Por qué el sol y la vitamina C son totalmente imprescindibles para no tener enfermedades

España es un país en el que contamos con muchas horas de sol. Sin embargo, eso no significa que tengamos suficiente para luchar contra algunas enfermedades. Siempre es bueno combinarlo con alimentos que contengan otro tipo de vitamina como la C o la D.

Encontramos grandes cantidades de vitamina C en los cítricos, cosa de la que se dieron cuenta los médicos incluso antes de su descubrimiento oficial. El sol aporta grandes cantidades de vitamina D, también muy presente en alimentos, como el salmón.

Tanto el sol como este tipo de vitaminas consiguen evitar enfermedades. Pero, ¿por qué? Descubre todos los beneficios que tiene contar con las dosis adecuadas de ambos y olvídate de problemas comunes como los resfriados en invierno.

Los beneficios del sol para evitar enfermedades

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El sol es una de las cosas gratuitas más beneficiosas. Exponerse demasiado al mismo puede suponer un grave problema para nuestro piel. Sin embargo, con cabeza y control, unos minutos de exposición son buenos para poder deshacernos de los molestos resfriados y otro tipo de problemas que se nos puedan presentar.

El gran aporte del astro rey es la vitamina D. Este tipo de vitamina es perfecta para el correcto mantenimiento de los huesos y los dientes. Es una vitamina importante para la mineralización de los huesos, pues favorece la absorción en el interior del intestino de calcio y fósforo, evitando que estos se pierdan en el riñón. La mayoría de las vitaminas las encontramos en los alimentos, pero en el caso de la D podemos contar con una ayuda externa.

Nuestra propia piel es capaz de producirla siempre que cuente con ese apoyo solar. Tan solo exponiéndonos al sol durante unos cinco o diez minutos, conseguiremos recargar los depósitos de vitamina D que tiene nuestro organismo. En España es fácil de conseguir, no obstante, no es así en otros países. Debido a ello, en los lugares con menos luz solar es normal encontrar a más personas con problemas de osteoporosis, osteomalacia, e incluso a niños que sufren raquitismo.