La CNMV responde en su web a las dudas sobre finanzas sostenibles

La «creciente demanda» de información sobre finanzas sostenibles por parte de inversores, emisores de valores, gestoras de instituciones de inversión colectiva y empresas de servicios de inversión ha llevado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a habilitar una sección específica en su web corporativa con el fin de dar respuesta al interés que suscita esta materia.

Este apartado online del organismo recoge contenidos como las principales definiciones, conceptos, tipologías y ejes del marco normativo, y en él se difundirán también los avances y actualizaciones en finanzas sostenibles.

Asimismo, la nueva sección online incluye información sobre la participación de la CNMV en las distintas instancias internacionales, europeas y nacionales en las que se define la nueva normativa en el ámbito de las finanzas sostenibles y su supervisión.

Este espacio está encabezado por un vídeo divulgativo que trata de explicar, «de forma clara y sencilla», qué son las finanzas sostenibles, cómo están transformando la gestión de las empresas y de la sociedad y cuáles son los retos que suponen para los supervisores y los reguladores.

En dicho vídeo, la vicepresidenta de la CNMV, Ana Martínez-Pina, relata el cambio cultural que se está produciendo en cuanto a la consideración de sostenibilidad como factor importante en el ámbito financiero y los retos que afrontan los reguladores en esta transformación, como el de aclarar qué es una inversión sostenible y qué es un producto sostenible para evitar el fraude, lo que se conoce actualmente como greenwashing. El concepto anglosajón se refiere a un lavado de imagen para hacer pasar por “verde”, “ecológico” o “sostenible”, lo que en realidad no lo es.

En segundo lugar, Martínez-Pina menciona la necesidad de tener «un marco normativo claro y armonizado para que las empresas, cuando presentan la información no financiera sobre la sostenibilidad, como la tienen en cuenta, la presenten de una forma homogénea y comparable en toda la normativa europea».

Las finanzas sostenibles han llegado para quedarse y cada vez hay más personas, especialmente los ‘millennials’, conscientes de que sus inversiones pueden marcar la diferencia. Según una encuesta de Morgan Stanley, el 86% de los jóvenes están interesados en las inversiones sostenibles como una forma de generar retorno financiero y de impactar, de forma positiva, en la sociedad y el medio ambiente.

El BBVA define las finanzas sostenibles como aquellas que adoptan un criterio ético e incluyen factores sociales y medioambientales en las decisiones de inversión a largo plazo. Esta nueva forma de enfocar las finanzas supone un cambio de cultura para el mundo financiero que, poco a poco, se está adaptando para satisfacer las demandas de un público cada vez más concienciado.

El Plan de Finanzas Sostenibles de la Comisión Europea (CE) presentado en 2018, pasa por obligar a los gestores de activos y los inversores institucionales a tener en cuenta la sostenibilidad en el proceso de inversión y reforzar los requisitos en materia de divulgación de información. En definitiva, explicar cómo integran los riesgos ESG (criterios ambientales, sociales y de buen gobierno).

Durante la celebración del X Encuentro Anual de Spainsif, Helena Viñes, miembro del grupo de técnicos expertos en finanzas sostenibles en la CE, dejaba claro que clasificar los activos por su sostenibilidad es voluntario pero “no por mucho tiempo”. Y por eso pedía a los actores financieros que se “pongan las pilas” si quieren cumplir con legislación, que estará a punto en 2022.

DESCARBONIZACIÓN DE LA ECONOMÍA: CAMBIOS NORMATIVOS

A pesar de que el objetivo de descarbonización completa de la economía se ha fijado para 2050, un plazo “razonablemente largo”, la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, ha afirmado recientemente que el logro de este objetivo implicará necesariamente cambios normativos y estructurales en la economía, que afectarán a determinados sectores de actividad, y también cambios en el comportamiento de la ciudadanía, que en la práctica pueden anticipar cambios normativos.

[td_block_11 custom_title=»» separator=»» post_ids=»210549″ limit=»1″ css=».vc_custom_1496993590403{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 5px !important;padding-right: 5px !important;padding-bottom: 5px !important;padding-left: 5px !important;border-left-color: #000000 !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #000000 !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #000000 !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #000000 !important;border-bottom-style: solid !important;border-radius: 4px !important;}» tdc_css=»»]

En el caso concreto de la banca, señaló que a pesar de que las actividades contaminantes presentan una menor tasa de morosidad bancaria, las entidades bancarias deberán incorporar los riesgos climáticos en coste y capital al abaratar la financiación de aquellas actividades que contribuyen más a la transformación sostenible de la economía, a la vez que se desincentivan las actividades más contaminantes.

También se refirió al nuevo mercado de bonos verdes, cuyo aumento de la demanda es un indicio de la creciente preocupación que existe por los efectos del cambio climático. Según Delgado este cambio de actitud entre los inversores es un elemento que debería actuar como “catalizador” del cambio hacia actividades más sostenibles.

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.