Trabajar es un derecho, pero le dedicamos tantos años de nuestra vida al trabajo que cuando va llegando la edad de jubilación es normal que no nos la podamos quitar de la cabeza y pensemos en un retiro dorado en el que podamos disfrutar lo máximo posible de nuestro tiempo libre. Sin embargo, no siempre el retiro laboral llega de la forma esperada, a veces viene impuesto, es entonces cuando hablamos de jubilación forzosa.
Una figura que se asimila a un despido, ya que en este caso el trabajador afectado no ha llegado a la edad legal para jubilarse ni quiere dejar su carrera laboral todavía. Esta figura se modificó legalmente en 2018 y ahora existen dos variedades. En este artículo vamos a ver todo esto con más detalle.
¿Qué es la jubilación forzosa?
También llamada jubilación obligatoria, implica que el trabajador va a cesar de forma definitiva su vida laboral. Como comentábamos antes, su regulación se modificó a través del Real Decreto-ley 28/2018, de 28 de diciembre, y desde ese momento podemos hablar de dos variedades diferentes de jubilación involuntaria.
Está la jubilación anticipada forzosa, que se produce antes de que el afectado llegue a la edad legal de jubilación. Aquí es la empresa la que toma la decisión. La otra modalidad es la jubilación forzosa, que obliga al trabajador a jubilarse cuando alcanza una determinada edad. Esta última ha estado años sin aplicarse, pero vuelve a estar presente en los Convenios Colectivos.
