Saracho llega a Popular con una incógnita: Vender o ampliar capital

El Banco Popular se enfrenta a una situación crítica, que necesitará de decisiones drásticas en los próximos meses. Para hacer frente a estos retos entra en la presidencia de la entidad en sustitución de Ángel Ron, Emilio Saracho.  Su trayectoria profesional  comienza en 1980 en el Chase Manhattan Bank y desde entonces ha pasado por Banco Santander, JP Morgan y por Goldman Sachs en diversas etapas de su carrera.

El día 21 de diciembre de 2016, a través de un hecho relevante remitido a la CNMV, el Consejo de Administración de Banco Popular acordaba proponer el nombramiento de Emilio Saracho como presidente del Consejo de Administración en la Junta General Extraordinaria de Accionistas de hoy.

Su nombramiento surge como consecuencia de las desavenencias de los grandes accionistas de la entidad con  Ángel Ron, ya que le veían como el culpable de la mala situación que vive el banco.

La acción el día 21 de diciembre cotizaba a 0,954 euros por acción y ahora se sitúa en los 0,844. Pero si nos remontamos a septiembre de 2016 podemos ver como la acción se situaba en 1,253 euros por acción, ha perdido un 32,6% de su valor en 5 meses. Una cifra que sin duda hace mucho daño al accionista.

El cambio de presidente no es la solución a todos los problemas del Popular. La entidad tiene que seguir llevando a cabo reformas y ventas de activos para mejorar su estado financiero.

El mercado tiene en cuenta las dificultades de Banco Popular y sus requerimientos de capital. Pero no puede seguir haciendo ampliaciones de capital a la ligera sin un rumbo claro. Tiene que mejorar la solvencia y eliminar los activos tóxicos. Esto ya lo está llevando a cabo con la venta de activos improductivos aunque el ritmo durante 2016 ha descendido.

Mejora de la solvencia

El banco estima en la presentación de resultados que por cada 1.000 millones de euros que elimine de activos improductivos, la solvencia podría aumentar en 20 puntos básicos. Por otro lado, la venta de autocartera y la reducción de las minusvalías de renta fija permitirían subir 105 puntos básicos. El banco además podría desinvertir productos no estratégicos para mejorar también los requerimientos de capital.

¿Ampliación de capital?

La entidad ha inundado de papel el mercado en los últimos años. Los accionistas que han visto como se hacían una tras otra ampliaciones han tenido demasiada paciencia. Teniendo en cuenta además que el banco no parece haber cambiado de tendencia.

La entidad ha emitido en total casi 10.000 millones de acciones nuevas desde 2008. Además ha  realizado un contrasplit. Un contrasplit es un agrupamiento de acciones que consiste en reducir, en una determinada proporción (en nuestro caso 5 a 1), el número de acciones en circulación y multiplicar por esa misma proporción el precio de las acciones y su valor nominal. Este tipo de operaciones suelen realizarse cuando se han realizado muchas ampliaciones de capital o splits (que es lo que ha hecho el Banco Popular). Todos estos movimientos han supuesto la variación de los títulos en circulación sin parar en los últimos años.  Y una sangría para el accionista.

El nuevo presidente, por la trayectoria internacional que tiene, puede llevarnos a pensar que el banco está buscando una mejora de su imagen de cara al exterior y abandonar estas políticas de ampliaciones de capital. Con los contactos y con las influencias de Emilio Saracho  la entidad podría dejar de caminar sola, para aliarse con otros bancos ya sean nacionales o internacionales.

La entidad tendrá que hacer frente a esto mientras prosigue con la venta de activos, ya que aún tiene, pese a vender parte de ellos, muchos activos improductivos. Estos suponen un lastre tanto para su funcionamiento como para una posible compra de algún banco exterior.

En las próximas semanas podremos ver los primeros pasos del  nuevo presidente. Las opciones del banco en el este momento son dos: ampliación de capital o vender al mejor postor. ¿Podrá Emilio Saracho estabilizar Banco Popular?