La digitalización compensaría la desaceleración económica y el envejecimiento

La digitalización está cada vez más presente en nuestras vidas y su importancia la observamos día a día ya que está transformado casi cualquier aspecto de la sociedad. En nuestro país se han producido grandes avances y la economía digital ya representa el 5,6% del PIB de España y podría ir mucho más allá. Según el estudio ‘La reinvención digital: una oportunidad para España’ realizado por la consultora McKinsey, sólo se está capturando un 13,5% del potencial digital ya que aun con los avances que se han producido, nuestro nivel de digitalización está rezagado con respecto a la mayoría de países de Europa o en línea con mucho de ellos, tal y como muestra el gráfico inferior.

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La apuesta por la digitalización en nuestro país se produciría en un momento clave ya que nos enfrentamos a dos grandes desafíos: envejecimiento de la población y desaceleración de la economía. Dos situaciones que presionarán a la baja el PIB español por lo que se necesitan medidas que contribuyan a mitigar este impacto y la digitalización puede ser un aspecto clave ya que unido a un desarrollo de modelos más eficientes o la mejora del capital humano elevarían la productividad. Además, en el estudio van mucho más allá y dan cifras: su impacto podría ser de entre 150.000 y 225.000 millones de euros hasta 2025 lo que pondría un incremento de entre un 1,3% y un 1,8% anual del PIB. Unas cifras que serían mucho más notables en el caso de Europa y Estados Unidos debido a su mayor tamaño puesto que para estas regiones se pronostican una mejora de entre 1.590.000 y 2.500.000 millones en el caso de Europa y de 1.460.000 y 1.950.000 millones en el caso de Estados Unidos.

Para España la cifra es bastante menor porque obviamente se trata de un único país y de menor tamaño. Aun así, en el informe detallan como la mejora vendría sustentada por un incremento de la productividad multifactor: la optimización de las operaciones y de la cadena de montaje contribuiría con entre 54 y 90 mil millones de euros y la I+D y el desarrollo de productos con entre 35 y 64 mil millones. Por su parte, la mejora en el capital a través de la eficiencia de los activos proporcionaría entre 15 y 24 mil millones mientras que el incremento en la oferta laboral y de la productividad ascendería hasta un máximo de 43 mil millones.

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Un potencial que no se logra canalizar ya que contamos con ciertos obstáculos en esta transición digital como son la baja digitalización de algunos sectores económicos y pymes, un ecosistema de startups aún en desarrollo, la escasez relativa de inversión en Venture Capital y la falta de capital humano digital. Si la apuesta fuese clara y se abordara de lleno esta transición se producirían cambios en el mercado laboral ya que el 48% de las actividades actuales son potencialmente automatizables con tecnología ya existente. Una situación que no no implica destrucción de puestos de trabajo, tal y como señalan en el informe, puesto que la naturaleza del trabajo cambiará y muchas de estas actividades se sustituirán por otras de valor añadido. Aun así, en este proceso de transición estamos en el vagón de cola como se observa en el gráfico inferior.

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El estudio también muestra como apostar por la digitalización es sinónimo de éxito ya que se aprecia una fuerte correlación entre el PIB per cápita y el nivel de digitalización de un país. Por tanto, y con el objetivo de lograr un mayor grado de digitalización, en el informe se señalan diez pilares para acelerarla, tanto en el caso de España como del resto, por parte de distintos agentes. En el caso de las instituciones públicas se deberían reducir las barreras regulatorias, desarrollar un ecosistema digital a través de financiación y soporte a empresas, impulsar y retener el talento digital, incrementar los flujos de datos abiertos y continuar digitalizando los procesos del gobierno.  Pero esta misión no debe ser realizada únicamente por parte del Gobierno ya que las empresas juegan un importante papel importante. Estas últimas deben definir una estrategia digital integral, proporcionar herramientas digitales a los empleados, educar a los clientes e invertir en infraestructuras de sistemas y ciberseguridad mientras que los individuos deberemos reeducarnos y prepararnos para el mundo digital, sobre todo aquellos que no son nativos de la “era digital”.

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En nuestro país se aprecia como hay empresas que están liderando la trasformación digital y hemos asistido a la creación de empresas basadas en modelos de negocio digitales que incluso gozan de presencia internacional y son conocidas por casi todo el mundo como son los casos de Privalia, Wallapop o Cabify.

Pero, ¿por qué se debe de apostar por la digitalización? La respuesta a esta pregunta parece muy sencilla ya que los beneficios económicos son elevados. Al crecimiento económico, antes señalado, se uniría la creación de puestos de empleo (hay casos internacionales en los que cada trabajo digital genera entre 2 y 4 puestos en otro lugar de la economía con salarios por encima de la media), una mejora de la productividad (las industrias más digitalizadas son en las que más crece la productividad) y la disminución de la pobreza  (la experiencia en Bolivia o India ha demostrado que puede ser una herramienta para la inclusión y la mejora de los salarios para los menos favorecidos).