Endesa sigue tiritando tras el expolio de Enel

El año 2014 ha marcado un antes y un después para Endesa. Ese mismo año se produce uno de los grandes expolios en el mercado eléctrico al comprar Enel los activos en Latinoamérica de Endesa por un importe de 8.253 millones de euros. Una cifra que hay que matizar puesto que este pago se realizó a través de un dividendo extraordinario destinado a los accionistas de la eléctrica (Enel poseía un 92%) por lo que únicamente desembolsó ese 8% restante, que asciende hasta los 660 millones de euros. Una operación desastrosa para la española y muy rentable para la italiana puesto que compraba “a precio de saldo” el 37,4% del beneficio neto, el 51% del beneficio operativo (ebitda) y el 46,7% de la energía producida por la eléctrica española.

Por si esto no fuese poco la compañía italiana elevó el endeudamiento de su filial española al proponer por aquel entonces un segundo dividendo de 6.353 millones de euros (que iría a parar en su mayoría a las manos de Enel). Es decir, la empresa italiana se embolsó 13.437 millones de euros gracias a esos dos dividendos y 3.133 millones más con la colocación del 22% del capital de Endesa realizado a finales de 2014, por lo que el montante asciende hasta los 16.570 millones. Una cifra que es un casi un 42% de los 39.500 millones pagados entre 2007 y 2009 por el 92% de la española, de la que actualmente posee un 70,1% del capital.

Además, el colmo de los despropósitos llegó más adelante. Concretamente el año pasado cuando la eléctrica italiana vendía a Endesa el 60% de Enel Green Power España por un precio de 1.200 millones. Una operación que ha permitido a la italiana hacer caja mientras la compañía española se endeudaba. Por tanto, habrá que estar atentos a si se producen nuevos movimientos de salida desde la empresa italiana a la española. Una empresa italiana que se ha quedado con el gran tesoro de la compañía española (Latinoamérica) y se ha desprendido de aquellos en los que no ve rentabilidad o un escenario propicio, como es el caso de las renovables en España, con continuos cambios legislativos casi siempre poco beneficiosos para este tipo de negocio.

Endesa ha comprado a Enel el 60% de Enel Green Power por 1.200 millones

Una vez expuesto, de manera breve, el tema de la pérdida de importancia de Endesa en el panorama nacional, es necesario señalar el impacto en cifras de un expolio bien perpetrado por la compañía italiana y que ha dejado a Endesa tiritando desde entonces. Si nos fijamos en los resultados de 2012 (para no tener en cuenta los extraordinarios computados en 2013 con la venta a Enel) se aprecia como la compañía contaba con un importe neto de la cifra de negocios de 20.509 millones de euros y un beneficio neto de 1.879 millones. Pues bien, cuatro años después el resultado es que cuenta con un importe neto de la cifra de negocios de 18.313 millones y un beneficio neto de 1.411 millones. Es decir, el “saqueo” que se ha producido es notable puesto que en un escenario de recuperación de ventas y beneficios como hemos presenciado en los últimos años, la ‘utility’ española refleja todo lo contrario: caída de los beneficios (casi 470 millones menos) y del importe neto de la cifra de negocios (descenso de casi 2.200 millones).

Con la venta de sus activos en Latinoamérica la compañía, presidida por Borja Prado, goza de una menor presencia internacional. Si bien en 2013 sus ingresos en España suponían 63 de cada 100 euros facturados (21,8 de cada 100 en Latinoamérica), en la actualidad el porcentaje es mucho más alto y asciende hasta 90,9 de cada 100 euros ingresados en España. Cifra que asciende hasta los 99 euros por cada 100 euros ingresados si no abandonamos el continente europeo.

Endesa obtiene un 90,9% de sus ingresos en España

Un pago de dividendos extraordinarios que también tiene su impacto en la evolución de la deuda neta, que desde 2013 se ha incrementado un 15% al pasar de los 4.286 millones a los 4.938 millones que supone en la actualidad. Además, un incremento que se produce en un escenario de saneamiento que están viviendo la mayoría de compañías españolas (sobre todo las constructoras).

Un deterioro que también se aprecia en la potencial total instalada en España. En 2013 ascendió a 22.103 MW en régimen ordinario (16.980 MW corresponden al sistema eléctrico peninsular y 5.123 MW a los sistemas insulares y extrapeninsulares). Por su parte, en 2016 la potencia neta total instalada ascendía a 21.207 MW en régimen ordinario (16.633 MW al sistema peninsular y 4.574 MW en los territorios no peninsulares. Por tanto, se aprecia un deterioro incluso a nivel nacional puesto que la potencia instalada ha caído en tres años en 900 Megavatios. Además, esta no es la única mala noticia puesto que en los resultados del primer trimestre las cifras evidenciaban la dificultad para cumplir el plan previsto para este ejercicio.

La potencia instalada en españa ha caído desde los 22.103 MW a los 21.207 MW

Un expolio que parece que ha sido recordado por el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, que ha acusado este mes a Enel de «hacer política a favor de los ciudadanos italianos y a costa del consumidor español y de los trabajadores españoles”, a raíz de la polémica sobre un posible cierre de las centrales de carbón en Andorra (Teruel) y Compostilla (León) anunciado por la eléctrica española.

Por su parte, la empresa italiana vive una situación distinta a la de la compañía española puesto que desde 2013 ingresa menos dinero pero gana más. Si atendemos a su beneficio neto se aprecia como se ha incrementado desde los 3.119 millones que suponía en 2013 hasta los 3.243 millones alcanzados al cierre de 2016. Además, he reducido su deuda neta desde los 39.862 millones hasta los 37.533 millones. Y todo ello a pesar de la compra acometida por los activos latinoamericanos de Endesa. Una cuantía que parecía grande pero que era pequeña, tal y como hemos señalado anteriormente y que confirma la evolución de su endeudamiento.