Las grandes constructoras no sacan partido del tirón electoral

Se trata de todo un clásico. Cuando llegan las elecciones (y este año hemos tenido ración por partida doble), esas obras que el ciudadano de a pie lleva meses y meses esperando, acaban viendo la luz. No se trata sólo de la típica operación asfalto de tal o cual ayuntamiento, sino que tanto la administración general, las comunidades autónomas y la administración local se ponen ‘manos a la obra’ y licitan todo lo habido y por haber. Un chollo para las constructoras.

Basta con repasar las estadísticas de Seopan (Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras) para corroborar con números lo que flota en el ambiente. Así, y de enero a abril de 2018, la administración general licitó en obra nueva por valor de 376,7 millones de euros, y en rehabilitación y mantenimiento, por 539,2 millones de euros. Este año, esas cantidades se dispararon hasta los 1.438,4 millones y 789 millones, respectivamente. Es decir, un 281,8% y un 46,3%.

Las grandes constructoras han puesto el foco en el exterior perdiendo el interés por las obras que se licitan en España

Lo curioso es que las grandes constructoras (ACS, OHL, FCC, Sacyr o Ferrovial) no han sacado todo el partido que podría presuponerse a esta especie de ‘manga ancha’ o dispendio llevado por las administraciones. De hecho, sólo OHL y FCC han publicado algo al respecto. Así, la compañía presidida por Juan Villar Mir se adjudicó, por 45 millones de euros, el túnel de Seberetxe en Bilbao. Dicho proyecto fue licitado por la Diputación Foral de Vizcaya. También se hizo, en este caso a instancias de la Generalitat de Cataluña, de varios proyectos de edificación (ampliación y reforma) del hospital de Viladecans. ¿Presupuesto? Más de 70 millones de euros. FCC, por su parte, y a través de Aqualia, se hizo con las labores de operación y mantenimiento de la planta desaladora de La Marina Baja (Alicante), y su red de distribución, para los dos próximos años. ¿Importe? 2,6 millones de euros. Ni ACS ni Ferrovial ni Sacyr anunciaron algún tipo de contrato de fronteras adentro.

LAS CONSTRUCTORAS SE MUEVEN ENTRE DOS AGUAS

No sólo la administración general ‘infló’ la licitación pública. Así, las comunidades autónomas la incrementaron de 718,8 en los cuatro primeros meses de 2018 a 1.093,5 millones en el mismo periodo de 2019. Aunque en rehabilitación y mantenimiento se mantuvo estable (-0,3%). Las CCAA más ‘generosas’ fueron la Región de Murcia (con un incremento del 472%), Extremadura (177%) y Canarias (117%). Por lo que respecta a la administración local, en obra nueva pasó de 858,8 a 1.224,7 millones, retrocediendo ligeramente en rehabilitación y mantenimiento (-0,9%).

A modo de curiosidad, y en los cuatro primeros meses del año, quien se lleva la palma en cuanto licitaciones públicas de entes públicos y sociedades estatales es Adif, con más de 1.000 millones, muy por encima de Aena (174 millones), o las autoridades portuarias (196 millones). Por tipo de obra, la clasificación la encabeza transportes (carreteras, ferrocarriles y puertos), con 2.925 millones, seguido por edificación (residencial y no residencial), con 2,285 millones, e infraestructuras hidráulicas (502 millones).

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La pregunta es: y después de las elecciones, ¿qué? Pues se puede decir que se abre un periodo de expectación. Lo normal es que, una vez pasada la fiebre electoral, se desinfle. Durante el primer trimestre del año, la demanda de cemento alcanzó una tasa media de crecimiento alrededor del 9% arrastrada por las más de 100.000 viviendas iniciadas en España en 2018. Los expertos auguran que la cifra no se repetirá.

Además, el indicador de clima de la construcción ha caído 17,3 puntos en mayo respecto al mes anterior, y 26,1 puntos respecto al mismo mes de hace un año. Por tanto, la cartera de pedidos se desinfla. Pero no todos son sombras. Según la Asociación Española de la Carretera (AEC), España tiene un déficit de unos 7.000 millones de euros en conservación de la red viaria. Habrá que ver si el nuevo ejecutivo saliente de las urnas del 28 de abril da el pistoletazo de salida para su recuperación. Las constructoras se lo agradecerán.