Las mujeres rurales se reivindican: ¿resistirá la agricultura sin ellas?

La España rural se desangra demográficamente. Nada nuevo. La denominada ‘España vaciada’ pierde cinco habitantes por hora, “teniendo pueblos con más casas vacías que personas y ciudades con más personas que casas”, en palabras de Lola Merino, presidenta nacional de AMFAR (Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural). Y en unos días en los que la actualidad sitúa en el centro del foco a la mujer, el colectivo rural subraya su importancia como eje aglutinador de la familia y, por tanto, a la hora de fijar población en el campo.

La despoblación se ha convertido en un problema acuciante y avanza a velocidad de vértigo. La situación es tan dramática que la previsión para los próximos años indica que 1.840 pueblos desaparecerán por falta de habitantes, o lo que es lo mismo, de seguir las cosas así, el 23% de los municipios españoles pasará a la historia.

Por eso, la despoblación “exige un nuevo modelo de política fiscal y una reforma del marco actual que ofrezca incentivos para atraer inversiones” y justo ahí entra en juego un factor clave, “el emprendimiento femenino y la creación de oportunidades laborales de la mano de las mujeres”, dos elementos que conviene facilitar, según Merino. De igual forma, “es necesaria una mayor inversión en infraestructuras que frene la acumulación de trabajo no remunerado en las mujeres, como ya ocurre con el cuidado de personas dependientes”, afirma la presidenta de AMFAR.

En uno de los tantos actos organizados por la plataforma reivindicativa con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora el 8 de Marzo, Merino subrayaba que “en el sector agrario, seis de cada diez agricultores se jubilarán entre el 2020-2030 y se necesitan 20.000 incorporaciones para garantizar el relevo generacional”.

En este sentido la representante de AMFAR ha destacado la “necesidad de que la nueva PAC incorpore la perspectiva de género, ya que esto supondría aumentar el número de mujeres en el sector, mejorar su independencia económica, una mayor productividad agraria de las mujeres, un aumento del empleo femenino y acortar la brecha salarial entre mujeres y hombres”.

MUJERES RURALES, PIEZA CLAVE

Las mujeres rurales constituyen una pieza clave para combatir la despoblación, devolver la vida y el dinamismo al territorio, donde más del 80% de la superficie española es rural. Pero sólo las políticas efectivas podrán fijar población y, en este sentido, el impacto de la PAC sigue siendo fundamental  para el desarrollo rural.

Desde AMFAR aseguran que unas políticas de desarrollo rural bien diseñadas y aplicadas pueden  garantizar los servicios sociales, la implantación de las nuevas tecnologías, la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, el empleo de calidad y la incorporación de mujeres y jóvenes al emprendimiento y a la actividad agraria, con la finalidad de crear empleo y frenar la despoblación.

BRECHA SALARIAL EN EL SECTOR AGRARIO

Los sueldos de las mujeres dedicadas a la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca apenas superan los 5.300 euros, lo que supone 3.400 euros inferiores al de los hombres y sitúa al agrícola como el sector en el que menos cobran las mujeres. Así lo pone de manifiesto el informe ‘brecha salarial y techo de cristal’, elaborado por los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) y presentado en la semana del Día Internacional de la Mujer.

Del avance de este estudio se desprendía que, en general, las mujeres cobran 4.915 euros menos y que tendrían que recibir un 28,6% más para igualar los sueldos.

LA MUJER EN OTROS SECTORES

El estudio muestra que la mayor brecha salarial se registra en los sectores bancario y asegurador, donde las mujeres cobran casi 15.000 euros menos. Aun así, se trata de los ramos en los que sus sueldos son más elevados, superando los 31.500 euros, y donde su ocupación resulta mayoritaria.

La segunda posición de este ranking de la desigualdad salarial lo ocuparía el sector de la información y las comunicaciones, en el que las mujeres cobran unos 7.300 euros menos.

Les siguen la industria extractiva, la energía y el agua, donde las diferencias entre unos y otras prácticamente alcanzan los 6.500 euros.

Por otra parte, el estudio constata el menor peso femenino en el ámbito laboral, si bien existen diferencias sustanciales entre sectores, puesto que mientras la representación de mujeres en el área de la construcción y las actividades inmobiliarias ni siquiera llega al 22% sobre el total de asalariados, en los servicios sociales copa más del 62% de los puestos.

Gestha denuncia que, en total, las mujeres cobran 72.250 millones de euros menos que los hombres, como consecuencia de los efectos de la brecha salarial, del techo de cristal y de su mayor o menor presencia en cada nivel retributivo en cada sector.

Según el secretario general de Gestha, José María Mollinedo, las mujeres sufren el más evidente techo de cristal en el sector bancario y asegurador, donde son mayoría en los empleos retribuidos hasta los 46.362 euros anuales, a partir de los cuales van perdiendo representación hasta el punto de que de cada 10 directivos con ingresos de más de 103.000 euros prácticamente sólo dos son mujeres.

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.