¿Quién manda en el fútbol español? El negocio de las apuestas y los amaños

Ni las entidades bancarias que han dado nombre a la Liga Profesional de Fútbol. Ni las marcas deportivas, ni las de coches, ni tan siquiera las de cerveza. Son las casas de apuestas las que parten el bacalao en la competición de fútbol. El 75% de los equipos de fútbol ya cuentan con un patrocinio de empresas de apuestas que, a su vez, son víctimas o verdugo del otro gran negocio: el de los amaños.

Atrás quedan las equis para marcar las 15 casillas de la quiniela del fin de semana. O los dobles y triples para asegurar, como mínimo, 11 aciertos. Ahora, la gran mayoría de aficionados al fútbol realizan sus apuestas de forma online en cualquier casa de apuestas. Esas que la mayoría de usuarios solo distingue por su color. Y es que solo en el segundo trimestre de 2017, estas apuestas movieron más de 1.400 millones de euros en España, según datos del Ministerio de Hacienda. Y, aquí el fútbol, es donde se lleva el mayor protagonismo.

Solo en España mueven 5.000 millones de euros. Si bien es cierto que la mayoría son premios. «Devolvemos el 95% del dinero en premios, nuestro ingreso estaría entre los 250 y los 280 millones de euros», aseguró Alberto Eljarrat, CEO de Sportium, durante el foro ‘Comunicación, Fútbol y Gestión Deportiva’ en Madrid

Pero estas famosas casas de apuestas no solo mandan en el fútbol generando ingresos con su negocio. Lo hacen también desde el patrocinio, la publicidad televisiva y, en última instancia, los amaños.

“La industria del fútbol, solo con los patrocinios, genera más de 600 millones por temporada. Concretamente, el 75% de los equipos de La Liga cuentan con una casa de apuestas entre sus patrocinadores”, afirma Eljarrat. William Hill, Codere, Globet, Bwin, Bet365 o Betfair son solo algunos de las marcas que en los últimos años han patrocinado equipos como Real Madrid, Betis o Espanyol. O simplemente han aparecido en los marcadores publicitarios de sus campos.

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En cuanto a estos patrocinios, las casas de apuestas solo son superadas por los acuerdos con marcas deportivas, los de empresas cerveceras y, en tercer lugar, por el grupo formado por firmas de refrescos, banca y automoción. No están en primer lugar, sin embargo, hace años ni tan siquiera se acercaban a este nivel de patrocinio. Además, La Liga también es un escaparate internacional a la vista de millones de personas.

La otra gran pata sobre la que se soportan muchos equipos españoles son los derechos televisivos. Las televisiones tienen que rentabilizar una inversión que ronda los 1.500 millones de euros. Y aquí es donde las casas de apuestas también es el que manda. “El 40% de los bloques publicitarios están copados por casas de apuestas”, según el CEO de Sportium. Eso quiere decir que, antes del inicio del partido y en el descanso, los telespectadores visualizarán varios anuncios sobre apuestas. Y claro está, puede que apuesten también.

La cara B de las apuestas: los amaños

Hace tan solo unos años se entendía por amaño futbolístico el intercambio de maletines para que un equipo no perdiera la categoría, por ejemplo. Ahora, debido a la mercantilización del fútbol, los amaños también toman otra dimensión. La entrada en juego de las apuestas online supone para los amañadores un negocio con el que obtener beneficios económicos.

Ya no es una cuestión futbolística, sino que se trata de un negocio rentable. Un aliciente para corromperse. Y no solo se amaña el resultado final de un partido. Se puede manipular el número de faltas, córners o goles que se producirán en un encuentro. Se puede hacer incluso en tiempo real y en cualquier categoría de fútbol. De hecho, la 3º División española es un filón para cometer estos fraudes.

Y en este sentido, las casas de apuestas son el origen de estos delitos. Pero también víctimas de los mismos. Este fraude genera pérdidas también para estas. Por ello, no es de extrañar que se afanen en perseguir y denunciar estas pérdidas. “Hoy en día las apuestas deportivas son víctimas de los amaños, pero también somos parte de la solución”, sentencia Eljarrat.

No obstante, desde 2010 se persiguen las apuestas deportivas ilegales. Una reforma del Código Penal fija sanciones, multas o penas de cárcel para los infractores.

De manera directa o indirecta, al final las casas de apuestas generan a su alrededor grandes beneficios procedentes de la industria del fútbol. Lo malo es cuando se usan de tapaderas para enmascarar el otro gran negocio, el de los amaños.