Francisco González (BBVA) cumple su deseo tras gastarse más de 3.500 millones

A Francisco González, presidente del BBVA, le ha costado más de 3.500 millones y toda una década, convertir a la entidad en un referente de la digitalización. El banquero siempre ha sido muy proclive a la importancia del cambio y nunca ha rehuido que era una prioridad. Ahora puede presumir que por fin ha logrado su objetivo más deseado.

La historia de la digitalización del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria podría estructurarse en dos etapas claramente diferenciadas. La primera se inicia cerca de diez años atrás, y dura aproximadamente ocho años. Durante dicha fase el banco empieza a innovar en canales digitales siendo pionero en España. La primera piedra en el nuevo proceso era el de crear una plataforma tecnológica propia que sirva de base para el posterior desarrollo digital.

La primera etapa coge velocidad de crucero en 2013, cuándo el banco decide llevar a cabo una importante apuesta económica. Hasta ese momento, la firma había invertido más de 900 millones en el desarrollo de su plataforma tecnológica, en ocho años. En los dos años siguientes la entidad invertirá cerca de 1.500 millones para llevar a cabo una transición entre la primera y segunda etapa. Desde ese momento, la entidad gasta al año de media entre 700 y 800 millones para afianzar la digitalización.

[td_block_11 custom_title=»» separator=»» post_ids=»28448″ limit=»1″ css=».vc_custom_1496993590403{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 5px !important;padding-right: 5px !important;padding-bottom: 5px !important;padding-left: 5px !important;border-left-color: #000000 !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #000000 !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #000000 !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #000000 !important;border-bottom-style: solid !important;border-radius: 4px !important;}» tdc_css=»»]

El interludio viene caracterizado por dos elementos clave: el primero es el despegue del big data como elemento esencial del nuevo negocio. El segundo, y a la postre principal propulsor para la llegada de la segunda fase, es la implantación de internet en los dispositivos móviles, que ha permitido un crecimiento exponencial de su uso.

Tras la implantación de internet en los móviles estos dejan de verse como un simple instrumento de comunicación para erigirse como un mando a distancia de cualquier actividad. El amplio espectro de posibilidades que da la nueva tecnología elimina muchas de las barreras de entradas a un sinfín de negocios, y la banca no se salva y ve por primera vez como puede ser arrasada por una competencia que pocos años atrás no existía.

El pistoletazo de salida que da comienzo a la segunda etapa llega con la salida de Ángel Cano como número dos del banco, y la llegada en ese puesto de Carlos Torres Vila a mediados de 2015. De un plumazo, González sustituía a su hombre de confianza por el que era responsable en el propio banco de la Banca Digital. La señal era inequívoca, que además recalcó con estas palabras: “Comenzamos una nueva fase para avanzar hacía nuestro objetivo de ser el mejor banco universal de la era digital”. Torres no llegó solo, Teppo Paavola se hacía cargo del área de New Digital Bussines y a la postre se ha convertido en otra pieza esencial del nuevo modelo.

Buenos resultados

Quizás sea el buen hacer y la nueva estrategia llevada a cabo por González, Torres y Paavola, o quizás la inversión multimillonaria en la última década, pero la realidad es que los resultados son alentadores. El BBVA ya cuenta con más de 15 millones de usuarios móviles, un crecimiento del 40% en un año, y semanas atrás superaba la cifra de los 20 millones de clientes digitales. En términos porcentuales, clientes digitales entre clientes totales, la entidad azul lidera el mercado español superando en casi diez puntos al Banco Santander.

La digitalización en BBVA ya es “un ejemplo” para muchas empresas. Así lo reconocía un estudio realizado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), bajo el título ‘Is your company a digital leader or a digital laggard?’ (en español: ¿Su empresa es un líder digital o va a la zaga?). Los autores del mismo -Peter Weill y Stephanie Woerner- reconocían que “BBVA ha dedicado muchos esfuerzos a desenredar la ‘madeja digital’, una maraña de procesos de negocio parcialmente digitalizados, construida a lo largo del tiempo con muchos sistemas y versiones de datos diferentes, y la ha ido sustituyendo por plataformas digitales globales, eficaces y escalables”.

Además, la ‘app’ de BBVA ha sido reconocida recientemente por Forrester Research como la mejor aplicación del mundo en banca, tras estudiar las mismas de otras 23 entidades mundiales.

Si no puedes con el enemigo, únete a él

El famoso refrán podría ser reutilizado tras comprobar la estrategia llevada a cabo por la entidad, aunque debería añadírsele un par de palabras más: ‘Si no puedes con el enemigo, únete a él o sino cómpralo’.

La forma de trabajar de la entidad ha cambiado a medida que ha evolucionado su negocio. Ya no hay, al menos en la mayoría de los campos, estresantes reuniones de directivos de alto nivel para tomar decisiones. Desde el 2014, el banco ha optado por utilizar el denominado método Agile para trabajar, que es el mismo que utilizan exitosas Start up. Los profesionales se agrupan en grupos multidisciplinares de una docena de personas, siempre por proyectos y nunca por jerarquía o funciones.

El cambio en la tecnología móvil convirtió a las start up, como las principales rivales de los gigantes bancarios. La aparición de pequeñas firmas como iZettle, SumUp o  Payleven entre otras, con servicios bancarios digitales más eficaces que los propios bancos de toda la vida. Esto se convirtió en un problema a resolver. Finalmente, la solución ha venido por dos vías. La primera era trabajar como ellas para mejorar servicios, la segunda la adquisición directa de las mismas para absorber su tecnología y eliminar competencia. El BBVA tiene un importante capital destinado a “invertir” –esto es, comprar start up- junto a Prope Venture Partners. Así han ido adquiriendo pequeñas empresas digitales como Atom Bank, primer banco exclusivamente móvil en el Reino Unido, también Ipenpay o la mexicana Open Pay.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2