Popular: queda un mes para que comience la batalla legal en Estrasburgo

El siete de agosto será un día clave para el futuro judicial del Banco Popular. Esa jornada vence el plazo para que los accionistas presenten recursos contra la decisión del Mecanismo Único de Resolución (MUR) en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Así que todos los despachos de abogados trabajan ya a marchas forzadas para terminar sus escritos.

Queda un mes, pero es poco tiempo para la magnitud del caso que se estudia, explican desde una de las firmas que está inmersa en los recursos. Nadie quiere desvelar sus estrategias, pero hay una coincidencia generalizada: sin el informe de Deloitte que motivó la decisión adoptada por el MUR las alegaciones que se puedan presentar van a estar cojas. “Es la clave para saber qué llevó a las autoridades a liquidar y vender por un euro el Popular”, nos dice uno de los abogados inmersos en el proceso.

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Sin embargo, en Bruselas la Junta rectora del Mur opta por el silencio. No hay respuesta, más allá de confidencias extraoficiales que hablan de que se hará público en las próximas semanas. ¿Confianza en que suceda? Poca por no decir ninguna, más que nada porque todos temen que tanto la auditora como las autoridades estén esperando a que se redacte el informe definitivo. ¿Cuándo puede ocurrir eso? Pues difícil saberlo. De momento el Mur tiene quince días laborables desde que se hace la solicitud para contestar; pero se puede prorrogar por otros quince días. Así que parece que la cosa va para largo.

Aunque nadie quiere desvelar cuál va a ser su estrategia, las líneas generales apuntan a que se intentará demostrar que se tomó la peor de las decisiones. Fundamentalmente porque muchos de los despachos consideran que existían alternativas. En primer lugar, acudir a una ampliación de capital. No se puede olvidar que tanto el mexicano Del Valle como el chileno Luksic han asegurado que mostraron su intención de acudir a la petición del banco e inyectar dinero fresco.

El informe de Deloitte será clave para saber qué ocurrió en el banco popular

Otros bufetes, en cambio, se fijan en que el banco era solvente porque había pasado todos los test de estrés. Así que si el problema era que no había liquidez en un momento determinado, se podían haber ampliado las líneas de crédito para la entidad. Y por último, está la pregunta del millón: ¿No se podían haber segregado las unidades de negocio? Es una de las posibilidades que la normativa del Mecanismo Único de Resolución –en su artículo 18- plantea. Así que algunos despachos van a argumentar que las líneas “más rentables” del Popular podrían haberse vendido a precios mucho mayores. O, por el contrario, ¿por qué no se segregaron los activos inmobiliarios?

Como se puede comprobar son muchas las incógnitas abiertas en torno al Banco Popular, y todas las demandas irán enfocadas en términos muy similares. Sin embargo, todos reconocen que en unas semanas habrá que ampliar las querellas puestas ante el TJUE. En primer lugar, porque más tarde o más temprano Deloitte tendrá que pronunciarse; en segundo, porque el 28 de julio el Santander tiene previsto presentar los resultados del segundo trimestre del año.

Las pellas del Popular

Será entonces cuando se sepa algo más de todo lo que se han encontrado en el cajón de Ángel Ron, Emilio Saracho y sus equipos. Por el momento ya se sabe que la mora no era del 15%, sino mucho más alta: 20%. Y puede que no sea la única sorpresa que aparezca. Así que todos están ojo avizor con las noticias que lleguen desde el cuartel general de Ortega y Gasset.

Todos los cambios que se produzcan serán malas noticias para el banco –y para el Santander en concreto- pues pondrá más difícil la recuperación. Sin embargo, los abogados aseguran que para sus clientes es mucho mejor, dado que se demuestra que hubo actuaciones contrarias a la Ley del Mercado de Valores, e incluso engaño contra los accionistas del Popular.

Esta será la primera batalla jurídica; la segunda vendrá por las vías mercantil y penal. Muchos despachos ya han presentado sus querellas y demandas; sin embargo, la mayoría opta por la prudencia y por esperar a ver qué información se conoce. Así que tras el primer arreón la primera semana de verano, es más que probable que a la vuelta de las vacaciones los juzgados –en esta ocasión españoles- empiecen a ver cómo vuelan los escritos por sus mesas.