De Coca-Cola a Nestlé: así se comen la cabeza para ‘matar’ el plástico

El dato está ahí: cada año se venden hasta 400 millones de toneladas de plástico fabricado a partir de material virgen. Dicho de otra forma, el mercado mundial de plásticos crece un 3% anual. No hablamos sólo de envases, también de las aplicaciones que tiene en construcción y automoción. ¿Qué van a hacer ahora empresas como Nestlé, Coca-Cola o Danone en su agenda de sostenibilidad y medio ambiente? ¿Qué impacto tendrá el covid-19? “Las empresas de gran consumo, en particular, ahora, más que nunca, tienen que definir su estrategia relativa al uso del plástico en su cadena de valor”, señala André Carvalho, socio de Bain & Company en Madrid.

Gobiernos y consumidores exigen que las empresas como Nestlé o Coca-Cola usen menos plástico. Y ellas, y otras, han cogido el testigo. Por ejemplo, Delta AirLines ha eliminado pajitas, utensilios y envoltorios de un solo uso en sus aviones. Accor se ha comprometido a eliminar todos los artículos de un solo uso en sus hoteles.

Las soluciones para la industria en materia medio ambiental no son fáciles de implementar

Son sólo dos ejemplos para hay otros muchos esfuerzos para ayudar al medio ambiente. Así, por ejemplo, Danone se ha comprometido a que su botella de agua mineral, Aqua, elimine más plástico del medio ambiente del que va a utilizar. Será en 2025, y el proyecto piloto tendrá a Indonesia como conejillo de indias.

“Las soluciones para la industria no son fáciles de implementar”, afirman en el informe ‘Solving the Consumer Plastics Puzzle’ de Bain & Company. Reducir, reemplazar, reciclar y reinventar, las famosas cuatro erres, es un puzle de difícil equilibrio. Un rompecabezas en el que hay que saber mover piezas. Porque, por ejemplo, la producción de botellas de PET es un 16% más barato que la de las botellas de cristal. O fabricar vidrio produce cuatro veces más gases de efecto invernadero que el plástico.

Además, y según la consultora, la mitad de los consumidores en Europa están a favor de gravar con impuestos los envases de plástico de productos alimenticios. Un auténtico embrollo que hace que, los responsables de tomar estas decisiones, intenten buscar soluciones de equilibrio entre los consumidores, el medio ambiente, y mantener el rendimiento para los accionistas.

LA SOLUCIÓN DE NESTLÉ

Volviendo a las erres, reducir y reemplazar parece la solución más al alcance la mano: deshacerse de los plásticos innecesarios. Algunas empresas, como Nestlé, lo que han hecho ha sido diseñar envases de plástico más reducidos. Así bajan los costes y aumentan los márgenes (y satisfacen a los consumidores).

Su compañía Poland Spring hizo una botella de plástico con un 35% menos de resina de plástico. Otro ejemplo lo tenemos en Unilever. Su detergente para ropa Omo pasó a ser concentrado, lo que hizo que necesitara menos envoltorio.

En el caso de reemplazar, Agua Dasani pasó del plástico a las latas de aluminio, y el yogur Oui, a vidrio. Carslberg ha probado con una botella de papel. Y Glenlivet, la marca de whisky, lo hecho con Notpla, un material de algas y plantas que se degrada de 4 a 6 semanas. “Algunos de esos materiales son significativamente peores que los plásticos cuando se observa la huella total de emisiones de carbono”, apuntan desde Bain & Company.

RECICLAR Y REINVENTAR

Son muchas las empresas que están optando por intentar conseguir materiales reciclables para sus productos y envases. Incluido el plástico. Un pero: la mayoría de los consumidores apoya el reciclado, aunque sólo el 45% de los residuos plásticos de consumo se reciclan o se utilizan como residuos para generar energía. Y sigue siendo caro.

De ahí que la última erre, reinventar, esté consiguiendo más adeptos. Así, Unilever ha desarrollado unas tabletas comprimidas de pasta dental en un envase reutilizable que ha reemplazado a los tubos de plástico. O las muestras de jabón de Procter & Gamble vienen en envases biodegradables que ocupan un 70% menos de espacio.

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El problema es que demasiadas empresas de bienes de consumo han recortado la inversión en I+D. Y la solución implica reinventar, asimismo, la cadena de valor. Así, Think Loop entrega los helados de Häagen Dazs en contenedores de acero inoxidable.

Una solución es la asociación. Coca-Cola, por ejemplo, se ha asociado en Australia con la firma francesa de gestión de residuos Veolia para construir una planta de reciclaje. O Amazon, que trabaja con Procter & Gamble para empaquetar productos en cajas que reducen la cantidad total de materiales de embalaje utilizados. La botella de detergente, antes hecha de plástico tradicional, ahora utiliza un 60& menos de plástico y un 30% menos de agua.