Heineken fía su futuro a experimentos con la sidra y la cerveza artesana

El año 2018 no fue un buen año para Heineken España. La auditoría de las cuentas anuales reconoce unos “resultados irregulares” debido a una fuerte ralentización del crecimiento del sector cervecero. El cierre de 2019 tampoco se plantea fácil tras una huelga y una revisión a la baja de las previsiones a nivel mundial. De ahí, que la empresa cervecera tire de innovaciones en otras bebidas para mejorar los resultados.

La posición de la compañía como impulsadora de la innovación en el sector se ha mantenido con la fuerte apuesta de nuevos lanzamientos como cider Ladrón de Manzanas y nuevas marcas premium como Heineken 0,0, Cruzcampo Especial, nuevas variedades de Desesperados y toda la gama de marcas Radler.

Esta cider, una especie de sidra que se diferencia de la tradicional en el tipo de fermentación y en el uso de manzanas dulces y ácidas para su elaboración, se lanzó en 2018. “Dos años después de su lanzamiento, la marca se encontraba disponible en más de 50.000 puntos de venta de hostelería y restauración a nivel nacional, así como en prácticamente todas las cadenas de alimentación”, reconocen desde Heineken.

Tras los resultados irregulares de 2018 y las malas previsiones en el sector de la cerveza, Heineken apuesta por otras bebidas

Todo un éxito que se suma a su apuesta por la cerveza artesana. La compañía no ha querido dejar escapar la oportunidad de estar en el sector de las cervezas artesanas. Además de la alianza con la madrileña La Cibeles, “en este último año hemos introducido en España Lagunitas -la icónica IPA californiana- y hemos lanzado las nuevas variedades Cruzcampo APA, IPA y Trigo”, indican desde Heineken a MERCA2. Y tras la apertura de La Fábrica Cruzcampo de Málaga, ya están trabajando en un proyecto en Sevilla que “aspira a convertir esta ciudad en un referente de cultura cervecera” con la apertura en 2020 de la segunda microcervecería en España.

LA CLIMATOLOGÍA “ERRÁTICA” EN 2018

En 2018, la cervecera se vio afectada por “una climatología errática durante todo el año y la caída del turismo», especialmente en Andalucía, tal y como reza en la auditoría de cuentas depositadas en el Registro Mercantil y recogidas por Insight View.

Este contexto tuvo un impacto negativo en las ventas de Heineken, tanto en el canal hostelería como en el de alimentación. La cifra de negocio de Heineken fue de 957 millones de e uros en 2018, un 5% menos. También fue la principal causa de que el volumen de producción de cerveza sea un 2,5% menor que en 2017, llegando a los 10,3 millones de hectolitros. Además, la empresa registró un beneficio neto de 73,13 millones de euros en 2018. La cifra supone una caída del 70%, respecto a los 247 millones de euros obtenidos en 2017. 

Para 2019, desde la compañía no pueden aportar datos de previsión para España. No obstante, la empresa estima que su beneficio neto mundial registrará un crecimiento orgánico del 4% al cierre de ejercicio. Una cifra inferior al alza pronosticada de las ganancias del 5%. “Estamos observando una volatilidad incrementada en varios de nuestros mercados, algo que asumimos se mantendrá para el resto del año”, destacó hace un mes el presidente y consejero delegado de la compañía cervecera, Jean-François van Boxmeer.

PROBLEMAS LABORALES

El pasado mes de noviembre, los sindicatos CCOO, UGT y CSIF convocaron una huelga para denunciar que la empresa externaliza actividades, despide al personal de forma “progresiva e indiscriminada”, incumple el convenio, incrementa la carga de trabajo sin aumentar la plantilla y genera “incertidumbre” en las oficinas de Sevilla.

Heineken España cuenta con una plantilla de 1.585 empleados, un 12% menos que en 2017 debido a la aplicación del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de enero de 2018 que afectó a 220 empleados de determinadas áreas de la compañía. A esos empleos, hay que sumar 109.500 indirectos e inducidos en 2018, de los que la gran mayoría (98.000) pertenecen a la hostelería.