Ganadores y perdedores al calor de un petróleo encarecido

No hay que echar mucho la vista atrás para ver unos precios del petróleo rondando los 30 o 40 dólares. El esquema cambió cuando la OPEP y otros países no miembros del cártel decidieron cortar el grifo del crudo con un acuerdo que ponía punto y seguido a la guerra competitiva que por entonces habían tenido.

En ese momento todo cambió. La sobreoferta que abundaba empezó a corregirse y la demanda empezó a repuntar a niveles que no se habían visto en años. La consecuencia fue la escalada del oro negro hasta niveles que no se veían desde el 2015, periodo en el que seguía desinflándose aún de los máximos por encima de los 120 dólares cosechados allá por el 2011.

Sin embargo, lo relevante es que su cotización parece haberse estabilizado, por lo que la cuestión que subyace es quiénes salen ganando o perdiendo de esta escalada ya consolidada, al margen de las compañías del sector energético, para el futuro.

EL PETRÓLEO Y EL MERCADO

En primer lugar, las miradas han de centrarse en las perspectivas sobre el crudo y cuáles son las proyecciones que manejan los expertos para poder tener sobre la mesa una composición de lugar. En este sentido, los inventarios siguen aumentando gracias al sólido crecimiento de la producción, al incremento de las importaciones y el descenso de las exportaciones.

En Estados Unidos los niveles de almacenamiento vuelven a los niveles promedio de 5 años y los últimos números incluso muestran algunos pequeños excedentes en contra de la tendencia estacional. Mientras tanto, las naciones petroleras continúan bajo presión por parte de los principales productores para considerar facilitar su oferta de suministro durante la próxima reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Dado el colapso de la producción de petróleo de Venezuela, el acuerdo de suministro aprieta artificialmente el mercado. Las preocupaciones sobre el aumento de los precios del combustible están aumentando a medida que las divisas de los mercados emergentes que se están ablandando amplifican el impacto del aumento de los precios del petróleo en algunos países.

Los niveles actuales de precios descuentan una reducción de la oferta global de crudo de unos 300.000 barriles diarios

En estos momentos, los niveles actuales de precios descuentan una reducción de la oferta global de crudo de unos 300.000 barriles diarios. En 2014, antes de entrar en vigor los acuerdos con Irán que le permitieron a exportar crudo y que ahora cuestiona Estados Unidos, este país producía unos 900.000 barriles diarios menos.  El resto de los países firmantes (Francia, Alemania, el Reino Unido, Rusia y China), ya han anunciado su deseo de mantenerlo.

Por tanto, el mercado a veces sobreactúa ante situaciones que se generan súbitamente; en este caso, el rechazo por parte de Trump a los acuerdos firmados con Irán. El miedo a que las exportaciones iraníes (Irán es el quinto productor mundial de petróleo), caigan en los próximos meses, son factores que juegan a favor para la escalada de la materia prima más cotizada.

El comodín geopolítico, según los expertos de Julius Baer, sigue en juego después de la decisión de Estados Unidos de abandonar el acuerdo nuclear con Irán. Europa y China contemplan cómo salvar el trato, mientras que los detalles de la reimposición de las sanciones de Estados Unidos siguen sin estar claros.

¿UN PETRÓLEO A 100 DÓLARES EL BARRIL?

Si bien la perspectiva a más largo plazo exige precios más bajos, la perspectiva a corto plazo permanece nublada en una gran incertidumbre dados los factores políticos difíciles de predecir.

Principalmente, porque está por determinar cómo afectan la crisis en Venezuela y la vuelta a las sanciones en Irán por parte de Estados Unidos. En los niveles actuales vemos cómo los países productores de la OPEP y su entorno están cómodos, ya que les ayudan a equilibrar sus presupuestos. De subir más, muchos analistas afirman que se podría ver el retorno de muchos productores de fracking en territorio norteamericano y un mayor apoyo de los agentes económicos a proyectos de energía renovable.

Así pues, para determinar la afectación de todo este escenario en empresas que tienen relación directa o indirecta -para bien o para mal del precio del crudo- hay que ver cuáles son los pronósticos a partir de este momento.

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Inditex ve afectado sus ingresos por la subida del petróleo. Foto: Daniel Rodrigues/Bloomberg

En opinión de José Luis Cárpatos, analista independiente en Serenity Markets, se ha llegado a unos niveles de sobrecompra “muy notables”. La subida ha sido demasiado vertical, por lo que ahora mismo estos valores “parecen sobrevalorados”.

Antonio Castelo, analista de mercados de iBroker, se maneja en una visión bastante parecida. Y es que, por lo visto a lo largo de las últimas semanas, los expertos en el sector entienden que no solamente la cotización del crudo no debería subir mucho más, sino que “probablemente haya tocado techo aunque siempre hay voces discordantes”.

De hecho, lo lógico sería que el punto de equilibrio se encontrase en torno a los 60 dólares el barril que, por otro lado, es el entorno de precios que baraja el último Plan Estratégico de Repsol, por lo que el ‘momentum’ sigue siendo sólido para el sector energético.

Por un lado, es previsible que haya mayor oferta de crudo en el futuro y por otro, la escalada del dólar y “una situación económica menos halagüeña podría provocar un descenso de la demanda”, tal y como valora Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank.

Cárpatos añade que el mercado no está para subir mucho más, de modo que la posibilidad de ver un barril a más de 100 dólares a corto y medio plazo “parece poco viable”, pero tampoco para grandes bajadas, por lo que podría moverse en rango “durante los próximos meses”.

Tras las fuertes subidas, el mercado actualmente está descontando un aumento de producción tanto de los productores de la OPEP y sus socios como de países ajenos al organismo. Después de más de un año de recorte de producción, podríamos ver a partir de este segundo semestre como cambia la política del cártel.

ADEMÁS DE A PETROLERAS, ¿A QUIÉN BENEFICIA ETE ENTORNO?

Hay multitud de teorías sobre los beneficiados por esta cuestión, pero la subida del petróleo al final lo que provoca es un mayor tensionamiento de la inflación. Cárpatos ahonda en esta cuestión señalando que si se compara el gráfico del petróleo y del IPC de la Eurozona o de Estados Unidos tenemos un enorme paralelismo histórico y “las tensiones de tipos benefician a pocos, salvo a algunos como el sectorial bancario”, caso en el que nos hallamos.

No obstante, se dan las circunstancias por las que un crudo más caro, por encima de los 60 dólares, resulta beneficioso para muchas otras compañías. López-Gálvez analiza en este sentido que las firmas industriales ligadas a proyectos vinculados a compañías energéticas vinculadas a esa materia prima, como puede ser Técnicas Reunidas o Tubacex, pueden resultar interesantes “debido a una mayor producción, lo que lleva a incrementar la cartera de pedidos para proyectos y plantas”.

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Tesis que comparte Castelo, puesto que las empresas relacionadas con los servicios auxiliares del sector en España, (Técnicas Reunidas, Tubos Reunidos y Tubacex), poseen vientos de cola para mantener crecimientos por la estabilidad del petróleo en los niveles en los que se encuentra, pese a que ésta depende mucho “de sus contratos con Irán”.

Asimismo, indirectamente, se podrían ver favorecidas empresas relacionadas con proyectos de “energía renovable”. Empresas y particulares dejarán de lado los combustibles fósiles y apostarán por proyectos verdes, en caso de que el petróleo siga subiendo de precio, sostiene el experto.

LAS MÁS PERJUDICADAS

En el sentido opuesto se pueden visualizar un ramillete de empresas que ven con malos ojos esta alza del sector energético. A la industria aérea, en concreto, le afecta muy directamente, dado que los beneficios se ven muy mermados ante las fuertes subidas del combustible. López-Gálvez precisa en este punto que este coste puede suponer hasta “un tercio de los costes operacionales” de las aerolíneas.

Por el contrario, esto no se produce en el muy corto plazo, ya que las compañías realizan compras con tiempo evitando así estos vaivenes. Su efecto se deja notar más a medio y largo plazo, debido a que en un marco temporal más inmediato los desembolsos por combustible están negociados de antemano. Las aerolíneas suelen ser previsoras y se cubren ante un escenario de subida del precio de combustible mediante la compra de contratos de derivados referenciados al precio del crudo.

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Aena estaría entre las perjudicadas por la subida del precio del crudo

 

En muchos casos las aerolíneas le traspasan este mayor coste en combustible a sus clientes, lo que hace que suban los precios de los billetes. Ante este escenario, son muchas las empresas de toda la cadena del turismo las que se ven perjudicadas.

Tampoco beneficia a empresas relacionadas con el sector ya que subiría el precio del transporte y bajarían los pasajeros, junto con los hoteles por el mismo motivo. Según los expertos consultados, una subida del precio de los billetes “se traducirá en menor número de viajeros, caso que repercute a Amadeus y AENA, repercutiendo negativamente en compañías hoteleras como Meliá o NH”.

Por otra parte, compañías manufactureras verían afectados sus márgenes al encarecerse los costes de transporte y empresas del sector consumo debido al incremento de precios y al descenso del consumo. “Ahí podríamos citar a DIA o Inditex”, concluye López-Gálvez.