Gunningham, el aliado de Ana Botín para digitalizar el Santander

La pandemia nos ha vuelto más digitales, también en nuestra manera de relacionarnos con la banca. Los más jóvenes nunca han pisado una sucursal o lo han hecho muy pocas veces, los mayores no conocían otra cosa, pero se han adaptado a operar por la web o la app, sobre todo durante el confinamiento.

Una vez resuelto el misterio, muchos clientes se han sentido cómodos y han seguido operando por esta vía. De manera que los bancos han decidido incrementar su inversión en digitalización y echar el cierre a oficinas. Esto no es nuevo, de hecho, llevaba varios años haciéndose, pero este 2020 los ajustes se han acelerado.

En cuanto a la transformación digital, además del desembolso económico, la banca lleva tiempo fichando a directivos con un gran bagaje en empresas tecnológicas y el Banco Santander es una prueba de ello.

LA LLEGADA DE GUNNINGHAM

La entidad decidió el pasado 30 de junio incorporar a tres expertos para impulsar su estrategia y transformación digital, uno de ellos apareció hace tan solo unos días reconocido en el BOE, se trata de Sebastian Gunningham.

El directivo es presidente de Santander Consumer Finance y también vicepresidente de Openbank, además de asesor sénior de la presidenta del banco, Ana Botín, en tecnología. Una tarea que ya acostumbraba a hacer, pues el estadounidense fue director general en Amazon donde estuvo más de una década y era la mano derecha de Jeff Bezos.

También fue ejecutivo en Apple y Oracle, trabajando mano a mano con Steve Jobs y Larry Ellison. Igualmente, ejerció de consejero delegado de WeWork tras la salida de su cofundador, Adam Neumann. Su dilatada experiencia ha dado impulso al Santander, que trata de llevar a cabo importantes cambios en esta recta final del año.

Junto a él, el banco apostó por Francisco D’Souza como asesor estratégico para el desarrollo de Santander Global Platform (SGP) y R. Martin Chávez como consejero independiente para formar parte de las comisiones de retribuciones, de supervisión de riesgos, regulación y cumplimiento, y de innovación y tecnología. Chávez trabajó 20 años en Goldman Sachs y después fundó distintas empresas tecnológicas en Silicon Valley y Nueva York.

Aunque llevaban tiempo gestándose, apenas 4 meses después de estos fichajes, el Banco Santander anunció tres cambios históricos precisamente en las áreas donde trabajan. El primero de ellos, una fusión entre Santander Consumer Finance (SCF) y Openbank, liderada por Gunningham.

LA FUSIÓN

Según explicó Ana Botín durante la última junta de accionistas del banco, integrando la financiera con el banco 100% digital, se aprovechará la escala y la presencia de estos negocios y se creará un banco global de financiación al consumo nativo digital con gran potencial de crecimiento.

Pues, SCF “es líder” en Europa, con presencia en 15 mercados y más de 20 millones de clientes. Mientras que Openbank destaca entre los bancos digitales europeos por su volumen de depósitos y su amplia gama de productos financieros para particulares. Actualmente opera en España, Alemania, Holanda y Portugal.

El segundo plan del Banco Santander consiste en crear una de las mayores plataformas de pago en el mundo y para ello, contará con la infraestructura de Santander Global Platform(SGP) y el liderazgo de D’Souza.

La unidad digital de SGP se constituyó en 2019 para dar visibilidad a la transformación tecnológica del banco y agrupa a Openbank, Getnet, Superdigital y Ebury. Pero ahora, con el nacimiento de PagoNxt cambia por completo.

EL NUEVO PAGONxT

Esta plataforma de pagos tendrá tres vertientes: comercios, individuos, y pymes. Con ella, abrirán la puerta a un mercado global de unos 500.000 millones de euros. Respecto a la primera, las soluciones para comercios, se estructurará en torno a la brasileña Getnet, la unidad de negocio global que ya tiene plataforma en Brasil, México y Argentina.

En cuanto a las soluciones para pymes que operan internacionalmente -Santander cuenta con 200.000 pymes que compran y venden, realizan importaciones y exportaciones- desarrollará este negocio apoyándose en Ebury, que ya está presente en 17 países y trabaja con 140 monedas.

El tercer segmento lo conforman los productos y servicios digitales para particulares. En este caso, la entidad aprovechará Superdigital, su plataforma de inclusión financiera para la población no bancarizada en Latinoamérica, que ya está presente en cinco mercados.

ONE SANTANDER

El último plan del banco pasa por unificar sus negocios en Europa, convertir a los distintos bancos en uno y tener una estructura más simple que genere sinergias y eficiencias. Un concepto llamado ‘One Europe’ o ‘One Santander’ que les permitirá generar mayores ingresos y ahorrar costes adicionales. En concreto, prevén ahorrar costes de 1.000 millones de euros en España, Portugal, Reino Unido y Polonia en los próximos dos años.

Al frente de One Europe está Antonio Simões, responsable regional de Europa desde septiembre. El portugués venía de HSBC, McKinsey & Company y Goldman Sachs. A él le reportan los responsables de los cuatros países y él lo hace al consejero delegado, José Antonio Álvarez.

Los tres retos del banco tienen un único objetivo: ser más digital. Un concepto que este año ha cobrado más relevancia, pero donde el banco ya tenía experiencia, pues destina 5.000 millones de euros anuales a tecnología y digitalización. Además, ya disponen a nivel grupo de 41,4 millones de clientes digitales- de un total de 146 millones de clientes en el mundo- solo entre enero y septiembre sumó 4,5 millones.

Por países, los clientes del Santander en España no son los que reflejan las cifras más elevadas, pues la entidad tiene 5,1 millones de clientes digitales frente a los 6,2 millones de Reino Unido o los 15,2 millones de Brasil. También en los nueve primeros meses del año han aumentado las ventas digitales y ya representan un 44% del total.

Precisamente por esto, para compensar el acelerón digital y el cierre de sucursales, el Banco Santander ha aplicado en España el mayor ERE de su historia, pues ha afectado a más de 3.000 trabajadores. Un proceso de reestructuración que se extenderá por los otros países de Europa.