Horizon Zero Dawn: El futuro es de los wearables

Las primeras referencias que tenía de Horizon Zero Dawn, el nuevo juego de Guerrilla para Sony, fueron las del teaser de presentación en el E3 de 2015. Una sociedad tribal post-distópica en un mundo de bestias robóticas y una protagonista femenina en un juego con muy buena pinta.

Más adelante, me topé con un debate extrañísimo en las redes en el que se trataba sobre si la protagonista, Aloy, era todo lo atractiva que esperaban un grupo de jugadores fanáticos y machistas cuyo interés en encarnar a una mujer pasa por mirarle mucho el culo mientras juegan en el modo de tercera persona. Lo ignoré bastante. 

Con el juego en la mano, tengo claro que nos encontramos con una franquicia que es un potencial vendeconsolas, una verdadera gozada para PS4 que nos traslada a un mundo interesante, nos cuenta una historia que en las horas de juego que llevo me parece vibrante y nos presenta a una protagonista que va a hacer historia en los videojuegos. Si los pajilleros imbéciles la critican debe ser porque no les gustan las mujeres con fuerza, criterio, personalidad y un mínimo de interés. Yo, por mi parte, puedo dejar que mi hija me vea jugar con ella y me encanta que tenga un modelo de heroína a seguir y que sea su padre quien lo encarne. Que mi hijo vea a una moza másmola como Aloy repartiendo candela a bestias robots es un extra maravilloso.

En la variedad está el gusto.

Horizon Zero Dawn es un buen juego porque tiene las tres cosas que le exijo a algo así: Una magnífica historia, un mundo colorido y muy abierto y unas mecánicas de juego que sean fáciles de aprender pero difíciles de dominar. De hecho, puede ser jugado por varios tipos de jugadores, desde los más atrevidos que van dando zurriagazos y ensartando a flechazos a las bestias robots en una coreografía rápida y violenta, hasta los cuidadosos que se concentran en los recursos, en las trampas y en el sigilo frente a los retos del mundo salvaje que rodea a Aloy.

El producto aprovecha mecánicas de juegos como The Witcher en cosas como seguir rastros o el modelo de caza de criaturas a cual más complicadas, pero no deja de recordarme poderosamente a la última versión de Tomb Rider por los sistemas de escalada, el uso constante del arco y algunos pequeños puzles.

Encuentra tu foco.

¿Por qué hemos titulado esta review hablando de los wearables? Porque Aloy basa parte de su ventaja táctica en un dispositivo original, que ella llama Foco, y que no deja de ser un dispositivo ‘ponible’ avanzado que la permite entrar en un mundo de realidad aumentada. Un gadget curioso que conecta a la altura de la oreja, que interactúa directamente con su cerebro y que le permite ver visiones que otros ignoran.

La estética de su tribu, los Nora, y buena parte del mundo que le rodea tienen mucho que ver con los protagonistas de The 100, y con mucha ciencia-ficción clásica. Conecta claramente con el tipo de mundo de Kamandi o Dinosaurio Diabólico, con Mad Max o con La Fuga de Logan.

Conclusiones.

Nos encontramos con uno de los juegos del año, casi perfecto en su ejecución. He leído críticas sobre lo repetitivo de sus mecánicas, pero me parecen absurdas, teniendo en cuenta que puedes hacer las cosas de varias maneras distintas. Además, cada vez que pienso que la historia va a ir en una dirección, me he sorprendido con un cambio de giro. Quizá cuando lo termine cambie de idea, pero por ahora me está entusiasmando.

Ahora mismo -aún no lo he terminado- creo que Aloy es uno de los personajes más interesantes del panorama actual de los videojuegos y que Horizon Zero Dawn se merece todo lo bueno que le pase. Enhorabuena a los padres de la criatura.