Duro intercambio de golpes dialécticos entre Ferreras y Losantos

Diez de la noche del 11 de marzo de 2004. La Cadena SER, cuyos informativos dirigía Antonio García Ferreras, interrumpe la tertulia de ‘Hora 25’, monopolizada por el brutal atentado terrorista matinal que sufrió Madrid, para dar paso a una información exclusiva a la que dio voz Ana Terradillos: «Tres fuentes distintas de la lucha antiterrorista han confirmado a la cadena SER que en el primer vagón del tren que explotaba antes de llegar a Atocha iba un terrorista suicida. Interior no lo confirma».

Horas antes la autoría de ETA se iba disipando por la negación de la izquierda abertzale y por la reivindicación de Al Qaeda, pero los tres días posteriores se vivieron en una clima infernal, previo a unas elecciones generales, que darían el triunfo a José Luis Rodríguez Zapatero tras las dubitativas explicaciones del Gobierno popular y la presión que ejerció éste ante los corresponsales extranjeros.

El atentado no solo marcó las elecciones del 14-M, sino que fue objeto de utilización por parte del Partido Popular y sus por aquel entonces aliados mediáticos, El Mundo y COPE. Ambas empresas estaban lideradas por Pedro J. Ramírez y Federico Jiménez Losantos, y la imagen de ambos salió mal parada por lo que algunos llamaron como «teoría de la conspiración».

La derrota electoral y la posterior derrota periodística provocó que Losantos aprovechase el citado boletín de Ana Terradillos para cargar contra el por aquel entonces jefe de informativos de la SER, Antonio García Ferreras. Cierto es que la SER no acertó en una información según la sentencia judicial, pero el dictamen dejó en entredicho la profesionalidad durante años de Ramírez y Losantos, que diseñaron una novela en la cual las fuerzas policiales españolas habían ejercido de compinches con unos terroristas, a los que nunca identificaron, para cambiar el curso de la vida política nacional.

Han pasado 13 años y medio del atentado, pero las cicatrices no se han cerrado ni para Ferreras ni para Losantos. Al primero le preguntaron este domingo en La Vanguardia por el locutor turolense, y la comparativa que dibujó fue como mínimo peligrosa: «Mira, yo llevo algunos años en el periodismo y, entre otras cosas, conozco un poco lo que ocurrió en el conflicto entre hutus y tutsis. Y allí había una radio, la Radio Mil Colinas, que se dedicaba a fabricar discursos de odio. Algunos elementos que funcionan ahora en España, creo que minoritarios, podrían forman parte de la plantilla de aquella emisora. Pero ¡qué serían nuestras vidas sin esos personajes que nos difaman y nos insultan! ¿Afecta? Sólo si piensas que hay una mínima parte de gente que puede creérselo».

Y prosiguió: «Es un fenómeno muy madrileño y no mayoritario. Son generadores de odio con la mentira como bandera. En España, desde 1492, arrastramos una tragedia: hay una veintena de personajes que se reproducen de generación en generación y que sólo tienen un objetivo: odiar a este país».

Losantos, que llegó a pedir la detención de la estrella de La Sexta por su cobertura sobre el procés catalán, ha aprovechado esta semana su micrófono para revolverse contra su enemigo profesional: «Es el gran matón político de los últimos 20 años en España. Como jefe de informativos de la SER fue el que organizó el gran bulo de los terroristas suicidas con tres capas de calzoncillos. Esta mentira que según el jefe de informativos de la cadena de Juan Luis Cebrián estaba basada en tres fuentes de la lucha antiterrorista, y luego coordinó el cerco y asalto a todas las sedes del PP, y nunca ha querido explicar quienes fueron esas tres fuentes de la lucha antiterrorista, habla mudito, si no vas a pasar a la historia como lo que eres, que te inventaste aquello».

Continúa Federico: «Después ha ido a peor, ha ido a La Sexta y ahí se ha convertido en el gran representante de la horda podemita y separatista, porque todos quieren cargarse España y liquidar sus libertades políticas para crear una dictadura muy del gusto de Maduro y de Ferreras, que como Roures y Cebrián, son multimillonarios todos y multi-izquierdistas».