Cuando los extraterrestres llegaron a la NBA

Siro Lopez Endesa Merca2.es

En 1996 se estrenó ‘Space Jam’. Se trataba de una película que combina acción real con dibujos animados. En concreto, los Looney Tunes se metían en un problema con unos extraterrestres y el conflicto lo querían resolver con un partido de baloncesto. El equipo capitaneado por Bugs Bunny tuvo que fichar a Michael Jordan para enfrentarse a un conjunto que había robado sus habilidades a grandes estrellas de la NBA.

Más de 20 años después, los entrañables dibujos animados tendrían un serio problema, porque si robasen las habilidades a los mejores jugadores de la NBA en estos momentos, ni siquiera Michael Jordan podría sacarles del aprieto. Y es que, ahora mismo, existe la mayor concentración de talento en la liga estadounidense en la historia de la competición.

Bien es cierto que las comparaciones son siempre odiosas. Tanto a nivel individual como colectivo. Jordan o Larry BirdMagic, KareemKobe BryantBill Rusell… cualquier comparación acaba en una discusión subjetiva. Pero desde hace unos años hay una certeza: la NBA ha cambiado su estilo de juego porque los jugadores son mejores.

No se trata solo de números. Ni de ritmo de juego o jugadas espectaculares. Simplemente hay un importante volumen de nombres que parecen sacados de una película de ciencia ficción. Por sus condiciones físicas o técnicas, en estos momentos la NBA está repleta de extraterrestres.

LOS MARCIANOS DESTACADOS

Entre esta colección de marcianos hay algunos que destacan por encima del resto. Giannis Antetokounmpo es uno de ellos. El jugador griego de los Bucks (26,4 pts; 12,8 rtbs; 1,4 tps) tiene un físico extraño. Anómalo. Se trata de un jugador sin posición, que ataca de cualquier manera y puede defender a cualquier hombre. Con unos brazos inmensos, su físico ha evolucionado de tal manera que, simplemente, se trata de alguien incalificable.

Otro en la lista es el jugador de los 76ers, Ben Simmons. ¡Un base de 2,08 cms! Una locura para los clásicos. Un jugador que no tira triples, que solo penetra, y que casi todo lo hace bien. Imposible de defender por bases más bajos, el australiano cambia los esquemas a cualquiera.

Siguiendo en esta locura de jugadores extraterrestres, hay uno, además, cuya evolución no tiene techo. Anthony Davis (28 pts; 12,7 rbts; 2,8 tps) no para de añadir registros técnicos a su interminable envergadura y su capacidad defensiva. Ahora con triples y tiros lejanos. Un pivot de otro planeta.

Y la lista de marcianos sería enorme. Joel Embiid, Blake Griffin, Karl-Anthony Towns, Donovan Mitchell… jugadores que han revolucionado el juego. Que no tienen una posición concreta, que hacen de todo, y todo bien.

LOS VETERANOS DE OTRO NIVEL

A esta pléyade de jugadores sobrenaturales hay que añadir a los viejos rockeros, o al menos caras más veteranas de la liga que siguen evolucionando en su juego. Entre ellos destaca, lógicamente, el rey de todos: LeBron James, que en su marcha a Lakers ha dado una vuelta de tuerca y sigue dominando la cancha a ambos lados sin bajar el ritmo desde hace más de una década.

En este grupo también están James Harden y Rusell Westbrook, que siguen picados para ver quién hace las estadísticas más locas de la historia. Kevin Durant y Steph Curry; Kawhi Leonard, Kyrie Irving, Paul George… estrellas que en cualquier época hubieran brillado con luz propia pero que en la actual NBA tienen que compartir luz con el resto de extraterrestres.

Y LOS EXTRANJEROS QUÉ…

Por si fuera poco, a esta colección de marcianos se añaden cada vez jugadores internacionales con mayor nivel. Un ejemplo curioso es el hijo de Sabonis, Domantas, cuyo impacto en la NBA ha sido brutal, y eso que parece que está a años luz de su padre.

Pero es que está el recién aterrizado Luka Doncic, que ha dejado al mundo entero con la boca abierta; o el lesionado Kristaps Porzingis, que es otro de esos pivots que tira triples mejor que cualquier alero de los ’90.

Nikola Vucevic, Danilo Gallinari, Nikola Jokic, Rudy Gobert, Steven Adams, Nikola Mirotic… marcianos todos. Tiradores, reboteadores que pasarán a la historia, pivots que hacen de bases… sin duda, las próximas partes de ‘Space Jam’ tienen buen material con el que trabajar.