Euskaltel imita la estrategia del Athletic de Bilbao en su expansión 

El coloso de las telecomunicaciones del norte sigue con su particular hoja de ruta mientras en Madrid se habla de Telefónica, Vodafone u Orange. Euskaltel en 2015 se bajó del barco de las subastas suicidas futboleras porque la televisión de pago lo sobrevaloraba y solo interesaba al 5% de sus clientes. El resto esperaba tortazo, pero la compañía dedicó la contención en mejorar su servicio televisivo y en mejor la velocidad de sus clientes de fibra. Y acertó.

Porque el rey del norte compró la gallega R por 1.155 millones de euros y la asturiana Telecable por 686 millones de euros, llegó a un acuerdo con Orange para utilizar su fibra como vehículo y pactó con Netflix hace unos meses para ofrecer desde su decodificador el infinitivo videoclub de la compañía americana con un extra: la integración de un botón en el mando a distancia, convirtiéndose en la primera operadora española que ofrece ‘Narcos’ a golpe de un solo click.

Pero además de estrategias, Euskaltel utiliza el arraigo: Kutxa es su primer accionista, patrocina a la Real Sociedad, patrocina al Athletic Club femenino, ejerce de patrocinador tecnológico del Gipuzkoa Basket en su regreso a la ACB, utiliza a las estrellas de Euskal Telebista para poner rostro a sus promociones y apostaba por la cercanía hace unos meses al invitar a 40.000 clientes a varios monólogos de ‘Las noches de Comedy Central’.

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En Euskadi Telefónica y Vodafone tienen difícil acceso pese a Cristiano Ronaldo o Leo Messi. Pero no solo de Euskadi vive Euskaltel, ni tampoco de las añadidas Galicia y el Principado de Asturias gracias a R y Telecable. Porque 2018 será el año de la expansión de la compañía por las cercanías de sus mercados naturales: en unos meses comenzará su campaña por Navarra con una inversión de 10 millones de euros y pronto se sumarán sus búsquedas por un mercado potencial de medio millón de hogares riojanos, cántabros y leoneses.

Si el Athletic Club rebajó sus pretensiones y comenzó a vislumbrar la oportunidad de sumar a su conjunto a jugadores riojanos o vasco-franceses, Euskaltel hará lo propio en Pamplona, Santander, Logroño o en el antiguo Reino de León. La intención es aumentar su liderazgo vasco, gallego y asturiano en fibra óptica (Banda ancha, Televisión, Telefonía móvil y servicios convergentes en telecomunicaciones) en cuatro nuevos territorios por explorar que añaden un mercado potencial de 1,6 millones de ciudadanos gracias a las redes FTTH desplegadas por Orange.

Las tareas pendientes

Euskaltel camina fuerte tras su salida a bolsa entre repartos de dividendos, rumores de venta, comparaciones con MásMóvil, el mimo escandinavo de Norge Bank y las lecturas políticas por su tradicional cercanía con el Partido Nacionalista Vasco. Alberto García Erauzkin, presidente del Grupo Euskaltel, señaló hace unos días en un encuentro-coloquio organizado por APD Norte en la Universidad de Deusto que «Euskadi necesita tener más empresas del mundo digital y además se necesitan compañías digitales más grandes, de mayor dimensión».

Estas declaraciones fueron advertidas como un toque de atención de Euskaltel a las administraciones públicas, pero con aquellas no le va mal: con el Gobierno vasco las relaciones han sido eternamente positivas, como también lo son ahora con el Gobierno Foral de Navarra o con el Gobierno de Revilla en Cantabria. En estas dos Comunidades autónomas comienza un plan de expansión de 5 años que puede tener dos finales: o se consolida como la cuarta opción española con unas cifras respaldadas por los números oficiales de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia o se vende. Pero esta venta cuenta con un inconveniente: en el norte las telecomunicaciones se han convertido en un mercado estratégico a reservar de «las garras de Madrid». Y quizás no les falta razón…