ‘Zapeando’ y ‘Mujeres y hombres y viceversa’ se lleva 9 euros. No desembolsan nada en ‘El hormiguero’, ‘Sálvame’ o ‘La resistencia’, que tienen un gran tirón y tienen largas listas de espera entre sus fans.

LA PRECARIEDAD EN LAS SERIES DE TELEVISIÓN

Willy Toledo ha sido uno de los escasos actores que se ha atrevido a romper el tabú de la explotación televisiva. El actor acusó a Imanol Arias de ser «un ladrón. Se ha llevado su dinero a Panamá. Esto es indiscutible. Que lo haya podido hacer porque las leyes del capitalismo están hechas para que los capitalistas puedan robar, vale. Ha sido denunciado por otra actriz por irregularidades», explicó en clara referencia a Pilar Punzano.

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Imanol Arias en ‘El hormiguero’.

El actor afirma que «un actor conocido en una serie de televisión de prime-time puede ganar entre 20.000 y 60.000 euros a la semana; en cambio, el meritorio de producción o un técnico de sonido gana alrededor de 1.200 euros» y señala que «Imanol Arias o Emilio Aragón son propietarios de productoras que explotan, no sólo a sus compañeros, sino al resto del personal». Toledo también acusó a Ferreras de no ser demasiado generoso con los salarios de La Sexta.

Pilar Punzano, actriz que trabajó en ‘Cuéntame cómo pasó’, afirmó sobre el Grupo Ganga que llevan «14 años recibiendo entre 20 y 15 millones de euros al año que os repartís entre cuatro mientras los técnicos se las ven y se las desean para cobrar sus horas extras; que os sumáis al oportunismo de la crisis para retirarnos las botellas de agua del plató al tiempo que abrís una SICAV valorada en 13 millones de euros».

Y subrayó: «Que nos descontáis a 19 trabajadores un dineral sin que aparezca ningún concepto que lo declare en las nóminas, pero por los que yo sí que pago impuestos. Los contratos abusivos y un largo etc… Brilláis con maquillaje en la cara pero en el corazón solo tenéis telarañas«.

OTRAS POLÉMICAS

José Luis Moreno ha sido sin duda el productor que más veces ha sido acusado de impagos y precariedad. El ventrílocuo apenas trabaja en nuestro país tras las múltiples denuncias que diversas. Yolanda Ramos fue la primera que abrió la veda al reclamarle 25.000 pesetas.

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José Luis Moreno, productor. Foto: Telecinco.

La periodista Karmele Marchante tampoco se quedó atrás: «Me debía dinero y le puse 102 correos diciéndole de todo y cuando por fin me lo encontré, le pedí mi dinero. Era en una fiesta. Me dijo que estaba muy guapa y que me contrataba para su próximo espectáculo.Delante todo el mundo le tire una copa a su jeta».

Karmele Marchante también acusó a la cúpula de ‘Sálvame’ de «explotadora» y en ‘Mujeres y hombres y viceversa’ también ha estado en el punto de mira porque los tronistas se veían obligados a irse de bolos para adecentar los 70 euros que conseguían por cada programa.

Bob Pop explica que ‘Sálvame’ es la mayor plataforma de promoción de la explotación porque gente que ronda los cincuenta años se pelea en el barro televisivo por mantener una silla: la dignidad a precio de saldo.

Mediatem, filial de Mediapro, también ha sido denunciada por las condiciones laborales de los técnicos que realizan desde el Congreso y el Senado las señales televisivas que emiten todas las televisiones.

Y el productor José Miguel Contreras, que fue protagonista de los ‘dorados noventa’, afirma que ahora se producen muchas series, pero éstas apenan contribuyen a construir industria y ha consolidar empleo.

Hace veinte años doscientos trabajadores vivían un año gracias a ‘Hospital Central’ y ahora muchas de las series de las OTT están puestas en pie por una veintena de trabajadores que apenas cubren un mes de trabajo al año con estos proyectos.