Vuelta al pasado: Ibercaja enfanga sus resultados por escarceos políticos

Ibercaja ha vuelto al barro. Su rentabilidad, en el tercer trimestre fue del 4,3%, se aleja no solo de lo exigido a cualquier empresa (que puede dar un 5%) o al coste de capital (en torno al 10%) sino que queda muy lejos de la competencia. En está ocasión, al sospechoso habitual, el nulo crecimiento del margen de intereses, se le suma un antiguo enemigo de la banca como son las provisiones. En concreto, se han disparado en los nueve primeros meses del año un 34,4%. La razón es el incremento del crédito a instituciones públicas, que controlan el banco, que en algunos casos incluso ha llevado a la entidad a pagar dinero para prestar al Gobierno de Aragón. Un cóctel que hace que sus resultados sean todavía más desconcertantes.

Sirva como paradigma del descontrol que suponen los créditos de la entidad que preside José Luis Aguirre a los poderes públicos uno de los últimos que otorgó al ya nuevo presidente socialista, Javier Lambán. Se trata de un préstamo a un año firmado el 27 de julio por valor de 10 millones con una referencia de Euribor a 12 meses más un diferencial del 0,25%. Obviamente, según están los tipos de interés, el indicador utilizado siempre ha sido más negativo que el porcentaje que se añade, por lo que desde su rubrica el banco ha tenido que pagar a la Comunidad Autónoma. Por ello quizás, Aragón sigue batiendo récords históricos en cuanto a deuda, según el Banco de España, o Zaragoza es la ciudad con más deuda por habitante.

Obviamente, este tipo de créditos con condiciones muy ventajosas para los clientes pesan como una losa sobre las provisiones. De hecho, dicha partida sirve como una especie de caja fuerte en la que los bancos guardan dinero para hacer frente a posibles impagos en sus créditos. La razón no solo es que el banco no tiene la garantía de que todos los préstamos que concede le sean devueltos, sino que además las nuevas normas contables obligan a aprovisionar por pérdidas posibles. Antes solo se cubría por pérdida incurrida, lo que aumenta la factura.

De una manera general, para encontrar el responsable de cualquier incremento en las provisiones, que ha pasado de 106 a 142 millones, primero hay que acudir a la mora. Aunque rápido se puede comprobar que no es el sospechoso, puesto que ha caído con fuerza en el último año. Al seguir las cuentas de Ibercaja se puede observar que tampoco se debe a un incremento del volumen de préstamos, ni a la financiación al consumo, un clásico en estos días que vive la banca, dado que es prácticamente igual que hace un año. Incluso menos se puede achacar a las empresas, puesto que su caída es todavía mayor.

Al final, el único sospechoso se encuentra al final y se conoce como: Sector Públicos y Otros. Dicho apartado se ha disparado hasta un 45,8% en el último año. En concreto, desde los 1.000 millones de euros hasta superar los 1.450 millones. En términos generales sirven para sufragar los distintos gastos que tienen las administraciones públicas, por lo que su valor es especialmente más alto a medida que se acercan las elecciones. Y, para los despistados, a finales de mayo hubo elecciones autonómicas y locales.

IBERCAJA, ELECCIONES Y ARAGÓN

Obviamente, para que corresponda una cosa y la otra, aumento del crédito público con las elecciones, primero debe existir una coincidencia temporal. La cual se observa sin necesidad de ajustar mucho la mirilla. Así, en los dos últimos trimestres se dispararon los préstamos a instituciones públicas un 73,6%, desde los 840 millones a los 1.458. Dicho incremento se reparte entre en un 30% en el segundo trimestre, unido a otra subida casi del 35% en el tercer trimestre. Por lo que es evidente que se utilizaron en este sentido.

Aun así, se puede ajustar más el disparo al observar lo que pasó la última vez que se celebraron otras elecciones similares, también en mayo, pero de 2015. En concreto, mientras que entre enero y marzo de aquel año la nueva producción de préstamos con el sector público fue de 40 millones, en los dos trimestres siguientes dicha cifra de multiplicó por 10. Lo que supone un increíble 1.000%, que se dividieron en 115 millones de euros en el segundo y hasta 289 millones en el tercero. En ese momento, como ha ocurrido ahora, ese incrementó significó aumentar con fuerza la partida de las provisiones. De hecho, se ‘guardó’ más dinero en ese periodo que en los últimos cinco. Ahora, en 2019, será el que más provisiones registre desde 2016.

La respuesta de la entidad, más bien de los que dirigen la antigua caja, nos retrotrae a los años más gloriosos de España, dicho con sorna e ironía. Aquellos en los que políticos en activo, también en diferido, utilizaban dichos instrumentos de ahorro (el apellido de cajas de ahorro no era algo estético) para su beneficio y sus obras magnánimas (en aquellos momentos). Ahora, se comprueba que todavía quedan aquellos rescoldos y que a los accionistas les sigue saliendo muy caro, véase que casi la mitad del resultado de la entidad ha ido a provisiones. Al fin y al cabo, las corporaciones locales (con algo más de un 20%) y la Comunidad Autónoma de Aragón (con un 21,4%) representan casi la mitad de la propiedad del banco. Por lo que, hasta que salga a bolsa (con una rentabilidad muy pobre) parece que podría seguir la barra libre.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2