Petrobras se encuentra en un aprieto del que su jefe no sabe salir

Tan solo hicieron falta ocho horas para que el máximo responsable de Petrobras rompiese la promesa que le hizo a los inversores. Lo que tendría que haber sido un intento por contener el caos producido por la huelga de camioneros, se convirtió en la vía de escape para este.

Por primera vez en tres años, Petrobras acordó la venta de combustible por debajo del precio de mercado, lo que era una medida exclusivamente política.

La reacción que tuvieron los camioneros a esto fue inesperada. Los camiones rechazaron la medida y provocaron la mayor caída en un año de las acciones de la petrolera que está a cargo del estado brasileño.

La medida fue asumida por Pedro Parente, quien no esperaba lo que se produjo después de que el conflicto sindical derivase en una crisis logística que sacudió a la mayor economía de Latinoamérica. Varios vuelos fueron cancelados por la falta de combustible; autobuses dejaron de circular en Río de Janeiro y los supermercados comenzaron a limitar sus ventas, ante el temor del estallido de la escasez.

Aunque Parente convocó una reunión antes del almuerzo el miércoles, no estaba preparado para aprobar el recorte de precios. A pesar de esto, el gobierno y los camioneros tenían pensado reunirse esa misma tarde con la esperanza de que se redujera la tensión.

Reunión de la tarde

Poco después de la primera reunión, Parente volvió a convocar a su equipo mientras que fuera de sus oficinas reinaba el caos. La decisión fue clara, Petrobras tiene la responsabilidad social de sacrificar ingresos por el bien común, así lo afirman las fuentes. El equipo ejecutivo acordó una reducción del 10% en el precio del diésel durante 15 días, así se les daba un tiempo a los camioneros y al gobierno para que llegaran a un acuerdo.

“La situación se agravó rápidamente”, dijo Parente. “Fue una situación excepcional, que requirió una excepción”, añadió.

El coste de lo ocurrido se encuentra en una reducción de los ingresos de 96 millones de dólares. Pero este no ha sido lo peor, el daño a la credibilidad de la empresa podría ser mayor. Es más, cuatro analistas han retirado su recomendación de las acciones o han recortado sus precios objetivos tras el anuncio. También han acusado a Parente de devolver a Petrobras su antigua costumbre de absorber pérdidas para calmar a los consumidores y al gobierno.

Caída de las acciones

Petrobras ha caído un 13%, dejando su valor de mercado a unos 12.400 millones de dólares.

Los inversores aún están en estado de shock por los 40.000 millones de dólares que Petrobras perdió por los subsidios entregados durante la última bonanza petrolera. En los dos primeros años de Parente frente a la empresa, las acciones casi se triplicaron su precio, mientras el ejecutivo era elogiado por eliminar la interferencia del gobierno, vender activos y ajustar las operaciones.

Sabrina Valle para Bloomberg