Ni Saracho ni Ron: los fondos buitre a punto de igualar el peso accionarial de los mayoritarios

Se le empiezan a poner complicadas las cosas al Banco Popular. La entidad vive un proceso de ‘in-pass’ hasta que llegue el nuevo presidente, Emilio Saracho. Así que con esta situación -y con un ladrillo en cartera de más de 30.000 millones de euros- los fondos buitre van tomando poco a poco posiciones en el accionariado y amenazan con igualar el peso que tiene  la Sindicatura de Accionistas (que controla casi el 10% de la entidad), aunque no tengan los mismos derechos.

Todo por culpa de las guerras internas que existen en la entidad por el control del Consejo de Administración del Popular entre los partidarios de que Ángel Ron continuara y aquellos miembros que optaron -y lograron- por poner de ‘patitas en la calle’ al actual presidente. Así que mientras los unos y los otros se despellejan, los fondos buitre están haciendo de las suyas y van adquiriendo posiciones cortas en el accionariado sin que nadie haga nada por impedirlo.

LAs acciones de Popular han caído casi el 70% en 2016

Tanto es así que han logrado ya hacerse con el 9,1% del capital de la compañía y colocarlo en posiciones bajistas. Llega después de la entrada en acción del último en cuestión: Citadel Advirsors, que ha tomado el 0,53% del accionariado. Sin embargo, viene a sumarse a la larga lista de compras bajistas que vienen desarrollando los fondos desde principios -y sobre todo mediados- del año pasado. Especialmente AQR y Marshall que, entre los dos, controlan ya el 6,43% de las acciones del Popular.

Y esa toma de posiciones se deja sentir en la evolución bursátil, aunque en los primeros días de diciembre -y tras conocerse que Emilio Saracho se haría con las riendas del banco- hubo una tregua. Sin embargo, en los últimos quince días de 2016, y en las dos primeras sesiones de 2017 se ha visto cómo han vuelto a la carga. Esto ha provocado que, durante el último año (que será también el último ejercicio de Ángel Ron al frente del Popular) las acciones de la entidad se hayan desplomado. Una caída del 69,5% en 12 meses. Desde los 2,98 euros por título de principios de año a los 91 céntimos con los que cerraba a 31 de diciembre.

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Evolución en bolsa del Banco Popular (Bloomberg)

En las primeras sesiones del año las cosas parece que han ido un poquito mejor. Los títulos cerraban ayer a 0,98 euros. Esto coloca la valoración bursátil de la compañía ligeramente por encima de los 4.000 millones de euros.

¿Y qué futuro le espera al Popular? 

Pues es difícil saberlo. De momento habrá que esperar a la Junta de Accionistas del mes de febrero en la que Emilio Saracho tomará posesión del nuevo cargo. Será entonces cuando sepamos qué planes tiene sobre la compañía, aunque el ladrillo -y evitar una fusión en la que arde en deseos el Ministerio de Economía- serán su principal quebradero de cabeza.

De hecho, el analista de Blackbird Wealth Management, Marc Ribes, ve en la «mochila inmobiliaria el principal lastre de la entidad, que será muy difícil de manejar». Sobre la mesa se encuentra en este momento el proyecto Sunrise, el banco malo que quiere sacar el Popular a bolsa, que le servirá para enjuagar 6.000 millones de euros de golpe, colocando la sociedad en bolsa. Una operación corporativa que ahora tendrá que aprobar el Banco Central Europeo, que todavía no ha dicho esta boca es mía.

Lo que parece claro es que tendrá que haber «un movimiento corporativo», dice Ribes. Al menos, es lo que considera el analista, porque «resultará complicado que los accionistas admitan una nueva ampliación de capital». Hay que tener en cuenta que parte de la Sindicatura de Accionistas (más en concreto la sociedad Unión Europea de Inversiones) tuvo que recurrir al endeudamiento para cubrir las dos últimas y lograr mantener la mayoría. Sin embargo, la caída de la acción y la dilución a la que fueron sometidos, les ha hecho perder dinero con un abultado endeudamiento que acaba de ser refinanciado.

Los problemas del accionista mayoritario

Unión Europea de Inversiones (que forma el principal bloque de accionistas) ha comunicado esta misma semana a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que ha logrado refinanciar sus deudas.

En concreto, ha firmado un préstamo participativo con Viviendas y Oficinas, S.A. por 152 millones de euros. De este modo, se logra el «reequilibrio patrimonial de la Sociedad», según dice el comunicado enviado a la CNMV. No sólo eso, esa nueva financiación les ha permitido cancelar la financiación bancaria que mantenía la empresa -precisamente por cubrir ampliaciones en Popular- con el propio banco, por importe de 60 y 25 millones de euros, así como otros dos con Santander y Sabadell, que presentaban a 30 de diciembre un nominal pendiente de amortización de 23 millones de euros cada uno de ellos.

El peso del ladrillo de popular ronda los 30.000 millones en cartera, de los que 6.000 millones saldrán con el proyecto ‘sunrise’

Pero no sólo la postura de los accionistas puede frenar una nueva ampliación de capital. Hay que tener en cuenta que ya costó costó cerrar la última (del mes de junio), en la que el Popular tuvo que poner toda la carne en el asador y «llegaron a colocar acciones propias a accionistas y empleados, prestando para ello créditos o facilitando la renovación de pólizas a cambio de títulos», sentencia Rives.

Como se puede ver, bajan revueltas las aguas en el Banco Popular, y no parece que la llegada de Saracho haya tranquilizado las cosas. De momento, nuestro analista recomienda comprar títulos de la empresa «con carácter especulativo». Así que parece que el valor seguirá sufriendo por debajo del euro.