Lo que la verdad esconde sobre el caso Ferraz-García Page

El pasado día 13 de julio el presidente castellano-manchego, Emiliano García Page, anunciaba un acuerdo con Podemos –que tiene dos diputados en la asamblea, necesarios para garantizar la gobernabilidad de la región- para que este partido entrara en el Gobierno a cambio de votar favorablemente los Presupuestos de Castilla-La Mancha y no obligar a Page a convocar elecciones anticipadas. El acuerdo debe ser ratificado por las bases de Podemos pero, ¿que pasa con el PSOE?

Según fuentes de Ferraz, García Page había informado de esta operación a Pedro Sánchez. Fuera o no cierto, la realidad es que en la sede socialista no salían de su asombro. Primero, porque Emiliano García Page había sido uno de los barones socialistas que con más ahínco se habían opuesto a un posible pacto de Pedro Sánchez con Podemos. Es más fue especialmente crítico con la posibilidad de que Iglesias llegara a ser vicepresidente del Gobierno con Sánchez.

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Y ahora resulta que él es el primero que ofrece una vicepresidencia y una consejería a Podemos. Si las bases del partido de Pablo Iglesias votan a favor, será el primer acuerdo real de Gobierno entre el PSOE y Podemos. Y esta es la otra cuestión que molesta en Ferraz: García Page se adelanta a la estrategia de Pedro Sánchez, y lo hace además a las puertas de una reunión, la del pasado martes, entre ambas formaciones.

El domingo, el secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, habló con la dirección general del PSOE para recordarles que un acuerdo de ese tipo también debe ser ratificado por las bases socialistas. La respuesta le dejó estupefacto: “Es que no es un acuerdo de Gobierno”, le dijeron a Ábalos. A lo que este respondió: “Hombre, si ofrecer una vicepresidencia y una consejería no es un acuerdo de Gobierno, ya me contaréis qué lo es”.

Sorpresa en Ferraz

Ábalos dejaba la respuesta a su demanda en manos de la dirección regional, pero ésta no se molestó en darle una salida. El secretario de organización era consciente de que aunque en los estatutos se recogía la necesidad de contar con el apoyo de la militancia, no se decía cómo había que hacerlo porque esa parte no se había desarrollado, por lo que ofreció al PSOE castellanomanchego que buscara una solución.

La que le dieron no le hizo ninguna gracia: convocar asambleas informativas. “de eso nada”, dijo Ábalos. El dirigente nacional propuso recurrir a la tradición socialista de las asambleas vinculantes. Pero en Castilla-La Mancha no le hicieron ni caso, por lo que el secretario de organización acabó sacando una nota de prensa para que en Toledo se dieran por enterados de lo que estaba pasando.

La nota no hizo ninguna gracia en la dirección regional, pero en el comité ejecutivo del día siguiente donde debía ratificarse el acuerdo no les quedó más remedio que agachar la cabeza y aceptar la imposición de Ferraz: habrá asambleas en las que se votar el acuerdo, y el resultado será vinculante. En el fondo García Page ha querido echar un pulso a Sánchez, y lo ha perdido.