El fracaso de Motorola: su mítico Razr aún no llega al futuro

En su día, no hace mucho (aunque parecen haber pasado décadas), Ed Zander, que era el mandamás de Motorola, bromeó con que «no muchos jefes sostendrían teléfonos móviles contra sus cabezas como si fueran orejas grandes«. Obviamente, se equivocó.

En realidad, errar en discernir cómo será el móvil del futuro ha sido la tónica normal desde su invención (reconocida) en 1876. De hecho, hace 55 años, AT&T creía que la gente se comunicaría a través de pantallas redondas en blanco y negro que se conectaban a la pared. El único problema de acertar o fallar es alcanzar la gloria o acabar en la bancarrota. Casi nada. Por ello, muchas marcas están embarcadas en la búsqueda de un nuevo terminal que les permita liderar la próxima década.

El sector de la telefonía móvil ha vuelto a los albores de mitad de la década de los 2000. Estamos a las puertas de una nueva revolución que puede marcar el camino de la próxima década. Pero imaginar el teléfono del futuro implica también imaginar el futuro de la tecnología de consumo y su impacto personal y social. Las ideas parecen ir en dirección a los prototipos plegables -con dos pantallas-, bajo la premisa de que nos hemos especializado en hacer varias cosas a la vez. Principalmente, el hecho de ver vídeos, series o películas, mientras chateamos o hablamos. El problema es que, por el momento, tanto el desarrollo tecnológico cómo los prototipos o la respuesta de los consumidores está en el aire.

Es más que probable que la batalla por desarrollar el mejor móvil plegable se intensifique en los próximos años. Por sorpresa para muchos, la contienda la lidera Motorola, el área de telefonía móvil de Lenovo. La firma ha confiado su futuro en un viejo aliado que le hizo alcanzar sus mayores glorias, el modelo Razr. Aunque en está ocasión se trata del Flip Razr una versión actualizada del clásico V3 en el que se reemplaza el teclado por una pantalla táctil plegable y con sistema operativo de Android. La evocación a un móvil que marcó tendencia, su precio más económico y una tecnología en pantallas, desarrollada por Lenovo, muy por encima (al menos, por ahora) a la de sus competidores la coloca como favorito en la próxima carrera del teléfono inteligente.

Aunque no es todo tan sencillo, puesto que el concepto que se pretende transmitir al consumidor importa, pero su ejecución todavía más. Pese a que los prototipos de prueba suelen funcionar bien, porque están preparadas para ello, la prueba del algodón viene en el momento en el que se deben fabricar a granel. De hecho, el Flip Razr debía estar en el mercado para éstas navidades, pero la dirección de la firma confirmó semanas atrás que su presentación oficial se retrasa indefinidamente. «Motorola ha decidido ajustar el tiempo de preventa y lanzamiento de Razr para satisfacer mejor la demanda de los consumidores», explicó su matriz, Lenovo.

A sus rivales tampoco les ha ido mejor. En el caso de Samsung, su Galaxy Fold se agrietaba a lo largo de su capa protectora a medida que las pantallas se despegaban. Aun así, el Huawei Mate es el que más problemas está teniendo, dado que a los propios tecnológicos se le une que la guerra comercial entre China y Estados Unidos les privó del adhesivo transparente que usa en sus pantallas plegables. En definitiva, a los móviles del futuro parece que todavía les queda mucho por evolucionar. Por ello, Apple solo simplemente ha decidido registrar su patente, lo hizo meses atrás, sin mayores ambiciones, por el momento.

LA CAÍDA A LOS INFIERNOS DE MOTOROLA

Los mejores años para Motorola vinieron de la mano de su RAZR. El V3, elegante y atractivo, le llevó a vender la cantidad récord de 38,7 millones de unidades en todo el mundo en apenas nueve meses. Era el año 2005 y uno de cada seis teléfonos que se vendían era de dicho modelo. Incluso sacó al mercado prototipos más atrevidos, de hecho, se puso de moda uno rosa (disponible para celebridades en aquel momento como Maria Sharapova). «El Razr es una demostración de lo que puede hacer esta compañía», dijo casi 15 años atrás Richard Nottenburg, que era jefe de estrategia de Motorola.

Sin embargo, cinco años después del éxito que le aupó a ser el segundo fabricante de móviles del mundo, se vio obligado a dividirse en dos partes distintas (Motorola Solutions y Motorola Mobility); dos años y medio más tarde, la segunda, la más problemática, se vendió a Google y, un año después, se revendió a Lenovo, tras ser incapaz de reflotarla. Entre medias, la compañía perdió casi un 75% de su valor. La asiática vio negocio por un lado debido a que aumentaría su división de fabricantes de teléfonos inteligentes y beneficiarse de economías de escala. Por otro lado, convertirse en un innovador tecnológico a la altura de Samsung o Apple. Lo cual, todavía está por ver.

IR MÁS ALLÁ DE SU FORMA, ENTENDER QUÉ SERÁN

Pero claro, mientras la pelea más visible es por descubrir la apariencia y forma del futuro, otros van más allá, en concreto, a lo que serán. Hace más de década y media, un escritor de ciencia ficción que más tarde acabaría escribiendo de desarrollos tecnológicos, Bruce Sterling, defendía que con el tiempo los móviles serían cada vez más «controles remotos de nuestras vidas». El tiempo le ha dado la razón. En su disertación aludía a que dichos terminales se convertirían, además de en instrumentos de comunicación, en “Game Boys, linternas, mapas, monitores de salud, pasaportes, carteras…”.

En definitiva, Sterling aludía directamente a que se convertiría en el aparato con el que dirigiríamos nuestra vida. Y dicho punto de vista, el del móvil como llave a la vida de las personas, ha sido trabajado especialmente trabajado por Apple. Quizás otros no hayan tenido la capacidad. El iPhone ya no es entendido como un móvil ni una fuente de ingresos inagotable, sino como un elemento de interrelación entre empresa y consumidor. Una especie de ‘Caballo de Troya’ con el que atraer a los usuarios al universo de servicios y productos de la compañía. Por ello, se decidió bajar precios, porque su intención es llegar a cada vez más gente para venderle otros productos y servicios y así defender sus márgenes.

Pese a que la delantera en la próxima década parece que la lleva Motorola, en realidad, Apple va con muchos años de adelanto en cuanto al trasfondo. Aun así, el primer paso para el resto será el de acertar en la próxima revolución. ¿Será el Flip Razr el elemento que lo cambie todo en los próximos años?

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2