La economía europea tendrá en la conducción autónoma su tabla de salvación

Un informe sobre la Conducción Autónoma (del grupo Policy Network) encargado por Nissan ha aportado unos interesantes datos respecto a la influencia que tendrá la nueva tecnología de conducción autónoma (también denominada Pilotaje Autónomo) en el marco económico europeo. En este informe se relatan las oportunidades sociales, económicas y de negocio en general que esta nueva tecnología puede traer consigo. De hecho, es tan llamativo que una primera estimación revela que se aportarán aproximadamente 17 billones de euros a la economía de Europa. Esto en 2050, claro.

El informe (en Nissan asegura que es un estudio «independiente») se centra en analizar el impacto y las oportunidades sociales de esta tecnología, sus aspectos clave y los retos tecnológicos a los que se enfrenta. Este estudio se centra en tres países europeos: Alemania, España y Reino Unido.

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La aparición de coches con esta tecnología supondrá inicialmente un incremento del 0,15% en tasa de crecimiento anual en las próximas décadas, dando como resultado un producto interior bruto en la Europa de los 28 de un 5,3% más elevado en ese año 2050 que el existente en la actualidad. De esa cifra, estos automóviles habrán aportado 17 billones de euros al PIB.

La tecnología de conducción autónoma es, como la IA (Inteligencia Artificial) en la informática, la gran panacea, aspiración y sueño de los fabricantes de automóviles. Realmente sus expectativas, posibilidades y oportunidades son inmensas, pero los múltiples problemas (unos producto de la legislación actual, y otros de la propia tecnología y sus limitaciones) no son nada desdeñables.

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Para Paul Wilcox, presidente de Nissan en Europa, este informe «independiente destaca que nos encontramos en plena revolución social y económica. Refleja que la tecnología autónoma tendrá una repercusión fundamental no solo en la industria automovilística sino también en las economías y las sociedades europeas, y apunta a que el liderazgo es necesario en todos los niveles de gobierno». Y añade: «En Nissan creemos que, para poder materializar al completo las ventajas que ofrece la conducción autónoma, los gobiernos y municipios de toda Europa deberían estudiar las conclusiones del informe, trabajar codo con codo con la industria automovilística y desempeñar un papel fundamental en el inicio de esta nueva era tecnológica».

Y es que el informe desvela un dato esperanzador con esta tecnología: el 23 por ciento de las personas encuestadas (una de cada cuatro) consideraría adquirir un automóvil autónomo en lugar de uno nuevo, si existiera esta tecnología. Se evitarían no solo casos de conducción temeraria, haciendo más seguro el tráfico terrestre, sino que además se minimizaría la problemática inherente a esos millones de personas que no quieren ni les gusta conducir, pero que por necesidad tienen que hacerlo a diario. Como dice Willcox, los clientes «quieren [esta tecnología] y comienzan a ver las ventajas de un futuro autónomo, pero es necesario contar con el marco legislativo adecuado para que prospere esta nueva era de la movilidad». Y concluye con una petición, totalmente razonable: «alentamos encarecidamente a los responsables del diseño de las políticas a seguir colaborando con la industria de modo que juntos podamos garantizar que los múltiples beneficios económicos y sociales que hemos destacado hoy se conviertan en una realidad en Europa».