Fuego cruzado entre Italia y la Unión Europea, ¿quién pierde?

Inditex tiene 365 tiendas en Italia: 101 de Zara, 57 de Pull & Bear, 82 de Stradivarius, y 64 de Bershka. Por tanto, se trata de un mercado representativo de los intereses allende los mares de la firma presidida por Pablo Isla. Tanto que, durante el pasado mes de septiembre, volvió a reabrir su emblemática tienda del Corso Vittorio Emanuele de Milán tras cuatro meses de obras. Más de 3.500 metros cuadrados que serán ejemplo para otras tiendas de todo el mundo ya que en la misma confluyen el comercio tradicional y la vanguardia online.

¿Están preocupados en Inditex y en el resto de empresas españolas con presencia en Italia por los órdagos que le está lanzando el gobierno populista italiano a la Unión Europea? Recapitulemos: el déficit del país trasalpino llegará al 2,4% desde el 2% actual, incumpliendo el compromiso del Pacto de Estabilidad; y los representantes gubernamentales han llegado a apostar por tener su propia moneda fuera del euro.

Las consecuencias no se han hecho esperar: la prima de riesgo de la tercera potencia económica de la UE ha superado los 300 puntos básicos y la bolsa italiana ha arrastrado a sus homónimas europeas. Además, JP Morgan señala que podría darse el caso de que se produjeran flujos de salida de los bonos italianos lo que incrementaría el coste de financiación de la deuda italiana, ya de por sí elevada.

Una especie de calma chicha es lo que se vive en las empresas españolas con intereses en Italia

“No solemos comentar temas políticos”, apuntan desde Inditex. Sin embargo, otros grupos, como Ebro Foods, si se mojan al respecto: “La situación política en Italia no afecta en ningún sentido al desarrollo de nuestros negocios allí por lo que la compañía no está preocupada al respecto”.

Como puede apreciarse, existe una dualidad a la hora de calibrar el momento que se vive en Italia. Por un lado, están quienes tienen claro que su actividad no se verá dañada y, por otro, aquellos otros que se mantienen a la espera de ver qué pueda pasar.

ZARA Y LA DEPRECIACIÓN DE SALARIOS

En el hipotético caso de que Italia tirase por la calle de en medio, y acabase abandonando la UE, las consecuencias para las empresas españolas con intereses allí serían notables.

Si ponemos como ejemplo Cataluña, diferentes estudios aseguraron que la independencia llevaría consigo un aumento del paro y una rebaja de salarios. Otro caso es el del Brexit. Desde que ganó el sí, los británicos, por la erosión de los salarios reales, han perdido 455 euros anuales. Cantidad que, dado el caso, no podrán gastar en las tiendas de Zara, o en acondicionar las piscinas de Fluidra, o en asegurarse en Mapfre.

El fabricante de piscinas y sistemas de riesgo está presente en Italia desde 2008 cuando adquirió el 90% de Swimming Pool Equipment Italia (Spei). Mapfre, por su parte, opera a través de las distintas unidades de negocio del grupo: seguro, reaseguro, riesgos globales y asistencia. En concreto, en seguro directo, lo hace a través de Verti. El pasado año, las primas emitidas por todas las unidades de negocio en Italia ascendieron a 677 millones de euros, un 2,88% del total de Mapfre.

Ebro Foods, por su parte, tiene dos líneas de negocio Premium: Bertagni y Garofalo. “Ambos generan menos de la mitad de la cifra de negocio en Italia porque tienen una presencia internacional muy amplia. El negocio puramente italiano representará apenas un 3% de la cifra de negocio del grupo”, indican. Pero si Italia siguiera la senda del Brexit, fronteras y tasas podrían menguar sus resultados.

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Quienes pueden llegar a sentir en mayor medida la inestabilidad italiana serían dos cadenas hoteleras: Meliá y NH. La primera tiene tres marcas y seis hoteles; la segunda cuenta con 51 establecimientos. A la caída previsible de los salarios, que frenaría la llegada de clientes autóctonos, podría unirse la huida de los foráneos a destinos con menos inestabilidad.

Otras empresas con intereses en Italia son Sacyr y Cellnex Telecom. La primera está construyendo la autopista Pedemontana-Veneta (inversión de 2.548 millones de euros) y la Roma Latina (2.765 millones de euros). Si se produce la desconexión italiana con Europa, el presupuesto podría dispararse, y los plazos de cobro alargarse.

Cellnex, por su parte, es el principal operador independiente de infraestructuras de telecomunicaciones inalámbricas con más de 9.000 emplazamientos. Una tercera parte de sus ingresos proceden de Italia. Su exposición a los posibles daños, al estar en un sector regulado, es menor.

Aunque la mayoría de las empresas españolas con intereses en Italia no quieren pronunciarse, como Zara, lo cierto es que la situación en Italia les plantea dudas e incertidumbres. Porque si, finalmente, se produce el choque de trenes entre Roma y Bruselas, acabaría afectando a su cuenta de resultados.