La dura y agitada vida de La Veneno: de Joselito a icono trans

Cristina Ortín nació como José Antonio. Vivió una vida de palizas, incomprensión, prostitución, éxito televisivo, y prisión. Hasta su muerte fue polémica. Recordamos en este Qué fue de a «La Veneno, un icono trans que ayudó a visibilizar a todo el colectivo pero que murió sola y olvidada. Ahora una serie de los Javis (Javier Ambrosi y Javier Calvo), que podrá verse en Atresplayer Premium desde el 29 de marzon, ahonda en los brillos y la oscuridad de esta figura polémica de los años noventa.

La serie “Veneno: vida y muerte de un icono”, constará de ocho episodios de cincuenta minutos de duración cada uno, y en ella se abordará la caótica y luchada vida de esta famosa transexual desde su nacimiento en Almería hasta su muerte en Madrid, cargada de misterio.

Unos días antes de morir en un trágico y supuesto accidente doméstico, La Veneno publicó su biografía, “¡Digo! Ni puta ni santa. Las memorias de La Veneno», escrita por su amiga Valeria Vegas. Durante la promoción sostuvo que había recibido numerosas amenazas para no dar nombres de poderosos que habrían contratado sus serivicios como prostituta trans.

HUIDA Y FORJA DE UNA PROSTITUTA TRANS

Jose Antonio Ortín, o Joselito, como llamaban en casa, siempre supo que era diferente. Según narra en sus memorias, también su madre lo supo siempre, lo que ocasionó numerosas palizas. En los años setenta, ser transgénero no era una opción válida de vida, sino un riesgo, con opciones de prisión incluida.

Ante el continuo maltrato y la incomprensión en su entorno, con 14 años «La Veneno» huyó a Málaga. En los siguientes años trabajó de camarero y modelo en Málaga y Torremolinos, hasta que decidió ir a Madrid, una decisión que cambiaría para siempre su vida. Aquí comenzó su transformación: primero como transgénero, con el seguimiento de un tratamiento hormonal, y posteriormente, como prostituta en el Parque del Oeste de Madrid. Al poco, se convirtió en “la puta que más ganaba: hasta 100.000 pesetas por llevármelos a casa”, escribiría en sus memorias.

LA TRANS QUE SE CONVIRTIÓ EN ESTRELLA TELEVISIVA

Su primera aparición televisiva fue en La sonrisa del pelícano, y poco después, en Esta noche cruzamos el Mississipi, causó un auténtico furor, convirtiéndose en el estandarte del programa, y a su director, Pepe Navarro, el presentador estrella del momento. De una entrevista para un reportaje a convertirse en un icono de la televisión de los noventa con sus frases sin tapujos. Algunas de sus frases forman parte de la memoria colectiva de toda una generación.

El éxito con Navarro también supuso su ascenso fulgurante, popularidad que se tradujo en numerosas apariciones en todo tipo de programas y series, e incluso en la grabación de algunos hits como Veneno pa’ tu piel y El rap de La Veneno. ¡Hasta firmó una gira por España con un show de cabaret! Su popularidad traspasó fronteras, y también en latinoamérica se convirtió en un icono del colectivo transgénero, tan oculto y secreto como lo era en España unas décadas antes.

LA ETAPA MÁS OSCURA DE «LA VENENO»: PRISIÓN Y RENACIMIENTO

Si los noventa fueron los años del ascenso, el cambio de siglo supuso un calvario para la dama trans. En 2003 entró en prisión acusada de quemar su piso para cobrar el seguro. Dado que en su carnet de identidad aún constaba como hombre, fue enviado a una cárcel masculina, algo que le marcaría. Según narra en sus memorias, esos tres años en la cárcel se sucedieron episodios terribles de palizas y ensañamiento.

A su salida, con 41 años, estaba irreconocible: 120 kilos y un rostro desfigurado. A partir de ahí, las penurias se sucedieron: después de un fulgor pasajero en televisión que le ayudó a recuperar la forma, comprendió que su momento había pasado. Vivía de una pensión contributiva de menos de 400 euros, inmersa en el lumpen, y haciendo uso de malas compañías.

Obsesionada con su apariencia y feminidad, se operó numerosas veces los senos, pero nunca llegó a quitarse el pene. La Veneno fue muchas cosas, pero sobre todo, la primera trans en dar visibilidad y normalidad al colectivo transexual.

LOS MEJORES MOMENTOS DE «LA VENENO» EN TV

Cristina Ortín, La Veneno, murió a los 52 años, un 9 de noviembre. Estos son algunos de los mejores momentos que dejó en TV esta icono trans que huyó de su Adra natal para convertirse en un referente de la lucha de un colectivo hasta entonces ocultado de la sociedad. Aquí, el momento en el que Pepe Navarro queda conquistado por la espontaneidad de esta prostituta transgénero.