BBVA, el peor banco del Ibex (y casi de Europa) en 2018

Al BBVA se le ha atragantado este inicio de año. La entidad presidida por Francisco González cae en estos dos meses cerca de un 3%. El desplome se agiganta hasta un 8,6% si se pone el taquígrafo desde la presentación de los resultados de 2017. El mercado mira con recelo la entidad, debido a que sus números no encajan con las previsiones y muchos de sus principales ratios están en contracción.

El hecho de que un valor caiga en Bolsa, como es el caso del BBVA, no es per sé un dato anómalo. En muchas ocasiones, en los mercados chocan distintas fuerzas –unas más centrados en el trading, otros en valores fundamentales- que pueden elevar o tumbar un valor en espacios cortos de tiempo. El problema es que la entidad presidida por González cae a diferencia de todo el sector que sube –algunos con fuerza-, tanto a nivel nacional como europeo.

El BBVA es el único banco español que en 2018 marca un registro negativo en bolsa

La excusa de los tipos de interés ha sido muy recurrente, también certera, a la hora de explicar la debilidad del sector bancario, pese a ello al BBVA ya no le sirve. No le vale en terreno patrio: la firma presidida por Francisco González es el único banco español que en 2018 marca un registro negativo en bolsa. Además, uno de los competidores del BBVA, Bankinter, es el valor que más crece de todos los del Ibex. Por otra parte, tampoco sirve como excusa a nivel europeo: si se excluye de la partida el desastre de Deutsche Bank, el BBVA sería la única entidad bancaria del Eurostoxx 50 en números rojos este 2018. Además, como ocurre en el Ibex otra entidad lidera dicho mercado, en este caso el banco italiano Intesa.

Si el sector en su conjunto se está comportando de manera aceptable en Bolsa -el Stoxx Bank Euro Price está en verde en este 2018- y uno chirría, es lógico pensar que el problema lo tiene el BBVA de puertas para adentro. En este punto, se abren dos opciones. Una podría ser una pequeña psicosis de los inversores con el valor. En este sentido, explica Sergio Ávila Luengo, analista de IG, que podría ser “un tema más de psicología del mercado que de la valoración de la empresa en general, ya que las perspectivas del banco para 2018 son buenas”. Además, Ávila recalca que “los bancos de inversión valoran a la firma en el entorno de los 7 a los 7,50 euros por lo que está por encima de los niveles actuales”.

La otra alternativa, además de la “psicología del mercado” es que los resultados no hayan sido del todo los esperados. La presentación de resultados del segundo trimestre de 2017 inició un punto de inflexión para el BBVA. La entidad había cumplido con lo exigido por el mercado y la cotización escaló en Bolsa hasta rozar máximos. Tras obtener 2.306 millones en los seis primeros meses del año, el siguiente escalón era cerrar el año con un beneficio superior a los 4.000 millones, pero se quedó corto. El beneficio neto registrado en 2017 ascendió a 3.519 millones de euros, por debajo de los previsto seis meses antes.

La consecución de al menos 4.000 millones de beneficio neto en BBVA no es el único punto negro de la entidad frente al consenso de mercado. Si se retrotrae a las previsiones que hacían los analistas en 2015, sobre los valores del banco en 2017 apenas hay comparación. En cuanto a ingresos totales, el BBVA se quedó este último año un 9,2% por debajo. Aunque la mayor diferencia respecto a previsiones es en beneficios netos, un 40% inferior, y en el ROTE, un 48% inferior a lo estimado por el mismo banco dos años atrás.

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En este apartado se puede culpar a la mala evolución de la cotización de Telefónica. Los mínimos marcados por la telco obligaron al BBVA en el segundo semestre a incrementar la partida “depreciación de activos financieros” casi un 50% respecto de los dos primeros trimestres del año.

El BBVA sufre con sus ratios de rentabilidad

Uno de los retos a los que se enfrenta la banca tras la crisis es recuperar los niveles de rentabilidad que poseía años atrás. El problema es que los tipos de interés, la competencia y los reguladores están limando está posibilidad. Es por ello, que las entidades todavía sufren si quiera para elevarlos. La idea principal de cualquier negocio, aun mayor en el bancario, es que el capital se invierta en aquellos negocios que generen el mayor rendimiento posible respecto al capital invertido. El primer indicador de lo anterior es el ROE, que mide el resultado frente a los fondos propios, en el caso del BBVA este ratio se contrajo en 2017, desde el 6,7 hasta el 6,4. Ambos valores todavía están muy lejos de los alcanzados antes de la crisis.

Incluso si se quiere ajustar todavía más el ratio se puede acudir al denominado ROTE, que mide la rentabilidad que obtienen los accionistas sobre los fondos invertidos de la sociedad. En 2017, el ROTE no sólo se contrajo un 6,1%, sino que está un 50% por debajo del nivel que el mismo BBVA estimó que estaría en 2017, dos años atrás. Además, en eficiencia –que mide lo que gasta el banco frente a lo que ingresa- la entidad lo ha conseguido rebajar por debajo del 50%, pero todavía está por encima de las cifras de 2012.

Rentabilidad BBVA

Por último, en los últimos seis la entidad no ha mejorado su ratio de capital de máxima calidad -CET1 fully-loaded- desde el 11,1% que tenía al acabar el segundo trimestre. La cifra es un colchón amplio, pero no está entre los mejores del sector.

Próximo soporte en los 6,4 euros

La evolución bursátil de la cotización de BBVA está en caída desde la presentación de resultados, aunque si se mide desde finales del primer semestre de 2017 la caída es aún mayor. El 8,6% en este 2018, frente al 10,6% acumulado desde máximos del valor en los 7,738 euros. Además, no ha recuperado los niveles anteriores ni con la noticia de obsequiar a sus accionistas con un dividendo complementario que se pagará en abril.

El 2018 se puede complicar todavía más para la cotización del banco. Ávila desde IG alerta de que “una vez rota la resistencia de los 7,07 euros por acción –lo rompió la semana del 5 de febrero-, y junto a la actual psicología del mercado respecto a BBVA, podrían hundir la cotización hasta los 6,5 o 6,4 euros a medio plazo”. Un desplome de tal calibre significaría para el BBVA una pérdida de capitalización cercana a los 5.000 millones de euros, en 2018.

Por último, el BBVA también presenta complicaciones frente a su beneficio por acción (BPA) al igual que gran parte del sector. Aunque en el caso de la entidad presidida por González es todavía mayor. Lo normal, como ocurría en el caso de Banco Santander, es que el fuerte incremento de acciones lastre el BPA –puesto que el número de títulos se sitúa en el denominador- pero en BBVA no ocurre así. De hecho, mientras que el número de acciones creció desde el 2010 un 22%, el BPA se ha reducido casi un 60%.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2