Lidl dice adiós al aceite de palma y al azúcar

Lidl dobla la apuesta de sus rivales. Ya no se trata sólo de acabar con el aceite de palma, tan polémico estas semanas; también está dispuesto a que sus productos sean saludables 100%; así que ha dicho también adiós al azúcar. De hecho, este proceso ya se está ejecutando en los productos BIO y su objetivo es trasladarlo al resto. Según reconoce su director general de compras, Miguel Paradela, “el 95% de todo nuestro surtido no contiene aceite de palma y trabajamos continuamente con nuestros proveedores para reducir su presencia en el resto de productos”.

Es un paso más en la estrategia de la compañía de distribución por ir haciéndose un hueco en el mercado español. Actualmente cuenta con una cuota del 4,1%, según datos de Kantar WorldPannel y se sitúa como el quinto grupo de distribución de nuestro país. Sin embargo, y como ocurre con el resto de marcas del sector, los gustos del consumidor están cambiando y con ellos se tienen que ir adaptando todas las marcas.

Si Lidl reduce el aceite de palma es porque su competencia también lo hace. Por ejemplo, el grupo Siro –interproveedor de Mercadona- ya ha anunciado su compromiso en este sentido para la bollería industrial de la firma valenciana. Así que en ese compromiso los alemanes quieren también poner coto a la otra gran preocupación de sus clientes: el azúcar. Para ello va a reducir un 33% en la mitad de la gama de sus bebidas Freeway y Solevita. Un trabajo en el que llevan inmersos ya desde el año 2012 y que ha permitido reducir el azúcar en toda la gama de sus cereales del 16%, según las cifras de la propia compañía.

En 2017 eliminará 1.000 toneladas de azúcar de sus productos

Para este año el objetivo es eliminar de sus productos 1.000 toneladas de azúcar, el equivalente a 150 millones de terrones. Una decisión que podría tener su detonante en el impuesto de bebidas azucaradas que entra este año en vigor y que ya hacen otros países como Reino Unido.

Unos cambios necesarios a tenor de las ventas que tiene la compañía. Ese interés por lo BIO se puede ver también en la oferta que ha lanzado a sus clientes. El pasado año incrementó un 11,8% la oferta de productos frescos, los cuales representan ya más del 30% del surtido. Frutas y verduras, carne y pescados frescos son algunos de ellos.

Todo ello, unido a sus bajos precios, provocó un aumento de la confianza que los consumidores depositaron en la empresa, incrementando sus ventas netas en un 9,4% en 2016 hasta los 3.335 millones de euros.

Productos made in Spain

Los productos españoles están en la cima y apostar por ellos es sinónimo de seguridad y calidad. Los consumidores lo saben y en su afán por atraer a una mayor clientela Lidl aumentó en un 8% el número de proveedores españoles.

Compró productos españoles por valor de 3.200 millones de euros y exportó la mitad

Pero la cosa no termina ahí. Más del 70% del surtido de la empresa son productos made in Spain. Su inversión en ellos provocó un incremento de siete puntos en su volumen de compra y alcanzó los 3.200 millones de euros. Ahora bien, como el producto español manda y es elogiado por muchos países, casi la mitad de la cuantía se destinó a la exportación. Es decir, que vendieron productos españoles fuera de nuestro país por valor de 1.700 millones de euros, un 13% por encima de la cuantía del año anterior. Esto provocó una balanza comercial muy positiva a la empresa que aumentó un 10% hasta los 880 millones de euros.

Un objetivo muy lejano

Lidl quiere seguir creciendo, pero quiere hacerlo despacio y con buena letra. Actualmente tiene 540 establecimientos y crece a un “ritmo de 30-40 tiendas por año”. Es por ello que alcanzar el objetivo de las 800 tiendas es algo que se contempla muy en el horizonte.

Además, hacerlo supone una fuerte inversión y la empresa alemana está destinando una parte importante de esa cuantía a reconstruir otros ya existentes. En 2016 destinó 368 millones de euros a esta partida y para este año prevé superar también los 300 millones para, según el director general de Finanzas de la empresa, Ferrán Figueras, “mejorar la rentabilidad de las tiendas y, a la vez, abrir nuevos establecimientos” en aquellas zonas en las que todavía no están presentes. Todo ello con el objetivo de “estar cada vez más cerca” de los clientes y mejorar sus resultados.

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Inversión en precios bajos

La lucha que Lidl tiene con otras empresas alimenticias por el hardiscount le lleva a lanzar promociones cuyo fin es competir en precios. El pasado año lo hizo por valor de 77 millones de euros y para prevé repetir la faena también en 2017.

Y es que las empresas luchan por hacerse un hueco, atraer al mayor número de clientes, y para ello deben ofrecerles los productos que quieren. Los gustos cambian y adecuarse a ellos es el objetivo si lo que quieren es sobrevivir. Si no es así, su fin será una muerte anunciada.