El Corte Inglés y Santander, el dúo de oro: su financiera dispara las ganancias

La compra por parte de Banco Santander de un 51% de Financiera El Corte Inglés, allá por 2013, se ha convertido en un negocio redondo. La entidad presidida por Ana Botín se apuntó gracias a su alianza unos beneficios de algo más de 38 millones en 2019, lo que supone hasta un 46% más que en 2014. Con ello, el montante de ganancias del banco con la operación roza los 200 millones de euros, una cifra que supera con fuerza el precio final pactado, de 140 millones, con el gigante español de la distribución.

En el mundo de los negocios se suele decir que las crisis, incluso la actuales, no son más que oportunidades enmascaradas para aquellos que saben verlo. El ejemplo de El Corte Inglés y su alianza con Banco Santander lo vuelve a poner de manifiesto. Para ello, hay que remontarse al 2013, un momento muy difícil para la economía española y las empresas apalancadas. En ese momento, el grupo español de grandes almacenes, presidido por Isidro Álvarez, tuvo que acometer una reestructuración de su deuda que implicó una serie de ventas de activos. Entre los que estaban la financiera con la otorga créditos a los consumidores para las compras en sus establecimientos.

La oportunidad era demasiado jugosa para dejarla pasar. Más si cabe, cuando las necesidades del grupo comercial obligaban a una venta acelerada y con un fuerte descuento. El precio final fue de 140 millones de euros pese a que la compañía se valoró, tras el proceso de due diligence, en 415 millones. La razón es que el movimiento se articuló con dos directrices claras: una eliminación directa de un gran volumen de deuda y acceso a los mercados de capitales, dado que el Santander como nuevo socio mayoritario la asumía. Por otro lado, el banco le aseguraba los primeros dividendos para no privar al grupo de distribución de liquidez en sus peores momentos.

Así, de la noche a la mañana El Corte Inglés eliminó hasta 1.500 millones de euros de su deuda. Una cantidad que correspondía al saldo vivo del crédito que había otorgado la financiera a los clientes para la adquisición de productos en sus tiendas. Con ello, Álvarez logró estabilizar el montante de apalancamiento del grupo. Asimismo, la entidad, a través de Santander Consumer (la filial con la que se ejecutó la alianza), contribuyó en la titulización de deuda por valor de entre 500 y 1.000 millones en la que estaba trabajando el gigante español de la distribución.

Por último, la forma de pago se articuló a través de un dividendo extraordinario pagadero por la filial que se ha ido ejecutando antes de dar entrada en el capital de la financiera a Santander Consumer. Una decisión que contribuyó a eliminar las tensiones de tesorería del grupo. Finalmente, se logró el objetivo conjunto que era de «potenciar e impulsar más campañas para incrementar sus ventas en todos sus centros comerciales y mantener sus productos y servicios financieros de valor añadido para sus clientes».

EL CORTE INGLÉS Y SANTANDER SUMAN 400 MILLONES

El tiempo ha dado la razón a la entidad que preside Ana Botín. Así, en los seis años que la joint venture ha estado en marcha los beneficios ascienden a 390 millones de euros, de los que 195 millones corresponden directamente a Banco Santander. Un volumen que supone obtener una rentabilidad, sobre los 140 millones de precio inicial, del 40%. Así, los beneficios obtenidos en 2019 fueron de 76 millones de euros, unos 38 millones directamente para Banco Santander, lo que supone un 15% superior a la de hace un año.

Otra de las características de la operación fue la de no tocar prácticamente el modelo de negocio. El acuerdo permitió a la financiera conservar la marca, la sede social y la plantilla y la gestión ha sido compartida por ambas. Santander simplemente se apropió de los derechos de cobro adquiridos por la firma sobre los clientes que usan sus tarjetas para comprar a plazos distintos artículos. Un paso que le permitió obtener una cartera potencial de más de nueve millones de clientes y que le abrió la puerta en un sector que ahora es clave como los créditos al consumo.

Los buenos resultados obtenidos han llevado a que ambos actores hayan intensificado los acuerdos y su colaboración. En especial, en el aspecto operacional. La principal función de la compañía sigue siendo la de financiar la compra de artículos en El Corte Inglés, pero tras las últimas mejoras digitales en las que han trabajado (sobretodo, Santander) los datos de los patrones de gasto se han convertido en grandes aliados para una nueva estrategia. Una hoja de ruta que se configura en la creación de nuevos productos, la mejora en la propuesta de valor y, por último, todo debería desembocar en una mayor captación clientes y un crecimiento de los beneficios futuros.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2