Orange, lista para reiniciar la ‘Operación Euskaltel’ después del verano

Orange no podrá iniciar su ‘Operación Euskaltel’ al menos hasta después del verano. Aunque la filial francesa ha descartado «cualquier tipo de transacciones» con la española, la realidad es que sigue copando el puesto de favorita para adquirirla. «Una integración de Euskaltel con Orange tiene sentido industrial, sobre todo desde el punto de vista defensivo», señalan desde Bankinter. En la misma línea se sitúan distintos analistas de Bloomberg que señalan, para sus clientes, que la francesa es un comprador «muy creíble» para el grupo de Derio (Bizkaia).

En realidad, la operación se podría haber parado por la compleja situación que vive el sector francés de las telecomunicaciones y que previsiblemente irá a peor en los próximos meses. El mercado galo está sometido a fuertes presiones competitivas que están dañando tanto los precios como los márgenes con los que trabajan las operadoras del país. En concreto, la Comisión Europea señaló que en 2017 tanto los precios de banda ancha móvil como los paquetes premium (que incluyen los tres servicios: móvil, fibra y televisión) fueron los segundos más bajos de la UE ajustados por paridad de poder adquisitiva, una situación que se ha agravado en 2018.

Este mismo verano llega uno de los acontecimientos para el sector en Francia con la subasta del espectro 5G

A la complicada situación, se le añade que a mediados de este mismo verano llega uno de los acontecimientos para el sector con la subasta del espectro 5G. Una puja que está rodeada de incertidumbre y de la que Orange deberá salir reforzada, ya que su gran sostén en el mercado francés viene gracias su fortaleza en la gama alta del sector. «La sólida posición de la compañía en el segmento premium en Francia y España limita los riesgos competitivos a los que se enfrenta la firma gala en ambos mercados», señalan los analistas de Bloomberg.

El problema de todo lo anterior es que la alta competencia -que reduce precios y estrecha los márgenes- termina por abocar a que el sector se comprima, esto es que fuerza que se produzcan adquisiciones, fusiones o alianzas. Un movimiento de estas características abriría la puerta a dos escenarios distintos y ninguno de ellos sería beneficioso para la operadora naranja. Una de las posibilidades sería «un aumento del precio de la subasta», según explican desde Bloomberg. La otra sería un aplazamiento de la licitación, una situación que ya ocurrió en 2015 (con una puja de 4G) que se pospuso por el anuncio de la fusión entre O2 y Hutchison.

En definitiva, la firma gala se enfrenta a unos meses de mucha tensión e incertidumbre en su primer mercado. Una situación que el propio presidente del operador naranja, Stephane Richard, explicó recientemente al señalar que prevé «un entorno más competitivo y turbulento en los próximos meses que podría forzar a las operadoras a llegar a ciertos acuerdos». Unos posibles movimientos en los que Orange está prácticamente descartada debido a que el regulador francés le echaría para atrás por su poder de mercado, una situación que ya le ocurrió en 2016 cuando se interesó por Bouygues Telecom.

ORANGE SIGUE SIENDO EL FAVORITO PARA COMPRAR EUSKALTEL

Más allá del aspecto operativo, en el que el liderazgo que ofrece Euskaltel en regiones claves ofrece un gran valor defensivo a la operadora francesa, también se trata de un favoritismo tanto a nivel estratégico como financiero. La creciente competencia en el mercado español podría empujar a ambas firmas a buscar una salida conjunta, y poder hacer frente a sus grandes rivales que les están penalizando en el negocio.

El grupo vasco ha reducido en los últimos trimestres el ritmo de crecimiento de sus ingresos. Aunque los 172 millones logrados en el Q3 están por encima de los obtenidos hace un año, un 4,8% más; en el intertrimestal supusieron una caída del 2,3%. Un descenso que choca con el crecimiento del 22% que obtuvo en 2017 entre el segundo y el tercer trimestre. Por otro lado, el gigante galo también está sufriendo para mantener su ritmo de crecimiento en España, ya que Telefónica ha acelerado la actividad comercial lo que ha forzado a la Orange a aumentar las promociones no perder mercado, a costa de reducir sus márgenes.

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Desde el punto de vista financiero, Orange también es la mejor colocada para afrontar una operación que podría moverse entre los 3.200 millones y los 4.000 millones. El precio pagado en las compras del sector teleco se han movido en los últimos años entre 11 y 12,5 veces Ebitda, lo que supone valorar al grupo de Derio en unos 4.000 millones. Aunque en los últimos meses dicha cifra está cayendo, los operadores ya no son tan rentables como años atrás. De hecho, uno de los movimientos que se están estudiando en el sector en este momento (la compra de Sunrise por parte de UPC) se ha empezado a negociar en torno a 8 veces Ebitda. Unas cifras que también se han visto en la última venta realizada por Telefónica de sus filiales en Guatemala y Salvador por 9,7 veces Oibda (cerca de 9,5 veces Ebitda).

Las nuevas cifras de costes de compras por parte de las operadoras pondrían un precio en torno a los 3.200 millones, una cifra asumible para Orange por varias razones. En primer lugar, porque su nivel de endeudamiento (x2,04 Ebitda) es una de las más bajas del sector frente a Telefónica (x2,88), Deustche Telekom (x2,10) o Vodafone (x2,84 veces). Por otro lado, su fuerte posición de caja -la segunda mayor cantidad desde 2008, con 8.765 millones- le da recursos para no abusar del endeudamiento. Además, una operación una vez pasado el verano permitiría a Orange seguir con las líneas maestras de su Plan Estratégico mostrado en el Investor Day, en el que preveía un crecimiento sostenido en el flujo operativo junto con una disminución del gasto de capital a partir de finales 2019.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2