¿Es el coche eléctrico una amenaza para Hacienda?

Una decena de estados de EEUU han introducido ya mecanismos para que los usuarios de coches eléctricos compensen el hecho de que no están consumiendo gasolina. Lo que lleva a un debate interesante y es ¿Cuánto le costaría a un país como España en impuestos dejar de ingresar impuestos por carburante?

Las nuevas medidas en EEUU tienen que ver con el hecho de que los conductores eléctricos no están pagando vía impuestos indirectos de la gasolina el mantenimiento de las carreteras que utilizan. Esta situación puede parecer paradójica, teniendo en cuenta que muchos de esos mismos estados ofrecen ventajas fiscales a la hora de adquirir este tipo de vehículos. Pero la estructura de sus cuentas públicas hace que tenga cierto sentido para ellos sacar dinero de otras partes del presupuesto para subvencionar este tipo de vehículos y, al mismo tiempo, intentar extraer más dinero del registro de vehículos y de tasas especiales a eléctricos para engrosar la cuota destinada a mantenimiento. Porque los impuestos a la gasolina en EEUU son tan bajos que ni siquiera dan para pagar el mantenimiento de las vías.

Podéis comprobarlo vosotros mismos en este gráfico de la OCDE:

Por supuesto, en estos momentos no hay peligro alguno de que el coche eléctrico vaya a suponer un problema para las arcas públicas españolas, básicamente porque se venden muy pocos. Es fácil darles ventajas de todo tipo e impulsar un nuevo plan MOVEA porque es obvio que no van a amenazar el equilibrio impositivo a corto plazo. ¿Pero y cuando lo hagan?

¿Cuánto pagas de impuestos por cada litro de gasolina?

Porque si miráis el gráfico anterior, España pone unos impuestos mucho más alto a los carburantes que EEUU. Según el último informe de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), los impuestos suponen entre un 52% del precio total en el caso del diesel y un 57% para la súper 95. Exacto, más de la mitad del precio de la gasolina se va en impuestos varios.

Entre estos impuestos está el IVA, el impuesto de ventas minoristas y, por supuesto, el impuesto especial que más recauda de entre todos los impuestos especiales: El impuesto de hidrocarburos.

Concretamente, el de hidrocarburos es el que supone la mayor partida de todos los especiales, hasta el punto de que supone más de la mitad del total. Suma todo lo que se recauda de tabaco, electricidad, alcohol, cerveza y carbón, y te encontrarás con que los hidrocarburos siguen suponiendo mucho más dinero.

En 2015 el impuesto especial de hidrocarburos superó los 10.000 millones de euros a pesar del descenso del precio. ¿Cómo es posible? Por la formación del impuesto, donde se paga una cantidad fija de euros por cada mil litros. Si los precios bajan mucho, como ha venido sucediendo, y se vende mucha más gasolina, también se ingresa mucho más vía impuestos y el tipo efectivo se dispara. En 2015 fue de casi el 36%.

Esos 10.257 millones de euros, la mayor parte de los cuales extraídos de la venta de gasolinas y gasoleos, suponen una parte importantísima de la recaudación total en impuestos del Estado. Concretamente, un 6% de los casi 170.000 millones de euros que se recaudaron. Y a eso hay que añadir el resto de impuestos. ¿Qué pasará cuando dejen de ingresarse?

Cobrar impuestos por kilómetro recorrido no por litro gastado

Una opción que se ha explorado en EEUU es la puesta en marcha de impuestos por kilómetro recorrido, una iniciativa que lleva explorándose desde hace una década en Oregon y que actualmente se mantiene con un programa de voluntarios. Existe otro similar en California.

Se trata de una iniciativa que ha encontrado cierta oposición, por ejemplo, con los conductores de zonas rurales, que afirman que ellos hacen muchos más kilómetros. También existen dudas sobre la privacidad de los datos, especialmente si se concede a las autoridades información no sólo sobre el kilometraje recorrido sino también sobre los trayectos realizados.

En países europeos como Alemania, Austria, Eslovaquia, Polonia, República Checa, Hungría y Suiza se han empleado formas de tasar por kilómetro recorrido a vehículos, pero básicamente a camiones.

¿Vamos a ver una penetración tan grande del coche eléctrico en España como para que un futuro sucesor de Montoro tenga de qué preocuparse? Probablemente sí, pero será a largo plazo y, si algo han demostrado las autoridades españolas, es que si de algo carecen no es de falta de imaginación para inventarse nuevos impuestos.

Lo que está claro es que el coche eléctrico y autónomo ofrecen nuevos desafíos al transformarlo todo. ¿Menos accidentes? Menos transplantes. ¿Menos impuestos de gasolina? Menos ingresos, pero también menos contaminación y reducción del coste sanitario de los problemas relacionados por ésta.

En todo caso, serán todo problemas a analizar en unos años. El cambio de planta no se hará de un año para otro y hay mucho que trabajar. Lo realmente peligroso, y ahí Montoro seguro que sí tiene pesadillas, es si todos los fumadores españoles lo dejasen al mismo tiempo y se quedasen sin cobrar más de 6.500 millones de euros al año.