Para muchos trabajar es su vida, especialmente si tienen un negocio propio. Pero también hay quien quiere disfrutar de su tiempo libre y ya está pensando en cuándo podrá retirarse. En el caso de los trabajadores asalariados existe lo que se conoce como jubilación parcial, una modalidad de retiro de la que se ha hablado mucho en el colectivo de los autónomos.
Aunque solemos pensar que cuando uno se retira del trabajo lo hace de forma total, lo cierto es que en nuestra legislación existen varias modalidades que permiten tanto a autónomos como a asalariados compatibilizar el cobro de una parte de su pensión pública con lo que ganan a través de su actividad profesional. Pero estos tipos de jubilación no son iguales para trabajadores por cuenta ajena y por cuenta propia. Una vez más las diferencias entre autónomos y asalariados se hacen evidentes cuando se trata de protección pública.
¿Qué es la jubilación parcial?
En la jubilación parcial el interesado reduce su jornada de trabajo y en forma proporcional lo que gana. Sin embargo, compensa esa bajada en sus ingresos con más tiempo y libre y con el cobro de una parte de su pensión de jubilación. Luego, cuando llegue el momento podrá acceder a la jubilación ordinaria o incluso a la anticipada si lo desea y cumple los requisitos para ello.
Por su parte, la empresa puede celebrar o no un contrato de relevo con otro empleado que se encargue de completar el resto de la jornada que el jubilado parcialmente ya no lleva a cabo. Así, las empresas van rejuveneciendo su plantilla y los nuevos empleados pueden ir aprendiendo de la experiencia de los más antiguos.
