La falacia del PP en el “AVE obrero”: los precios no cuadran

“Cogiendo el AVE madrugador dirección Madrid. Una nueva oportunidad para Zamora. Ya se puede vivir en Zamora y trabajar en Madrid. Y seguiremos mejorando @populareszamora @PPopular”. Con estas palabras el coordinador general del PP, Fernando Martínez Maíllo, desató una oleada de críticas al destapar una realidad: vivir en Zamora, Valladolid, Guadalajara o Segovia y viajar a la capital todos los días en AVE para trabajar es una ruina que solo unos pocos pueden permitirse.

La alta velocidad siempre ha sido un compromiso político orquestado por los gobiernos de turno. Poder unir la capital con cualquier ciudad en dos o tres horas a 300 kilómetros por hora es todo un sueño para muchos. Igual que lo es poder vivir en capitales de provincia e ir a trabajar a Madrid todos los días; sino fuera por los precios. Estos oscilan entre los 456 euros y los 1.400 euros de viajar todos los días laborables de un mes a Guadalajara y Zamora, respectivamente.

Para estos trabajadores, Renfe cuenta con varios tipos de bonos: bono AVE, bono AVE flexible, bono colaborativo y Renfe Spain Pass (para turistas internacionales). En el caso del zamorano del PP, es el bono colaborativo el único con el que puede viajar en un Alvia porque su primer gran error es pensar que lo hace en AVE. El político, según se expresaba en Twitter, coge el primer tren que pasa por Zamora a las 7:05 horas y llega a las 8:37 horas a Chamartín (Madrid). Hasta Zamora solo llegan trenes Alvia, aunque por línea de AVE.

Este bono válido para realizar ocho viajes –que admite un máximo de cuatro titulares– cuesta 228,5 euros (vía online, por teléfono son casi diez euros más). Eso si viajas en clase turista, pero si lo haces en preferente son 297 euros. Si el diputado por Zamora del PP viajase los 20 días laborables entre ambas ciudades gastaría 1.142,5 euros en clase turista. Cifra que se eleva hasta los 1.485 para disfrutar de las comodidades de la clase superior, donde ni siquiera se incluye wifi.

Una realidad a la que muy pocos zamoranos podrían aspirar teniendo en cuenta que el salario medio de esta provincia fue de 15.623 euros anuales en 2016 repartidos en 14 pagas, según las estadísticas publicadas en la web de la Agencia Tributaria. Es decir, que el gasto de Maíllo en AVE estaría por encima de los 1.115,9 euros mensuales de media que cobra cualquiera de sus paisanos.

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Lo bueno de vivir en Zamora es que es la tercera provincia más barata de España para alquilar una vivienda con un precio medio de 433 euros mensuales, según datos del Informe sobre el Precio de la Vivienda de Mitula Group (Informe PVMG). Pero si sumamos el precio del bono del AVE y el del alquiler (obviando otros gastos como facturas o la cesta de la compra) estaríamos hablando en el mejor de los casos de 1.500 euros o de 2.000 euros en el peor. Conclusión: imposible vivir en una ciudad dormitorio y trabajar en Madrid.

De esta forma, los viajes de Maíllo desde Zamora son solo posibles para cargos políticos o puestos de dirección en una empresa, pero no para una población mileurista que usa en contadas ocasiones las vías del AVE, es decir, para practica turismo. Lo curioso es que Maíllo habla de “una nueva oportunidad para Zamora”.

A SEGOVIA, UN POCO MÁS BARATO

Más económico es el trayecto desde otras provincias de Castilla y León. Con un bono AVE de 10 viajes es posible viajar entre Segovia y Madrid (calculado desde la estación de Chamartín) por 158 euros en turista y 206 euros en preferente. Es decir, que al mes tendría un coste de entre 632 euros y 824 euros, respectivamente.

En el caso de Valladolid, realizar el trayecto de una hora dos veces al día, los cinco días de la semana cada mes, cuesta 968 euros en turista y 1.262 euros en preferente. Precio que asciende a 1.104 euros al mes en turista y a 1.438 euros en preferente por recorrer 1 hora y 21 minutos entre Madrid y Palencia.

A medida que la distancia aumenta el precio, como es lógico, también lo hace. Independientemente del tiempo o los kilómetros recorridos sigue siendo un alto coste que no muchos castellanoleoneses pueden asumir.

Además, este tipo de bonos de AVE solo pueden usarse entre las dos estaciones escogidas. En caso de querer combinar distintos orígenes y destinos la factura asciende a los 730 euros por un bono de diez billetes. Este es el bono flexible de Renfe. El más caro.

EL CASO ABSURDO DEL AVE A GUADALAJARA

Por su cercanía con la capital de España, Guadalajara es una de las ciudades dormitorio de mayor tránsito de trabajadores y estudiantes. En 2003 se hizo realidad la promesa del AVE. Con una inversión de 11 millones de euros, Guadalajara-Yebes es una de las paradas de la línea de alta velocidad que comunica Madrid con Barcelona. Desde la estación de Atocha son solo 22 minutos. El precio de un bono de AVE de 10 viajes es de 114 euros en turista (456 euros al mes) o 179 euros en preferente (716 euros mensuales). Es de los bonos más baratos que Renfe pone a la venta.

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Pero 15 años después tiene el honor de ser una especie de estación casi fantasma en un pueblo famoso también por albergar la Ciudad Valdeluz, una urbanización fruto de un pelotazo urbanístico relacionado con la familia de la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.

Para colmo de los guadalajareños, este pueblo está a nueve kilómetros de la ciudad de Guadalajara. Una distancia irrisoria sino hubiese otros medios de transporte más baratos que la comunican con Madrid, como la línea de Cercanías, autobuses interurbanos o incluso el coche. Los abonos mensuales cuestan 110 euros para los adultos o 20 euros para los menores de 26 años. Por ello, el AVE a veces pasa por esta estación sin abrir las puertas de sus vagones. Nadie se baja. Y nadie sube.

Así, Guadalajara, Segovia, Valladolid, Zamora o Palencia son ciudades con AVE o líneas de alta velocidad. Promesas con tintes electoralistas cuyos precios solo están a la altura de bolsillos como el de Maíllo. Y esta es la historia de cómo un tuit para apoyar la cercanía a regiones como Zamora destapa la triste realidad de un medio de transporte, el del AVE, que no es accesible para gran parte de la población. Y eso que la inversión para su construcción salió del dinero de las arcas públicas.