Antonio Béjar, el presidente que no soportaban sus ‘números dos’

El expresidente de Distrito Castellana Norte, imputado en el Caso Villarejo, ha conseguido que en los últimos tres años se marchen sus ‘números dos’, porque no podían trabajar con él, según afirman fuentes cercanas al caso. David Martínez, CEO de Aedas, y Miguel Hernández, director de operaciones de DCN hasta junio, son dos de los artífices de que el proyecto haya visto la luz 26 años después y dos de las manos derechas que han tenido que lidiar con Béjar, un presidente al que no aguantaban.

«La promotora de la Operación Chamartín fulmina a su director de negocio tras no ser aprobada antes del 26-M». Este titular aparecido en la prensa el pasado 30 de junio esconde otra verdad, según ha podido saber MERCA2. La persona en cuestión, Miguel Hernánez, no habría sido cesado, sino que habría dimitido él mismo por discrepancias con Antonio Béjar, ahora ya expresidente de DCN. Desavenencias que habrían derivado en una convivencia inaguantable para el exdirector de negocio de la compañía.

Pero la marcha de Hernández no es la única que habría provocado el que hasta hace unos días era la cabeza visible del proyecto más ambicioso del Norte de la capital. Otro que también habría dicho adiós por este motivo es David Martínez, actual CEO de Aedas. A comienzos del mes de septiembre del 2017, el ‘número dos’ de Béjar decidió saltar del barco para enrolarse meses después en Aedas, la promotora que nació gracias a la inversión del actual socio de referencia de la compañía, el fondo norteamericano Castlelake.

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La fuga de Martínez se interpretó como un gran revés para la promotora controlada por la constructora San José y por el BBVA. No en vano, el CEO de Aedas podía presumir de haber dirigido al desarrollo de Valdebebas, el único gran proyecto inmobiliario de la capital que había conseguido resistir en pie a la crisis. Lo cierto es que la oferta de encabeza un proyecto tan ambicioso como Aedas sedujo a Martínez, pero en su decisión de abandonar DCN también influyó su relación con Béjar. «No le aguantaba nadie» afirma una persona conocedora de la personalidad del imputado ahora por el Caso Villarejo. «Es una persona que pertenece a la España antigua», explica esta misma persona.

De lo que no se le puede tachar a Béjar es de esconderse. Porque al poco tiempo de ser imputado el exdirectivo de la promotora, que ahora ha solicitado su regreso al BBVA, realizó un viaje de prensa con más de un decena de periodistas a Santander para promocionar el proyecto de Madrid Nuevo Norte. El expresidente de la promotora se mostró cercano y poco preocupado por su puesto, aunque evitó pronunciarse de manera oficial sobre este asunto. Dos semanas más tardes, Béjar ha terminar por ser cesado, aunque algunas fuentes apuntan que no se le ha comunicado de manera oficial.

Béjar declaró el pasado viernes ante el juez Manuel García Castellón en calidad de investigado –antiguo imputado– por la presunta destrucción de información por parte de DCN, una documentación que la Fiscalía Anticorrupción sospecha que puede tener relación con los encargos a Villarejo por parte del BBVA, para quien el propio fiscal pide la imputación por los delitos de cohecho, descubrimiento y revelación de secretos y corrupción en los negocios. El ya expresidente de la compañía, antiguo responsable de Riesgos y Recuperaciones Inmobiliarias del banco para España y Portugal entre los años 2012 y 2015, es uno de los dos exdirectivos de la entidad implicados en el caso Villarejo, junto al exjefe de Seguridad Julio Corrochano.

El cese de Béjar se produjo con un breve anuncio por parte de la promotora y sin declaraciones por ninguna de las partes. Aunque los implicados en la Operación Chamartín lo entendieron como un movimiento para facilitar la aprobación del proyecto. Una luz verde que ha tenido lugar este mismo lunes por unanimidad de todos los partidos que conforman el Pleno del Ayuntamiento de Madrid.

Tras obtener el visto bueno, se enviará para su aprobación definitiva a la Comunidad de Madrid, al ser la administración que debe autorizar finalmente la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) vigente.

La previsión es que las obras de urbanización arranquen a finales de 2020 (fase que deberá estar concluida en 2028) en una remodelación que tiene un plazo previsto de ejecución de 24 años.

UN PROYECTO DE 10.500 VIVIENDAS

El proyecto contempla la construcción de 10.500 viviendas, el 24 por ciento de ellas con protección pública, la remodelación de la estación ferroviaria de Chamartín y la creación de un nuevo centro de negocios anexo, dentro de un ámbito que comprende 3 millones de metros cuadrados.

Se establece un gasto para las administraciones públicas en su conjunto, de 2.452 millones de euros y unos ingresos de 3.762 millones, lo que representa un saldo a favor de las administraciones de 1.310 millones de euros.

Por otro lado, durante la construcción se generarán 63.000 empleos directos, 31.000 indirectos y 23.000 inducidos, lo que representa un empleo total estimado durante la fase de construcción, de 117.792 empleos, según los datos que estiman.

Una vez concluido, y en el funcionamiento cotidiano del ámbito, se considera que se generan 94.050 empleos en la zona con una población de 27.441 habitantes, por lo que será un ámbito utilizado por 121.491 personas de forma habitual.