La paradoja de Pablo Iglesias: ahora depende de Errejón

Este mes de febrero se cumplen dos años desde que Podemos celebrara su famoso congreso -o asamblea ciudadana- de Vistalegre II. Aquel en el que Íñigo Errejón y sus tesis sobre la necesaria transversalidad del partido morado perdieron frente al avance de los radicales de izquierda liderados por Irene Montero y Rafa Mayoral. Allí quedaron en una posición de debilidad el propio Errejón, Rita Maestre, Tania Sánchez… Pese a haber conseguido casi el 40% de los apoyos.

No era, de hecho, un mal resultado. Pablo Iglesias lo sabía y por eso aunque se produjo una cierta ‘purga’ muy típica en los partidos comunistas, el líder salvó de la quema a Errejón y algunos de los suyos. El hasta entonces portavoz en el Congreso y secretario político de la formación morada se recluyó en sus cuarteles de invierno a la espera de una mejor ocasión. Una ocasión que, pensaban, vendría en las elecciones generales.

Es decir, en 2020 si todo iba según lo previsto. Sin embargo, los acontecimientos se han acelerado en los últimos meses. El mal resultado cosechado en Cataluña por Domenech unido a la tendencia a la baja que señalan todas las encuestas, han puesto en duda internamente el liderazgo y la estrategia de Pablo Iglesias. No es que esté cuestionado internamente porque Podemos es una formación muy monolítica, pero sí hay voces discrepantes.

[td_block_11 custom_title=»» separator=»» post_ids=»51586″ limit=»1″ css=».vc_custom_1496993590403{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 5px !important;padding-right: 5px !important;padding-bottom: 5px !important;padding-left: 5px !important;border-left-color: #000000 !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #000000 !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #000000 !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #000000 !important;border-bottom-style: solid !important;border-radius: 4px !important;}» tdc_css=»»]

Y, curiosamente, el único que sale airoso de esta situación es Íñigo Errejón. Podría salir a la palestra y afirmar aquello de “yo ya lo dije”, pero el ex secretario político de Podemos se cuida mucho de decir nada que pueda  herir los sentimientos de Iglesias y los suyos, que le tienen muchas ganas. Sin embargo, es el único que se libra de la tónica general de desgaste, de ahí que la propia continuidad de Iglesias dependa de Errejón y sus resultados en Madrid.

Las encuestas dicen que Podemos puede perder poder en toda España, salvo en la Comunidad de Madrid y en la capital de España. El tandem Errejón-Carmena es el único que parece funcionar en los sondeos, con muchas probabilidades de mantener la capital de España e, incluso de acercarse al gobierno regional mediante un pacto en el que, incluso, podría estar Ciudadanos si Errejón se alza con el primer puesto. ¿Y después? Después, algo cambiará en Podemos.