Tener poco presupuesto puede acabar siendo un problema a la hora de lanzar tu negocio. Sobre todo, si estás comenzando. Por ello, muchos emprendedores deciden dejarlo aparcado o directamente lanzarse sin realizar ningún tipo de investigación. Esto es un gran error. Cualquiera debe realizar un estudio de mercado previo antes de lanzarse a la piscina.
Hacerlo sin saber muy bien qué pautas seguir es algo que puede poner en jaque toda tu empresa. Las ideas propias no tienen por qué ser las mismas que las del público al que te piensas dirigir. Aunque para ello, en primer lugar, debes tener correctamente delimitada tu audiencia ideal.
Las investigaciones de mercado no tienen por qué ser caras. La inversión aproximada si te apoyas en un equipo de profesionales es de unos 3.000 euros. Sin embargo, quizá no cuentes con esa cifra para poder hacerla. No obstante, existen algunos métodos que puedes emplear por tu cuenta para investigar hasta el fondo y poner los cimientos sobre los que construir tu negocio.
Qué es un estudio de mercado
Un estudio de mercado es el conjunto de acciones que se realizan para conocer la respuesta del mercado, proveedores y competencia ante el servicio o producto que ofreces.
Para llevarlo a cabo, se analiza la oferta y la demanda. También los precios y los canales de distribución. El principal objetivo es terminar con una visión clara de las características que debe tener ese producto o servicio que queremos introducir en el mercado. Además, sirve para conocer a fondo a los interlocutores del sector.
Si realizamos un buen estudio de mercado, nos deben quedar claras varias cosas. Entre ellas, la distribución geográfica, cuál es la audiencia ideal, cómo es su comportamiento y qué proyección esperamos. También si contamos con un valor añadido o una clara ventaja competitiva. Con esto podríamos revolucionar el sector.
