La resurrección mediática de Ágatha: los enemigos de mi ex son mis amigos

«¡Uh! ¡Vaya lio! Los amigos de mis amigas son mis amigos», decía la desgastada letra de Objetivo Birmania a finales de los ochenta. Y con variaciones la ha hecho suya Ágatha Ruiz de la Prada: «Me llevo genial con los enemigos de mi ex. Ahora son todos amigos míos». La diseñadora deja atrás su etapa junto a Pedro J. Ramírez, que denuncia desde El Español que el Gobierno forzó su salida de El Mundo por publicar la verdad sobre Bárcenas y que protesta porque los amigos mediáticos de Moncloa silencian sus exclusivas y le niegan el pan televisivo.

Sea como fuere, es evidente la marquesa de Castelldosríus y la baronesa de Santa Pau en el último año ha recibido un premio del Gobierno, ha fichado por el considerado como el periódico más cercano a Moncloa, La Razón, y esta semana ha gozado de una presencia estelar en el espacio de prime-time ‘Maestros de la costura’ de TVE, cadena que Ramírez lleva años sin pisar. Sería de un machismo insoportable relacionar los premios o presencias mediáticas de Ágatha a su ex, pero es evidente que en la Villa y Corte el riojano tiene demasiados enemigos que curiosamente han hecho mimos públicos a su ex tras su tormentoso divorcio.
La presencia más mediática de Ágatha se produjo este pasado mes de enero en ‘Sábado Deluxe’, programa en el que admitió que se había quitado «un gran peso de encima» sin Ramírez antes de calificar como «mierda» la entrevista del fallido investigador del 11-M en Harper’s Bazaar. Quizás la palabra más adecuada hubiese sido «cursi» por citas como estas: «Todos tenemos un pasado, todos tenemos una trayectoria que condiciona nuestras vidas, pero tengo la sensación, refutando la famosa cita de Mirabeau, de que Cruz y yo hemos llegado a orillas del Orinoco dispuestos a fundar una sociedad nueva».
Cruz Sánchez, la actual, afirmaba que en su enamoramiento nunca vio «a Pedro J., yo vi a Pedro, y eso ha sido lo que me ha posibilitado enamorarme de él como lo estoy. Jamás vi en él un personaje al que adorar. Pedro es una gran persona, una de las mejores personas que he conocido y el hombre más divertido que he encontrado nunca. Que es inteligente, brillante, listo y culto es lo que todos pueden saber, pero lo que pocos perciben es que es divertido, bueno, sensato y empático». Peores impresiones dejó en Ágatha, que niega estar despechada pero recuerda que Ramírez se convirtió en un «coñazo» tras sus problemas profesionales y su atrincheramiento entre estanterías repletas de Revolución Francesa.
Pero antes su adicción a Montesquieu y compañía Ramírez cambió, y Ágatha ahora se centra en su trabajo: «Creo que amiga de Pedro J., nunca más. Estoy muy contenta así. Nada mejor que el trabajo para salir adelante, aparte de los amigos y amigas. El trabajo es sensacional y el mío es tan absorbente, tan divertido y mágico… Me imagino que seguiré trabajando hasta el último día de mi vida. Me llevo muy bien con Tristán y Cósima, y estoy con ellos desde un principio. Es una pasada. Está como si me hubieran tocado a mis hijos en el reparto». Golpe bajo. Como los de Jiménez Losantos a su tertuliano.
Decía Federico tras enterarse de la ruptura que pensaba que «podía ser pasajero. Todas las parejas pasan crisis; Ágatha viaja mucho y Pedro J. es como es. Ambos tienen carácter, Pedro J. es un motor diésel y Ágatha es gasolina. Creíamos que era un follón del tipo me voy de casa, y te vas y luego vuelves. Llevan 30 años juntos. Yo me enteré cuando estalla la crisis, que pensábamos que iba a ser pasajera. Que no sé quién es. Pedro J. quiere algo amistoso y rápido. En la negociación, ambos tienen bienes y están casados, de modo que se plantea una situación un tanto más compleja. Pero también los abogados son amigos. No han vuelto porque efectivamente hay otra persona».
Cruz Sánchez se llama. Pero Losantos parte, reparte y recuerda que Ramírez ya tuvo otras amigas entrañables: «Cuando Pedro conocía a Ágatha éste ya cosía para afuera. Cuando no era la Cantudo era la Estrada o la otra. La ventaja de las hemerotecas es esa: tú ves cuando a Anson le gustaba Leticia Sabater por las portadas de Blanco y Negro. Y en el dominical de Diario 16 aparecen Ana Obregón, Susana Estrada y otras que en algún momento pasaban por la redacción».