Peugeot y Volkswagen ante su peor escenario: covid-19 más CO2

El Grupo PSA (Peugeot) y Volkswagen, con marcas tan populares como Seat, han recibido el impacto de la crisis del coronavirus en mitad de una transformación sectorial que les puede dejar sin ventas y multados en la segunda mitad del año.

Por partes, el primer problema al que se enfrentan estas dos firmas, así como el resto del sector del automóvil, fue la entrada en vigor el 1 de enero de 2020 de los protocolos de reducción de emisiones por unidades vendidas. En concreto, la media de emisiones de cada marca no podrá superar los 95 gramos de CO2 por kilómetro. En caso de incumplimiento, y aquí viene el palo, asumirán sanciones de 95 euros por cada gramo emitido de CO2 a la atmósfera y coche matriculado. En estas condiciones, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (Acea) calcula que las multas rondarán los 2.000 euros por unidad.

El problema, según refleja un informe interno de analistas de Bloomberg al que ha tenido acceso MERCA2, es que estos dos grupos, PSA y VW, son de los más expuestos en la Unión Europea por su volumen de ventas en el viejo continente. Ventas que, por otra parte, serán casi nulas en el mes de abril, y con una expectativa muy negativa para el mes de mayo dependiendo de las diferentes desescaladas en cada país.

¿Y qué pasa con las emisiones? El informe advierte de que muchos fabricantes estarán tentados de sacar al mercados vehículos de combustión tradicional (diésel y gasolina) cuyo precio de venta es más bajo. Lógicamente estos coches emiten más CO2 a la atmósfera que las alternativas de eléctricos o híbridos enchufables. Por lo tanto, firmas como Peugeot se verán enfrentadas a un «juego del prisionero»: sacar stock atrasado a un precio que serán capaces de asumir los consumidores; o arriesgarse a ser sancionados.

PEOUGEOT Y VOLSKWAGEN ANTE LA DUDA

Según destaca el informe, durante el mes de enero la firma de PSA logró alcanzar los objetivos de ventas medias de emisiones. Los nuevos modelos a la venta garantizaron a Peugeot no sobrepasar esa cifra de los 95 gramos de CO2 por kilómetro. Pero la situación ahora, a nivel económico, es más complicado.

Ante este escenario, la Acea ya ha sido previsora y remitió hace unos días una carta a Bruselas señalando la necesaria relajación en el cumplimiento ambiental. La ecuación es simple: una vez acabada la crisis sanitaria provocada por el coronavirus deben existir importantes estímulos públicos de ayuda al sector; una corrección inmediata en la tasa de paro; y un aumento en los niveles de confianza del consumidor.

Si los tres apartados no se alinean, el sector de la automoción estará visto para sentencia. El gasto en nuevos vehículos, sobre todo los menos contaminantes, implican grandes desembolsos monetarios. Si el sector corporativo, también azotado por la crisis, tampoco suma esfuerzos, no queda más remedio que incitar la venta de coches con motor de combustión. Y vuelta a empezar.

Así, ante estas perspectivas, la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos (Anfac), prevé que los datos de marzo dibujen una reducción de la producción de entre el 50 y el 60%. Se dejarán de producir aproximadamente 157.000 vehículos. Por otro lado, la consultora MSI calcula que las ventas de turismos retrocederán un 29,3% en 2020 en España, con apenas 883.000 unidades. Por canales, empresas y alquiladoras comprarían un 38,7% y un 35,1% menos; y los particulares un 26,3% menos, apenas 439.000 unidades.

Raúl Masa
Raúl Masa
Ex Coordinador de redacción y redactor de empresas y economía; especializado en telecomunicaciones, tecnología y energía.