Carmena pondrá a los más “guarros” a limpiar las calles de Madrid

La ciudad de Madrid está sucia. Acabar con los cubos de basura a rebosar, con la suciedad de las calles, con los olores de orín o con los excrementos de perro en la vía pública era una de las propuestas del Ayuntamiento de Madrid. Pero no solo es culpa del consistorio, sino que se trata también de educación ciudadana. Por ello, Carmena tira de la vieja enseñanza para aleccionar a base de castigos ejemplarizantes.

¿Qué quiere decir eso? Que si alguien no limpia los excrementos de su perro de la calle, orina en la calle o tira la basura en la vía pública recibirá una sanción económica. Tal y como indica la normativa. Pero ahí no acaba la lección, pues las posibilidades de reincidir son amplias. La enseñanza está en enmendar ese error de raíz: quien lo ensucia lo limpia. Como las normas de convivencia de cualquier casa.

Así, un plan municipal del Ayuntamiento pretende que los ciudadanos puedan conmutar su multa con trabajos de limpieza. Tras la prueba piloto, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena avanzó que ampliarían la medida y hasta 500 personas podrían acogerse a ella. Se trata de 30.000 horas de tareas que los ciudadanos menos cívicos canjearán por su multa.

Estas tareas consisten en barrer las calles o retirar pegatinas y carteles del mobiliario urbano, entre otras. Además, dependiendo del tipo de sanción el infractor tendrá que realizar un número de horas acorde al pago de la multa. Eso quiere decir que, si la multa es leve el trabajo será de cinco horas. Pero si es grave, los trabajos serán de 20 horas. Algo que tramitará el Ayuntamiento en función de las personas que se apunten en la lista de voluntarios.

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Tan solo en el primer trimestre del año, el Ayuntamiento ha abierto más de 1.500 expedientes a ciudadanos que no cumplen las normas de convivencia.

Hasta 1.500 euros por orinar en la calle

Tirar un folleto a la calle no tiene la misma sanción económica que depositar muebles o grandes electrodomésticos en la zona de recogida de basura convencional u orinar en la calle. Lo primero se califica como infracción leve y su pena puede alcanzar hasta los 750 euros. La segunda es grave y su cuantía oscila entre los 751 y los 1.500 euros. Así lo indica la Ordenanza de Limpieza de los Espacios Públicos y Gestión de Residuos.

Pero las hay peores, como dañar los recipientes suministrados por el Ayuntamiento. Se trata de infracciones graves y la multa se encuentra entre los 1.501 y los 3.000 euros.

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La Ordenanza también recoge penas aún mayores, como la siguiente: “La realización de cualquier clase de pintadas, graffittis e inscripciones, tanto en la vía pública como sobre el mobiliario urbano, o sobre muros, paredes de edificios, fachadas, estatuas, monumentos, arbolado urbano público y, en general, cualquier elemento integrante de la ciudad, será sancionada con multa de 300 a 3.000 euros y, en caso de reiteración con multa de 600 a 6.000 euros”.

Tirar animales, como un delfín

A eso hay que sumar los que abandonan cadáveres de animales. Aunque cueste creerlo hay personas que tiran el cadáver o las cenizas de animales en cualquier lugar. El caso más llamativo fue el del delfín en descomposición encontrado en la Casa de Campo de Madrid en 2016. Además de cometer otro tipo de delito, este tipo de acciones también están multadas en esta ordenanza.

delfín

De hecho, esta ordenanza ya contempla la posibilidad de cambiar la multa por trabajos voluntarios. “Como alternativa al pago de la multa en la infracción tipificada como leve en el artículo 86.2 d), se establece la posibilidad, de conformidad con el artículo 75.3 de la Ley 5/2003, de 20 de marzo, de Residuos de la Comunidad de Madrid, de que el sujeto infractor realice, con carácter voluntario, una prestación personal de servicios de limpieza en la vía pública en la forma y condiciones fijadas por el órgano competente para la imposición de las sanciones”.

De 150 a cerca 500 «guarros»

Esta iniciativa no es nueva. Carmena ya la puso de pruebas. Lo hizo con 150 personas que no solo decidieron limpiar las calles, sino también sus conciencias. Para el Ayuntamiento esta medida fue todo un éxito. Un 99% de los ciudadanos considera como buena o muy buena esta idea, según datos del consistorio.

En su primer plan contemplaba 25.747 horas de trabajo en la calle. Ahora se amplía a 30.000, con opción a incrementarse un 50%. Todo dependerá dela demanda.

En definitiva, limpiar lo que uno ensucia es una de las lecciones que de las que Carmena puede estar más orgullosa.