Canal Sur y olé: 30 años con el cortijo audiovisual socialista

Susana Díaz prevé adelanto electoral y en Ciudadanos lo celebran ante las miradas suspicaces de Podemos y PP: los morados creen que la presidenta andaluza quiere reforzar su Gobierno antes de que se resuelva el juicio de los ERE y los populares advierten que los chicos de Rivera pretenden que un sorpasso sobre ellos en el sur les dote de comba tras la moción de censura. Muy atentos al adelanto electoral que se barrunta para otoño están en Canal Sur, que en febrero del año que viene cumplen sus primeros treinta años de vida con más sombras que luces. 

No parece un buen momento para celebrar un cumpleaños teniendo en cuenta que la cadena se encuentra en mínimos históricos de audiencia, teniendo dificultades para consolidar siquiera un 9% de share. El canal es la joya de la corona de una Corporación audiovisual a la que la Junta andaluza le inyecta 140 de sus 163 millones de euros anuales de presupuesto. 

La mastodóntica maquinaria cuenta con casi 1.500 trabajadores que engullen 87 millones de euros en nóminas, mientras que otros 40 van con destino a unas productoras privada,  entre las que destaca Índalo Y Media, de la que es socio fundador y estrella Juan Y Medio, rey de las tardes andaluzas y productor de dos prime-times semanales. 

ENFADO SINDICAL EN CANAL SUR

La sección sindical de Comisiones Obreras en Canal Sur ha protestado por la traumática cancelación del espacio cultura ‘Al sur’ tras más de 25 años en antena. El programa era, según el citado sindicato, «el único programa que ha tratado en profundidad la Cultura en Andalucía para acercarla más y mejor a la ciudadanía, después de bailar de cadena y horario al antojo del responsable de antena de turno, tras un cuarto de siglo de existencia y de haber generado el mayor patrimonio cultural de nuestro archivo».

Canal Sur
María del Monte, estrella de Canal Sur con ‘Yo soy del sur’. Foto: Youtube.

Otro de los motivos del enfado de CCOO ha sido el fichaje del humorista El Yuyu, procedente de Radio Sevilla de la Cadena SER, para encargarse del magazine vespertino de Canal Sur Radio, ‘El Público’. Según el sindicato, la dirección de la Corporación encontrará «excusa de presupuesto para traerse a la radio a una camarilla de humoristas machistas, soeces y sin gracia alguna que ya venden como fichaje estrella para esta temporada. La dirección sigue premiando a sus amigotes de palco aunque en el pasado dejasen tirada a esta cadena», en clara referencia al adiós voluntario del cómico en 2011. Joaquín Durán, subdirector de RTVA y director de Canal Sur, por ahora hace oídos sordos de las reivindicaciones.

CANAL SUR, POPULISMO DE PROXIMIDAD

Uno de los medios locales más críticos con la deriva de Canal Sur es Diario de Sevilla, que califica a la televisión autonómica de «populismo de proximidad» ya que refleja «una Andalucía de cortijo emparentada más con el siglo XIX que con el XXI y donde, por ejemplo, no se reconocen los jóvenes» porque la dirección «insiste en el típico vivero de votos por antonomasia del PSOE andaluz: el ámbito rural y los mayores de 65 años. Conecten a cualquier hora y salgan de dudas en unos minutos».

Canal Sur
Las procesiones, otro de los platos estrella de Canal Sur. Foto: CanalSur.es

Según el citado periódico, Canal Sur cuenta con «una parrilla reaccionaria, que atufa a blanco y negro, con folclore cansino, festeros y niños relamidos, y que se colorea con cierta impostura feminista, ramalazo progresista para una programación entregada a las procesiones, los vestidores de santos, los buñuelos de viento, la recolección de tagarninas y el vecindeo de abuelos casaderos». Se puede decir más alto…

PRÁCTICAS IRREGULARES EN CANAL SUR

El escándalo Ausbanc le costó el puesto Antonio Ramírez, hasta mayo de 2016 director de Antena y Estrategias de Canal Sur TV. Las relaciones entre este directivo y la controvertida asociación de usuarios liderada por Luis Pineda quedaron al descubierto tras la contratación de Canal Sur de una serie de programas en los que Ausbanc tenía intereses comerciales.

No fue el único escándalo que ha tambaleado los cimientos de la autonómica andaluza, pero quizás fue la última gota que colmó el vaso de una compañía pública cuya calidad por desgracia brilla por su ausencia.