Garoña: el peaje del PNV para los Presupuestos 2018

El pasado martes, en la tertulia de La Linterna de la Cadena COPE, el profesor Javier Morillas y un servidor tuvimos un cierto debate en torno a las razones del cierre definitivo de la central nuclear de Garoña. Morillas mantenía que el Gobierno tenía decidido el cierre porque además de los motivos políticos, la central es muy pequeña, aporta muy pocos kilowatios al volumen general de consumo en España y, además, está obsoleta.

Yo mantenía, por el contrario, que de no encontrarse en minoría el Gobierno no la hubiera cerrado y que lo ha hecho cediendo a la presiones del PNV a cambio de su voto favorable en los Presupuestos.

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Terminada la tertulia, un destacado miembro del Gobierno me enviaba un mensaje al móvil: “Tienes tu razón, no hubiésemos cerrado Garoña de haber tenido mayoría absoluta, por dos razones fundamentales: la primera, que el coste del cierre es más ato que el de mantenerla abierta aunque esté sin actividad y, segundo, porque no estábamos dispuestos a hacerle ese favor a Pedro Sánchez y a la izquierda”, aseguraba mi fuente.

Y añadía: “Pero estamos en minoría y necesitamos el apoyo del PNV, y ha sido una condición expresa que nos ha puesto el lehendakari Urkullu para votar a favor de los Presupuestos de 2018. Además, nos interesa mucho tener al PNV contento, porque no sabemos si Sánchez e Iglesias acabarán por presentar una moción de censura y dependerá del PNV que salga adelante… Los nacionalistas vascos ya se abstuvieron en la moción de Pablo Iglesias y para que no hagan lo mismo con una de Pedro Sánchez hay que darles prácticamente todo lo que pidan para que puedan justificar su cambio de opinión”.

Y es que el Gobierno vuelve a ver con cierta preocupación la posibilidad de que la izquierda y los nacionalistas se unan de nuevo para intentar derribar a Rajoy, lo cual sólo podría salir adelante con la abstención –ni siquiera el apoyo- del PNV porque, de lo contrario, la moción está condenada al fracaso al no sumar los 176 votos favorable. Garoña bien vale una legislatura.